Polonia salió a la calle para celebrar la beatificación de su Papa
Los polacos salieron masivamente a las calles para seguir la beatificación de su Papa, retransmitida en directo desde Roma en pantallas gigantes situadas en plazas de Varsovia y otras ciudades del país."Fui a Roma para el entierro del Papa en 2005. Hoy no podía ir,
pero como prometí ir a la ceremonia de su beatificación, estoy
aquí", explica a la agencia AFP Sebastian Wawer, que estudia en Pulawy, a
130 km al sur de Varsovia.
Pese a la intensa lluvia que caía, varios miles de personas se
acercaron por la mañana a la gran plaza de Pilsudski, cerca del
centro histórico de la capital polaca, donde Juan Pablo II pidió
en 1979 al Espíritu Santo que viniera a "renovar la faz de esta
tierra".
Sus compatriotas entendieron sus palabras como un aliento para
resistir las amenazas del régimen comunista. Un año más tarde se
creó el primer sindicato libre del bloque soviético, Solidarnosc,
bajo el liderazgo de su jefe histórico, Lech Walesa, a la postre
presidente de Polonia.
"Vale la pena estar aquí y vivir este momento en comunión con
los otros, en lugar de quedarse en casa (y verlo) por la
televisión", cuenta Anna, de 20 años, residente en Legionow,
ciudad cercana a Varsovia.
Junto a dos pantallas gigantes instaladas para seguir la
ceremonia, la multitud ha erigido un altar para llevar a cabo una
misa de agradecimiento. Por la noche se convertirá en un escenario
para albergar uno de los numerosos conciertos que se han dedicado
en memoria de Juan Pablo II en todo el país.
En la misma plaza también se expone una réplica del papamóvil
que el pontífice utilizó durante su primera visita a Polonia. Este
vehículo, pintado con los colores del Vaticano, blanco y amarillo,
cruzará la ciudad por la tarde para llegar al templo de la
Providencia Divina en Wilanow (sur).
En las paredes de este edificio será desplegado un retrato
gigante del difunto Papa sobre una tela de 55 metros por 26
metros, compuesto por un mosaico de 105.000 imágenes individuales
de polacos, enviadas por correo o por teléfono móvil.
El retrato permanecerá expuesto hasta el 16 de octubre, día en
el que Karol Wojtyla fue nombrado Papa por la Santa Sede en 1978.
En Wadowice, ciudad natal del Papa, y en Cracovia, los polacos
también se han reunido para seguir la ceremonia de beatificación,
"Es una gran alegría para mí ver que mi amigo con el que fui a
la escuela hasta el bachillerato ha sido beatificado", comenta
Eugeniusz Mroz, de 90 años, un ex compañero de clase de Karol
Wojtyla, en Wadowice.
En Cracovia (sur), ciudad en la que Juan Pablo II fue arzobispo
antes de ser nombrado sumo pontífice, decenas de miles de personas
se han congregado cerca del santuario de la Misericordia Divina.
El pontífice puso la primera piedra para la construcción de esta
iglesia.
En Polonia, donde más del 90% de la población se declara
católica, Juan Pablo II sigue siendo una autoridad moral única e
indiscutible.
De acuerdo con un reciente sondeo del instituto CBOS, el 95% de
los polacos estima que la beatificación de Juan Pablo II es un
acontecimiento importante.
La amplia mayoría de los polacos no duda en considerar al
primer Papa eslavo como el personaje más importante del siglo XX.
La organización sindical más grande de Polonia, OPZZ, renunció
a convocar este año su tradicional marcha del 1 de mayo en
Varsovia para no interferir en las ceremonias relacionadas con la
beatificación.
"No hemos querido organizar esta marcha por la beatificación".
"Temimos que ésta pudiera ser entendida como una manifestación
contra el Papa, cuando nuestros miembros son polacos como los
demás", explicó a la AFP Grzegorz Ilka, portavoz de OPZZ,
sindicato de izquierda que representa a 750.000 personas en todo
el país.
Desde que murió hace seis años, sus compatriotas lo veneran
como un santo.
