Una lupa sobre el estudio del INTI
Por Rubén Skubij
Pero lo que se debe desmenuzar de todo esto son dos puntos. Primero, el INTI sumó a su proyecto al Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) en vez de contratar o hacer un convenio con un laboratorio independiente, de otro país, que no tenga intereses creados en la controversia por Botnia.
Segundo, la comunidad de Gualeguaychú, se viene a enterar por una radio capitalina de las mediciones realizadas “frente a Botnia y a 8 kilómetros aguas abajo en el balneario Ñandubaysal”.
Surgen varias preguntas: ¿cuándo se hicieron?, ¿por qué solamente es bimestral y no aplicando el sistema de Vigilancia Ambiental de hacerlo diaria o semanalmente?, ¿forma parte de lo ordenado por las autoridades de Cancillería?, ¿por qué nadie en Gualeguaychú sabía de dicho estudio?
Por otra parte, Enrique Martínez es el mismo funcionario que tiempo atrás cuando la empresa finlandesa todavía no funcionaba, ya aseguraba a la prensa que no contaminaba y alentaba los sistemas de control dispuestos.
Mientras tanto, el intendente de Gualeguaychú Juan José Bahillo se enteró cuando fue consultado por este diario el jueves a la tarde. Y, lo más preocupante, fuentes fidedignas y confiables, indicaron que los encargados de controlar el movimiento en el río Uruguay, tampoco sabían del tan promocionado estudio del INTI y LATU.
Ante este panorama, la Asamblea Ambiental Gualeguaychú debería preguntar a Cancillería de Argentina si ordenó a Martínez realizar el estudio. Si lo hizo, por qué en esas condiciones. De lo contrario, que públicamente aclare el accionar del titular del INTI, organismo oficial.
Rechazo de la Asamblea
Uno de los asambleístas más molestos con el estudio fue José Pouler. En diálogo con APF dijo: “estos estudios provienen de una institución que recibe fondos privados y se trata de un informe incompleto”. Criticó al titular del organismo, Enrique Martínez: “Se trata de una persona que siempre ha estado en contra de la causa ambiental y que siempre defendió los proyectos pasteros”.
“Dichos estudios comenzaron en agosto del año pasado, o sea, tres meses después de que Botnia dio a conocer su informe sobre los primeros seis meses de su funcionamiento”, explicó. “El estudio incluye, agosto y diciembre, pero ellos mismos reconocen que está incompleto. Si está incompleto no pueden dar a conocer un informe”.
Se preguntó: “hay que ver que es el INTI y de dónde recibe los fondos. Es un ente del Gobierno, pero funciona con fondos de empresas privadas por lo que es evidente que detrás de este informe hay más de un interés”.
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