REGIONES VITIVINÍCOLAS DE ARGENTINA
Un recorrido por el mapa del vino mendocino
Con sus más de 140 mil hectáreas de viñedos, Mendoza es la principal provincia productora de la Argentina con el 70% de la superficie implantada. Además de sus óptimas condiciones naturales, la gran reconversión de viñedos, la tecnificación de bodegas y las inversiones internacionales la convirtieron en la región vitivinícola por excelencia.
Uno de los misterios más interesantes –y apasionantes– que encierra cada vino es que sus características siempre están fuertemente influidas por el suelo en el que maduran sus uvas, la geografía y el clima que prevalece en la zona. Es decir, un vino –blanco, tinto o espumante– es en gran parte el producto del lugar donde nacen sus uvas.
Los viñedos en la Argentina se extienden a lo largo de una prolongada franja al oeste del país y al pie de la cordillera –con altitudes que van desde los 350 hasta los 2.000 metros sobre el nivel del mar (msnm)–, donde la viticultura se ve favorecida con inviernos secos y veranos cálidos que proporcionan temperaturas adecuadas y muchas horas de sol durante todo el año, condiciones ideales para que la vid pueda completar perfectamente su ciclo vegetativo y obtener frutos de calidad y vinos con personalidad.
Con sus más de 140 mil hectáreas de viñedos, Mendoza es la principal provincia productora de la Argentina (70%) y junto con San Juan representa más del 90% de la superficie implantada del país. Además de sus óptimas condiciones naturales, la gran reconversión de viñedos, la tecnificación de bodegas y las inversiones internacionales la convirtieron en la región vitivinícola por excelencia.
A pesar de ser muy desértica, su topografía ofrece numerosos meso y microclimas, que imprimen características particulares a los distintos vinos. Los viñedos se encuentran a alturas elevadas, entre los 600 y los 1.500 metros de altura, y el clima de la región es seco y soleado. Sin embargo, las heladas y el granizo suelen causar importantes pérdidas de los frutos.
Los suelos son pedregosos, arenosos y, en menor grado, francos a franco-arcillosos. Tiene implantados casi todos los cepajes, entre los cuales se distingue el Malbec, protagonista indiscutido. También se elaboran vinos de alta calidad a partir de Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Bonarda, Tempranillo y Pinot Noir, mientras que entre las blancas se destacan las variedades Chardonnay y Sauvignon Blanc. El valle productivo se puede dividir en cuatro grandes zonas.
Norte y Este
Esta zona desértica es la más baja de la provincia (de 600 a 750 msnm) y la de mayor extensión de viñas. Históricamente, allí se fueron estableciendo las grandes bodegas que elaboran vinos de mesa.
La región Norte comprende las áreas de menor altura irrigadas por el Río Mendoza. Abarca el departamento de Lavalle y parte de los departamentos de Guaymallén, Las Heras y San Martín. En general, son terrenos profundos de poca pendiente. Se caracteriza por la producción de blancos (Chenin Blanc, Pedro Ximénez, Ugni Blanc y Torrontés). En cuanto a los tintos, se destacan los cepajes Malbec, Bonarda y Barbera que, gracias al sol intenso, logran vivos colores.
La región Este, en tanto, está conformado por los departamentos de San Martín, Junín, Santa Rosa, La Paz y Rivadavia, y representa la mayor extensión de viñedos del país con más de 70 mil hectáreas dedicadas a la actividad.
Es una planicie que recibe las aguas de los ríos Tunuyán y Mendoza. Cuenta con un clima templado cálido y un régimen superior a 2.200 horas de sol en un período de 210 días, lo cual permite una excelente maduración de las variedades cultivadas. Asimismo, tiene una marcada amplitud térmica durante todo el año. Sus suelos son de origen eólico, de textura franco-arenosa y areno-limosa.
En las viñas predominan las variedades rosadas (Criolla Grande, Moscatel Rosado, Cereza), blancas (Pedro Ximénez, Ugni Blanc y Chenin Blanc) y tintas (Malbec, Bonarda, Tempranillo, Sangiovese, Barbera, Merlot y Syrah).
En los últimos años, ambas regiones han mostrado un notable progreso en el manejo de los cultivos, la sistematización del riego y la incorporación de tecnología en todos los procesos.
