Ya se han entregado 300 microcréditos en la región
Por montos individuales de 500 pesos. Fueron distribuidos en Gualeguaychú, Urdinarrain y Concepción del Uruguay. Y ahora se avanza en la entrega de re-créditos por 750 pesos.
Por Marcelo Lorenzo
[email protected] Banco Popular de la Buena Fe cumplió un año de vida en la zona. Financiado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la iniciativa es administrada por la Fundación Inka.Fernando Baffico y Sergio Delcanto, miembros de la ONG, en diálogo con EL DIA, hicieron un balance de este sistema de microfinanzas destinado a sectores sociales vulnerables.En total se han entregado 300 préstamos, de 500 pesos cada uno, a diversos emprendedores de Gualeguaychú, Urdinarrain y Concepción del Uruguay. Las líneas de crédito, así, han ido a dinamizar la economía doméstica de muchas familias.Las beneficiarias en su mayoría son mujeres. Pues en los sectores populares suelen ser ellas las que hacen tareas para fortalecer los ingresos de la casa. Y en muchos casos son directamente jefas de hogar.Los bancos de Inka se distribuyen geográficamente en los barrios, donde viven aquellos emprendedores que tienen vedado el acceso al sistema tradicional de crédito.En el caso de la ciudad, figuran los barrios Sagrado Corazón, La Cuchilla y Suburbio Sur. Por otro lado, la fundación en algunos casos coordina el trabajo con otras organizaciones de la sociedad civil. Como son Musicante y la Cooperativa Tomás de Rocamora.El sistema divide los emprendimientos en tres categorías: producción (sobre todo elaboración de comida), reventa (por ejemplo de ropa) y servicios (peluquería, entre otros).En el cuadro que se adjunta, se puede observar la distribución geográfica de los créditos (incluso por ciudades), según los rubros financiados. Es factible visualizar, así, que la producción se lleva el 44,34% de la masa prestable.Según explicó Delcanto, la acogida en los barrios en torno a la propuesta ha sido muy buena. En esos territorios, la fundación (con sus promotores) trabaja con grupos de cinco miembros cada uno.Cada uno de ellos es un emprendedor que recibe un crédito de 500 pesos, sin interés, y con el solo aval de la palabra empeñada. Pero juntos conforman la "garantía solidaria", es decir responden por la devolución del dinero prestado.
Los re-créditos
Uno de los secretos de la operatoria es el altísimo nivel de devolución de los créditos. "Llega al 90 %", refirió Baffico, al explicar el nivel de recupero de los bancos gerenciados por Inka.Esta performance ha permitido que 36 emprendedores reciban hoy re-créditos (nuevos créditos) de hasta 750 pesos, para afianzar sus proyectos. Es un beneficio que premia la calidad de su trabajo y la devolución perfecta del primer crédito.Este dinero se fondea con los dineros originales del programa. El sistema se retroalimenta a sí mismo. Recirculan, así, los 150 mil pesos que el programa ha prestado a la región en un año, explicó Delcanto.Baffico, por su lado, insistió en el carácter social de la devolución del dinero. "Si bien los créditos son individuales, se trabaja en grupos de cinco emprendedores. Porque entre otras cosas lo que se busca es formar una garantía solidaria", afirmó."El banco no exige ninguna garantía prendaria, sino la palabra del prestatario y la solidaridad grupal. En algunos casos hubo prestatarios que tuvieron dificultad en devolver su cuota, pero el grupo los socorrió, haciendo ventas de comidas o mediante rifas", comentó.Sobre el particular, los entrevistados señalaron que más allá del aporte monetario, lo importante del programa es el trabajo social que se hace con los emprendedores, a los que se capacita al tiempo que alrededor de ellos se crea una red comunitaria (se hacen reuniones periódicas)."El programa no sólo apuesta a la pata financiera, que es importante. De lo que se trata es de actualizar la cultura del trabajo, el valor de la solidaridad y la organización en el territorio", explicó Baffico.Por otro lado, la devolución de los créditos, en cuotas de alrededor de 20 pesos, se efectiviza en reuniones semanales, donde se hace un seguimiento de los proyectos, al tiempo que se abordan actividades solidarias, de entretenimiento y aprendizaje.
Modelo social
Delcanto explicó que los micropréstamos, así, reflejan "un modelo social" con eje barrial. El esquema reproduce los lineamientos de lo que se llama la "economía social"."Nosotros, en realidad, trabajamos con emprendimientos que ya funcionaban, y a los cuales el crédito potencia", explicó Baffico. "El dinero quizá parezca poco. Sin embargo, hay emprendimientos que empezaron con un capital de trabajo de 300 pesos", aclaró.Según dijo, 500 pesos es una inyección importante de dinero para economías domésticas que no encuentran otro auxilio financiero más que a través de esta modalidad.Por otro lado, el esquema promueve el ingreso paulatino de los emprendedores a la economía formal. Al respecto, está disponible la figura del monotributo social. Pagando 20 pesos por mes, el beneficiario puede aportar a una jubilación y tiene la chance de facturar y entrar así al mercado formal.Por último, los entrevistados anticiparon que, dada la buena recepción del programa entre los vecinos, y la demanda social por microcréditos, se está considerando la posibilidad de abrir más banquitos en otros barrios de Gualeguaychú, y en otras ciudades de la región.
