Más allá de la pasión por el fútbol
La iniciativa que Boca y River pusieron en marcha hace algunos años permite conocer de manera entretenida el pasado de dos de las organizaciones más tradicionales del país y revivir la historia argentina y mundial. Florencia Carbone Una historia con más de 100 años de enfrentamientos, comparaciones, estadísticas y gastadas mutuas.Boca y River o River y Boca -para no herir susceptibilidades-, nacieron en el porteñísimo barrio de La Boca. ¿Será por eso que se tienen tanta pica? Hoy, cada uno tiene bien delimitado su territorio: Boca, el de La Boca; River, el de Nuñez.Desde hace algunos años ambos encontraron una manera para difundir de modo atractivo su historia. Con la tecnología como gran aliada, Boca en 2001 y River en 2009, inauguraron su propio museo.Se trata de espacios en los que datos, nombres, anécdotas y camisetas irrumpen con vida propia. Hasta el último detalle fue pensado para que el visitante -sin importar de qué cuadro es hincha- sienta en carne propia lo que significa la pasión por el fútbol.En orden cronológico, arrancamos con el Museo de Boca.¿Cómo surgió la idea? La inspiración llegó desde Barcelona. A mediados de 1999, dos socios xeneizes que acababan de recorrer el museo del club catalán, fascinados con lo que habían visto, se preguntaron cómo podía ser que no existiera algo así en la Argentina, país futboleros si los hay, y de modo particular en Boca, "un club con una marca mundial tan fuerte".Apenas aterrizaron en el país, empezaron a darle forma al proyecto. Se contactaron con gente de Boca, armaron una empresa y sumaron especialistas de diferentes sectores: historiadores, diseñadores, arquitectos, artistas, museólogos, guionistas, escenógrafos. "La intención era transmitir la historia del club y del barrio de una manera distinta a lo que hasta entonces se entendía como un museo, y siempre resaltando la pasión y el sentido de pertenencia que genera en sus hinchas el Club Atlético Boca Juniors", cuenta Lucas Spósito, Editor de Contenidos del Museo de la Pasión Boquense y de MuDe.Se utilizaron todos los adelantos tecnológicos disponibles para crear un espacio que transportara al visitante al corazón del hincha xeneize en un ambicioso proyecto que costó más de dos millones de dólares y casi dos años de intenso trabajo. El 3 de abril de 2001, día en el que el club festejaba 96 años, el museo quedó inaugurado.No hace falta ser muy memorioso para decir que eran tiempos muy complicados para la Argentina. Por eso, reunir el dinero que se necesitaba no fue tarea sencilla.La pared tapizada con estrellas amarillas que se encuentra apenas se ingresa en el museo, tiene directa relación con ello. Todo simpatizante de Boca que quisiera colaborar podía pagar 400 pesos para comprar su estrella, colaborar con el museo y ser nombrado de esa forma "socio fundador". El paquete incluía la posibilidad de jugar un partido en la Bombonera lo que lo hizo aún más atractivo el producto y facilitó la recaudación.El Museo de la Pasión Boquense, a metros de Caminito, refleja la historia de un club centenario y de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad."Tratamos de no dejar nada afuera. Nuestro lema es: si se puso la camiseta de Boca es parte de la familia xeneize, y por eso el primer pasillo con el que se encuentra el visitante está repleto de fotos de cada uno de los que jugaron al menos un minuto en la primera del club. Todos los títulos ganados también tienen su espacio, con proyecciones y estadísticas propias. Por suerte Boca no dejó de levantar copas desde la inauguración del museo, y nos vimos obligados hace unos años a crear un nuevo sector en la planta alta llamado "Boca Tercer Milenio" en donde contamos todos los logros del 2000 a la actualidad. Esto requiere un trabajo de actualización constante, pero entendemos que es importante hacerlo para que el museo no quede viejo. Ese es uno de los mayores desafíos. Lo mismo con el plantel actual, ya tenemos instalado todos los jugadores del 2013", explica Spósito.Sin ocultar su orgullo xeneize, agrega que "la joya" sigue siendo "el cine 360° en donde uno se puede sentir como un chico que debuta en Boca, haciendo paredes en la Bombonera con la hinchada alentando de fondo, en una puesta en escena que estremece".Las redes sociales se han vuelto una herramienta clave para retroalimentar la pasión. Hoy alrededor de 85.000 seguidores de la fan page del museo en Facebook participan de debates históricos, comentan efemérides y evocan experiencias personales con el club de sus amores.El museo boquense alberga -por ahora- tres estatuas. "Todas fueron aportadas