"Las personas siempre han rezado a Juan Pablo II, incluso antes
de que fuera beatificado. La beatificación permitirá simplemente
que se haga de forma oficial", asegura Sebastian Wawer.
pero como prometí ir a la ceremonia de su beatificación, estoy
aquí", explica a la agencia AFP Sebastian Wawer, que estudia en Pulawy, a
130 km al sur de Varsovia.
Pese a la intensa lluvia que caía, varios miles de personas se
acercaron por la mañana a la gran plaza de Pilsudski, cerca del
centro histórico de la capital polaca, donde Juan Pablo II pidió
en 1979 al Espíritu Santo que viniera a "renovar la faz de esta
tierra".
Sus compatriotas entendieron sus palabras como un aliento para
resistir las amenazas del régimen comunista. Un año más tarde se
creó el primer sindicato libre del bloque soviético, Solidarnosc,
bajo el liderazgo de su jefe histórico, Lech Walesa, a la postre
presidente de Polonia.
"Vale la pena estar aquí y vivir este momento en comunión con
los otros, en lugar de quedarse en casa (y verlo) por la
televisión", cuenta Anna, de 20 años, residente en Legionow,
ciudad cercana a Varsovia.
Junto a dos pantallas gigantes instaladas para seguir la
ceremonia, la multitud ha erigido un altar para llevar a cabo una
misa de agradecimiento. Por la noche se convertirá en un escenario
para albergar uno de los numerosos conciertos que se han dedicado
en memoria de Juan Pablo II en todo el país.
En la misma plaza también se expone una réplica del papamóvil
que el pontífice utilizó durante su primera visita a Polonia. Este
vehículo, pintado con los colores del Vaticano, blanco y amarillo,
cruzará la ciudad por la tarde para llegar al templo de la
Providencia Divina en Wilanow (sur).
En las paredes de este edificio será desplegado un retrato
gigante del difunto Papa sobre una tela de 55 metros por 26
metros, compuesto por un mosaico de 105.000 imágenes individuales
de polacos, enviadas por correo o por teléfono móvil.
El retrato permanecerá expuesto hasta el 16 de octubre, día en
el que Karol Wojtyla fue nombrado Papa por la Santa Sede en 1978.
En Wadowice, ciudad natal del Papa, y en Cracovia, los polacos
también se han reunido para seguir la ceremonia de beatificación,
"Es una gran alegría para mí ver que mi amigo con el que fui a
la escuela hasta el bachillerato ha sido beatificado", comenta
Eugeniusz Mroz, de 90 años, un ex compañero de clase de Karol
Wojtyla, en Wadowice.
En Cracovia (sur), ciudad en la que Juan Pablo II fue arzobispo
antes de ser nombrado sumo pontífice, decenas de miles de personas
se han congregado cerca del santuario de la Misericordia Divina.
El pontífice puso la primera piedra para la construcción de esta
iglesia.
En Polonia, donde más del 90% de la población se declara
católica, Juan Pablo II sigue siendo una autoridad moral única e
indiscutible.
De acuerdo con un reciente sondeo del instituto CBOS, el 95% de
los polacos estima que la beatificación de Juan Pablo II es un
acontecimiento importante.
La amplia mayoría de los polacos no duda en considerar al
primer Papa eslavo como el personaje más importante del siglo XX.
La organización sindical más grande de Polonia, OPZZ, renunció
a convocar este año su tradicional marcha del 1 de mayo en
Varsovia para no interferir en las ceremonias relacionadas con la
beatificación.
"No hemos querido organizar esta marcha por la beatificación".
"Temimos que ésta pudiera ser entendida como una manifestación
contra el Papa, cuando nuestros miembros son polacos como los
demás", explicó a la AFP Grzegorz Ilka, portavoz de OPZZ,
sindicato de izquierda que representa a 750.000 personas en todo
el país.
Desde que murió hace seis años, sus compatriotas lo veneran
como un santo.
"Las personas siempre han rezado a Juan Pablo II, incluso antes
de que fuera beatificado. La beatificación permitirá simplemente
que se haga de forma oficial", asegura Sebastian Wawer.
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