SE ACHICÓ LA BRECHA
Estaciones de servicio uruguayas venden más tras los aumentos de precios en Argentina
En los últimos días “a ojo” se ha percibido una mayor concurrencia de vehículos cargando combustible en las estaciones de servicio de Paysandú, tendencia esta que ha sido confirmada por estacioneros locales, y sin que ello responda a que se acercan las fiestas tradicionales.
Por otra parte, información no oficial sobre el tránsito vecinal en el puente sugiere que se ha visto reducido sustancialmente en los últimos días, probablemente entre un 30 y un 40%, justo cuando se esperaba un incremento debido a la proximidad de las fiestas.
Los informantes consignaron que esta mayor demanda de combustibles, tras un largo período en que ha estado deprimida por el cruce masivo de vehículos a surtirse de nafta en Colón, se ha manifestado desde hace unos diez días, y refiere exclusivamente a las compras de nafta con tarjeta de crédito, que es donde se descuenta el Imesi y por lo tanto el precio final es un 40 por ciento menor que en el surtidor, girando en el entorno de los 47 pesos.
Esta reversión responde al encarecimiento de los combustibles en la vecina orilla, que como consecuencia de un “sinceramiento” de la normativa que los rige ha tenido aumentos de hasta el 67 por ciento, por lo que los valores, si bien siguen siendo más baratos que en Uruguay y otros países limítrofes, no tienen la gran brecha que tenían hasta hace un corto tiempo, por lo que no representa un ahorro en tanques de nafta de poca capacidad o si se echan pocos litros de combustible.
Asimismo, este estrechamiento se nota porque no ha habido variación en la relación cambiaria entre las monedas de ambos países, y por lo tanto los aumentos de precios en la vecina orilla se reflejan también cuando los valores se convierten a nuestra moneda.
Uno de los empresarios sanduceros consultados dijo que esta aproximación de precios siempre se refleja en primer lugar en la compra de combustibles, por lo que se tiene la expectativa de que se reduzca la brecha con otros productos –algo de eso ya se ha dado– y ello repercuta sensiblemente en la actividad de las ciudades de frontera, muy venida a menos desde la pospandemia. (El Telégrafo)