por hinchas que quisieron homenajear a sus ídolos. A las que ya están (Diego Maradona, Martín Palermo y Juan Román Riquelme) próximamente se sumará la de Guillermo Barros Schelotto que se está esculpiendo", dice Spósito.Si los visitantes se emocionan al ver alguna vieja camiseta o al escuchar los tradicionales cánticos de la cancha, el paso frente a las estatuas merece párrafo aparte."Algunos visitantes se ríen cuando ven a Palermo y Riquelme tan cerca. ¡Al final se juntaron!, dicen. Otra cosa muy cómica es que la estatua de Palermo mide 3,03 por la cantidad de goles que hizo, lo que lo hace parecer inmenso ante los otros dos homenajeados. Obviamente el diseño no pasa por nosotros, ya que diferentes escultores han sido convocados por cada grupo. Respetamos a los fanáticos de cada uno de ellos y les damos lugar porque, en definitiva, el museo es el espacio que da cobijo a sus emociones", aclara el editor boquense.La Máquina Apenas se abren las puertas de vidrio del moderno edificio que se levantó hace seis años sobre la avenida Figueroa Alcorta, al costado del Monumental, aparece una enorme locomotora humeante y ruidosa, imparable.Se trata del homenaje arquitectónico para la más famosa delantera de River: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Los protagonistas de la célebre formación de los años '40 custodian desde un mural a la locomotora que ha atravesado y demolido un muro, y que simboliza la precisión y potencia que ellos tuvieron como jugadores.Carolina Rossi, encargada de Relaciones Institucionales del Museo River, explica que, como los más modernos museos y parques temáticos del mundo, la sala cuenta con novedosos diseños, originales instalaciones, avanzadas técnicas escenográficas, recursos escénicos sonoros y audiovisuales para poner en valor lo que se exhibe.Concebido y desarrollado por un equipo interdisciplinario, comenta que está construido a través de áreas o núcleos argumentales. Cada uno de esos "ejes narrativos" tiene una manera de expresarse, tanto a través del diseño del sector dedicado a ese tema, como por la elaboración creativa y la puesta en escena prevista para presentar al público cada uno de ellos.Es así como en las dos plantas se pueden recorrer la "Historia de una pasión monumental" (narrada por grandes riverplatenses de todas las épocas y disfrutar de una proyección esférica central y periférica en 360°); ver la exposición de las más importantes camisetas de River a lo largo del siglo; revivir los mejores goles; conocer en detalle el club y sus adyacencias gracias a una enorme maqueta y hasta hacer un viaje a través del túnel del tiempo.Esta última es, sin dudas, una de las mayores atracciones. Se trata de una emocionante experiencia en la que luego de atravesar y recorrer un realista "túnel del tiempo" en el que se combinan proyecciones audiovisuales, efectos lumínicos y sonoros, el visitante es transportado a las sucesivas décadas de la historia riverplatense.El túnel está conformado por una elipse que avanza y sube hasta la planta alta (simboliza la banda roja de la camiseta) y que permite descubrir en el piso, una vertiginosa secuencia lumínica de los años que van pasando y que guía al público hasta las distintas "estaciones": el amateurismo, los años '40, los años '50, los '70, los '80, los '90, el siglo XXI y lo que vendrá.Las estaciones temporales, ubicadas a los costados de esa cinta, son un gran enriquecedor de la visita ya que más allá de la historia netamente futbolística, se proyecta en cada box una película son sonido referida a los sucesos ocurridos en esa década en la Argentina y el mundo, además de contar con exhibidores con objetos (memorabilia) simbólicos de cada período.En lo que se transforma en una verdadera enciclopedia millonaria que reúne a los casi mil deportistas que vistieron la camiseta del club, un destacado espacio gráfico detalla quiénes fueron los jugadores que pasaron por la institución.Desde su inauguración, el 29 de noviembre de 2009, el Museo River recibió más de 450.000 visitantes. "En poco tiempo se convertirá en uno de los atractivos imperdibles de Buenos Aires y en un aporte cultural y turístico a la Ciudad", dice con orgullo Rossi.Tanto en River como en Boca el "extra" de la visita es "salir" a la cancha por el túnel -y sentirse un jugador de primera aunque sea por unos segundos-, y conocer la intimidad de los vestuarios.Para el final, la infaltable escala en la "tienda de recuerdos" donde se encontrarán desde las tradicionales camisetas a los souvenir más raros, eso sí, amarillos y azules o rojos y blancos.
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