EL SENADO LE SUBIÓ EL PULGAR
Ley Bases, sangre con oxígeno para un gobierno complicado
Pegó en un palo, en el otro, picó y, lentamente, entró en el arco. Así fue, con metáfora futbolística, la sanción de la Ley Bases (o lo que quedó de ella) en el Senado. Como esas películas viejas que se repiten una y otra vez, todo lo que pasó ya lo vimos en el 2017. Casi que con los mismos actores. Aunque ahora, como definió una legisladora, el que ganó fue un “enfermo mental”.
Milei nació como enemigo de la casta. De la política tradicional que nos hizo desbarrancar como Nación. Se define por oposición. Es como un espejo que te devuelve todo lo que no querés ser. Así, sin estructura, con un discurso de ajuste y poca promesa, llegó a la presidencia. Sí, como dijo la legisladora, este “enfermo mental” le ganó a toda la clase política; eso no habla mal de él, sino de todos los demás, ella incluida.
El Gobierno necesitaba la Ley Bases, como fuera. No importaba ya su contenido, aunque ahora en Diputados intentará recuperar algo de lo que modificó el Senado. Sobre todo, las provincias que con Ganancias siguen sin percibir fondos cuantiosos que les servirían para paliar algo de los recortes. Ningún gobierno tuvo que esperar tanto para conseguir sacar alguna ley del Parlamento. Ninguno ha tenido también tan poco poder político. Milei sólo tiene un puñado de senadores y diputados (llenos de internas, encima) y ningún gobernador que le responda. Aliados sí, que imponen condiciones para los apoyos. Erróneamente, el Presidente supuso que con los 14 millones de votos y el mandato popular alcanzaría, pero la realidad le demostró, a los golpes, que no. Ese aprendizaje, desde que asumió, incluye herramientas de la vieja política. Una negociación implica dos partes que intercambian cosas, concediendo y acordando. En política esto se traduce en cuestiones concretas que van desde obras hasta cargos. ¿Horrible? Sí. ¿Hay otra manera? No. Por eso el rol de Guillermo Francos, un especialista para estos menesteres. En el medio, el Gobierno tuvo que ceder en infinidad de temas, pero a medida que pasaban las semanas, la presión fue en ascenso. Una administración que pretende hacer cambios “revolucionarios”, ¿no es capaz de sacar una ley del Congreso, aunque esté en franca minoría? ¿Cuál puede ser su fortaleza? Con convicción no alcanza. En un par de semanas, los barquinazos se volvieron turbulencias. Las peleas internas, el desplazamiento del Jefe de Gabinete, la situación de Petovello y el escándalo de los alimentos en los depósitos. Y la suba del dólar blue con el riesgo país fue el mensaje de los mercados.
El proceso que terminó con el voto de la vicepresidenta Villarroel tuvo de todo. El empate final, que estuvo colgando de un pincel, le dio a la segunda en la sucesión presidencial un protagonismo clave.
Afuera del Congreso un escenario idéntico al del 2017, cuando los famosos piedrazos y el “gordo mortero” voltearon la pretenciosa reforma del índice de cálculo jubilatorio de Macri. Fue una película con los mismos títulos. El kirchnerismo haciendo de las suyas tratando de voltear como fuera la sesión y en la calle de todo. El menú incluyó un par de autos incendiados, entre ellos el de Cadena 3 de Córdoba, y lo habitual con la destrucción de un paseo público, carteles, bicicletas y varios etcéteras.
Del otro lado estaba Patricia Bullrich que es especialista en estas lides. El operativo no sólo fue eficaz, sino que dejó en evidencia a los revoltosos y su verdadero objetivo. Cuando la manifestación desbarrancó la mayor parte de los gremios se fueron de la plaza, dejando en el escenario sólo a los violentos. Cada piedra que tiraron fue un remache más de la Ley Bases. Ni siquiera la teatralización de algunos sirvió esta vez. El Parlamento está para discutir y sacar leyes, así funciona la democracia, le guste a quien le guste. Y su composición responde a lo que votan mayorías y minorías. En este caso, y pese a ser votado por el 54% de los argentinos, Milei no tiene mayoría propia, pero así funciona el sistema, con pesos y contrapesos. De hecho, se vio obligado a negociar y ceder hasta lugares donde seguramente no hubiera querido.
La inflación se clavó en el 4,2% en mayor, aunque es probable que vuelva a subir algo en junio, pero será por el efecto de las tarifas. El FMI le dio luz verde al último examen y mandó 800 millones de dólares. Georgieva desde Bari le dijo al Presidente sobre un nuevo acuerdo, cuyo destino final servirá para levantar el cepo. Y la Ley Bases, entre un mar de cuestionamientos, asomó la cabeza en el Senado demostrando que, pese a su inexperiencia, los libertarios son capaces de negociar como hacía la vieja política. Los malos dicen que con la casta propia.
Desde el 10 de diciembre del 2023 asistimos a una experiencia inédita. No asistimos, en todo caso somos parte como ciudadanos. Como siempre no hay términos medios, es la gloria o Devoto. La cárcel o la libertad. Nunca mejor dicho. La peli recién empieza y promete ser bien fuerte. Agárrense de lo que tengan a mano.