Por Marcelo Lorenzo
[email protected] Banco Popular de la Buena Fe cumplió un año de vida en la zona. Financiado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la iniciativa es administrada por la Fundación Inka.Fernando Baffico y Sergio Delcanto, miembros de la ONG, en diálogo con EL DIA, hicieron un balance de este sistema de microfinanzas destinado a sectores sociales vulnerables.En total se han entregado 300 préstamos, de 500 pesos cada uno, a diversos emprendedores de Gualeguaychú, Urdinarrain y Concepción del Uruguay. Las líneas de crédito, así, han ido a dinamizar la economía doméstica de muchas familias.Las beneficiarias en su mayoría son mujeres. Pues en los sectores populares suelen ser ellas las que hacen tareas para fortalecer los ingresos de la casa. Y en muchos casos son directamente jefas de hogar.Los bancos de Inka se distribuyen geográficamente en los barrios, donde viven aquellos emprendedores que tienen vedado el acceso al sistema tradicional de crédito.En el caso de la ciudad, figuran los barrios Sagrado Corazón, La Cuchilla y Suburbio Sur. Por otro lado, la fundación en algunos casos coordina el trabajo con otras organizaciones de la sociedad civil. Como son Musicante y la Cooperativa Tomás de Rocamora.El sistema divide los emprendimientos en tres categorías: producción (sobre todo elaboración de comida), reventa (por ejemplo de ropa) y servicios (peluquería, entre otros).En el cuadro que se adjunta, se puede observar la distribución geográfica de los créditos (incluso por ciudades), según los rubros financiados. Es factible visualizar, así, que la producción se lleva el 44,34% de la masa prestable.Según explicó Delcanto, la acogida en los barrios en torno a la propuesta ha sido muy buena. En esos territorios, la fundación (con sus promotores) trabaja con grupos de cinco miembros cada uno.Cada uno de ellos es un emprendedor que recibe un crédito de 500 pesos, sin interés, y con el solo aval de la palabra empeñada. Pero juntos conforman la "garantía solidaria", es decir responden por la devolución del dinero prestado.
Los re-créditos
Uno de los secretos de la operatoria es el altísimo nivel de devolución de los créditos. "Llega al 90 %", refirió Baffico, al explicar el nivel de recupero de los bancos gerenciados por Inka.Esta performance ha permitido que 36 emprendedores reciban hoy re-créditos (nuevos créditos) de hasta 750 pesos, para afianzar sus proyectos. Es un beneficio que premia la calidad de su trabajo y la devolución perfecta del primer crédito.Este dinero se fondea con los dineros originales del programa. El sistema se retroalimenta a sí mismo. Recirculan, así, los 150 mil pesos que el programa ha prestado a la región en un año, explicó Delcanto.Baffico, por su lado, insistió en el carácter social de la devolución del dinero. "Si bien los créditos son individuales, se trabaja en grupos de cinco emprendedores. Porque entre otras cosas lo que se busca es formar una garantía solidaria", afirmó."El banco no exige ninguna garantía prendaria, sino la palabra del prestatario y la solidaridad grupal. En algunos casos hubo prestatarios que tuvieron dificultad en devolver su cuota, pero el grupo los socorrió, haciendo ventas de comidas o mediante rifas", comentó.Sobre el particular, los entrevistados señalaron que más allá del aporte monetario, lo importante del programa es el trabajo social que se hace con los emprendedores, a los que se capacita al tiempo que alrededor de ellos se crea una red comunitaria (se hacen reuniones periódicas)."El programa no sólo apuesta a la pata financiera, que es importante. De lo que se trata es de actualizar la cultura del trabajo, el valor de la solidaridad y la organización en el territorio", explicó Baffico.Por otro lado, la devolución de los créditos, en cuotas de alrededor de 20 pesos, se efectiviza en reuniones semanales, donde se hace un seguimiento de los proyectos, al tiempo que se abordan actividades solidarias, de entretenimiento y aprendizaje.
Modelo social
Delcanto explicó que los micropréstamos, así, reflejan "un modelo social" con eje barrial. El esquema reproduce los lineamientos de lo que se llama la "economía social"."Nosotros, en realidad, trabajamos con emprendimientos que ya funcionaban, y a los cuales el crédito potencia", explicó Baffico. "El dinero quizá parezca poco. Sin embargo, hay emprendimientos que empezaron con un capital de trabajo de 300 pesos", aclaró.Según dijo, 500 pesos es una inyección importante de dinero para economías domésticas que no encuentran otro auxilio financiero más que a través de esta modalidad.Por otro lado, el esquema promueve el ingreso paulatino de los emprendedores a la economía formal. Al respecto, está disponible la figura del monotributo social. Pagando 20 pesos por mes, el beneficiario puede aportar a una jubilación y tiene la chance de facturar y entrar así al mercado formal.Por último, los entrevistados anticiparon que, dada la buena recepción del programa entre los vecinos, y la demanda social por microcréditos, se está considerando la posibilidad de abrir más banquitos en otros barrios de Gualeguaychú, y en otras ciudades de la región.
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