Centro (Maipú y Luján de Cuyo)
De condiciones excepcionales para el cultivo de la vid, esta zona comprende dos de los departamentos más importantes de la provincia: Luján de Cuyo y Maipú.
La altitud va de 750 a 1.100 msnm, los suelos son pedregosos y presentan una capa superficial de arena, limo y arcilla. El clima varía de templado fresco a templado cálido hacia el norte, pero la región cuenta con muchos mesoclimas que influyen sobre los vinos de distintas maneras.
En el departamento de Maipú se encuentran Coquimbito, Beltrán, Lunlunta, Cruz de Piedra y Las Barrancas. La zona más representativa es la del Alto Río Mendoza, donde están implantados viñedos que datan de principios del siglo pasado. Allí el clima es más cálido y la altitud menor, por lo cual los vinos son más maduros, voluptuosos y, muchas veces, potentes. Las variedades más destacadas son Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Bonarda, Tempranillo y Syrah.
Luján de Cuyo, por su parte, que incluye Las Compuertas, Vistalba, Mayor Drummond, Chacras de Coria, Carrodilla, Perdriel, Agrelo y Ugarteche, está ubicada al pie de la cordillera de los Andes, a más de 1.000 msnm. Desde el 26 de diciembre de 1990 cuenta con una Denominación de Origen Controlada para el Malbec.
La brisa y el sol permiten que la fruta alcance un excelente color y una gran concentración aromática, lo que otorga a los vinos sabores complejos y elegantes.
Muchas bodegas eligieron esta región para instalarse por haber sido reconocida como la cuna nacional del Malbec, incluso en la actualidad hay varios emprendimientos focalizados en elaborar sus etiquetas sólo con esta variedad. Si bien Luján de Cuyo es una de las zonas que da las mejores uvas, no es la de mayor crecimiento vitivinícola, debido al proceso de urbanización que atraviesa hace varios años. Esta tendencia desencadenó que las pocas propiedades existentes se revaloricen, que el precio de la uva se incremente considerablemente y que no exista la posibilidad de implantar nuevos viñedos.
Valle de Uco
Ubicada al sudoeste de la ciudad de Mendoza, es la zona de mayor crecimiento vitícola de los últimos años, fundamentalmente impulsado por importantes inversiones internacionales (J&F Lurton, Clos de los Siete y Salentein, entre otros).
Con los ríos Tunuyán y Tupungato como ejes, el Valle de Uco presenta una serie de características similares a las demás zonas que integran la región central, pero con peculiaridades. La altitud de las tierras cultivadas oscila entre los 900 y los 1.700 msnm, y esa altura produce grandes amplitudes térmicas entre el día y la noche, lo que permite producir vinos de excelente color, aptos para una larga crianza. Algunos de los tintos más representativos de los últimos tiempos son oriundos de este valle, cuyas variedades más extendidas son: Malbec, Barbera, Cabernet Sauvignon, Merlot, Torrontés, Semillón, Chenin, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
Los departamentos más destacados son Tupungato, Tunuyán y San Carlos, y se destacan pequeños sectores que han logrado elaborar vinos asombrosos, como Vista Flores, Altamira, El Cepillo, El Peral y Gualtallary, entre otros.
Sus paisajes, la amplia superficie disponible y las condiciones favorables del terruño hacen que el Valle de Uco sea actualmente el lugar de preferencia de muchas bodegas.
San Rafael
En el sur mendocino se encuentra el oasis productivo más austral de la provincia: San Rafael, una de las zonas más tradicionales.
Los viñedos están ubicados a menor altitud que los del resto de la región. Éstos descienden suavemente hacia el este desde los 800 hasta los 450 msnm.
Irrigados por las aguas de los ríos Atuel y Diamante, y con el 18% de los viñedos de la provincia, producen mostos mayormente destinados a vinos de mesa y a la elaboración de notables vinos finos, enraizados en suelos aluvionales calcáreos. El clima más fresco es el responsable de mayores niveles de acidez, motivo por el cual algunas variedades blancas, como la Chenin, presentan un excelente comportamiento.
Cepas tintas, como Cabernet Sauvignon, Malbec y Bonarda, son los puntos de partida para la obtención de vinos de excelente cuerpo.