MIRADAS
Entre Ríos no estuvo en la "Casita" de Tucumán
Ante todo, aclarar que el término casita hace referencia al uso escolar de la efeméride. No es un uso peyorativo. En todo caso sería la casa de la independencia o la casa histórica. Ahora bien, creo que la festividad de la independencia tomando en cuenta lo ocurrido en el Congreso de Tucumán cuyo inicio se dio el 24 de marzo de 1816 y sesionó hasta febrero de 1820.
Lo paradójico es que la provincia norteña solo lo hizo hasta mayo de 1817. Es decir que desde esa fecha hasta 1820, el Congreso lo hizo en otra localidad. Nada más ni nada menos que en Buenos Aires ¿Por qué habrá sido?
El territorio se denominaba Provincias Unidas del Río de la Plata. Aunque para ese momento, esa denominación no abarcaba el poder político efectivo y legítimo de ese espacio geográfico. Gran parte, estaba bajo dominio indígena como el monte chaqueño-santafecino (mocovíes, wichi, guaycurúes, entre otros) y tomando una línea imaginaria desde ciudad Buenos Aires a Mendoza hacia el sur, todo era de dominación indígena (pampas, ranqueles, tehuelches, etc.).
Además, el litoral rioplatense conformaba la Liga de los Pueblos Libres quienes bajo el liderazgo de José Gervasio Artigas sostenían diferencias políticas con Buenos Aires.
El Congreso de Oriente
La situación recrudeció hacia 1815. Artigas era reconocido por diferentes referentes políticos y militares de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, las Misiones, Corrientes y la Banda Oriental como el Protector de los Pueblos Libres.
A principios de 1815, Artigas convocó al Congreso de Oriente o Congreso de los Pueblos Libres, en Concepción del Uruguay, para junio de ese mismo año, a debatir sobre la organización y el destino de la patria. Si bien no se conservan las actas; sí hay cartas y escritos en términos de memorias de varios actores que tuvieron participación por aquellos años que avalan la existencia del mismo y los temas debatidos por aquellos días tan convulsionados.
En dicho Congreso participaron representantes de los pueblos de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, las Misiones Orientales, Corrientes, la Banda Oriental y se cree que integrantes de la nación Bantú. Se trataron diversos asuntos tales como la organización política; el comercio interprovincial y con el extranjero; la política agraria, así como también la protección de la producción y del consumo interno.
Entre otras resoluciones, el Congreso resolvió proclamar la independencia respecto de todo poder extranjero (no del resto del territorio), la reforma de los reglamentos de tierras y de aranceles y la organización institucional federal.
El éxodo oriental y Purificación son hitos relevantes en la zona del Río de la Plata. El punto de inflexión fue el rechazo a las ideas artiguistas por parte de la Asamblea General del Año XII (que no cumplió con los objetivos para la que fue convocada que era declarar la independencia y dictar una constitución) y el destrato a los diputados orientales.
Son años en donde la figura de Artigas tomó relevancia al convertirse en líder de todo el litoral del Río de la Plata. La tensión con Buenos Aires estaba relacionada con la firma de un armisticio con la realista Montevideo; ya que los porteños querían entregar a la Banda Oriental y Entre Ríos a los españoles y, posteriormente a los portugueses. Esto había caído muy mal entre las tropas patriotas que luchaban denodadamente para derrotar el último punto fuerte de los realistas en el Río de la Plata.
En desacuerdo con todas estas medidas, Artigas se repliega a Entre Ríos mientras Buenos Aires envía tropas para enfrentarlo y matarlo por ser considerado traidor. Incluso, se le pone precio a su cabeza.
La batalla de El Espinillo, en cercanías a Paraná, con triunfo de las tropas artiguistas conformadas por hombres y mujeres, gauchos, aborígenes y negros al mando de Eusebio Herenú (santafesino) y Fernando Otorgués (oriental) fue el punto de ruptura sin retorno entre las partes. Mientras tanto, desde la Liga de los Pueblos Libres se luchaba contra el invasor español y portugués.
El adiós a un proyecto político
En 1820, Artigas envía a sus hombres de confianza para enfrentar a Buenos Aires en su propio territorio. Francisco Ramírez y Estanislao López encabezaron las tropas que produjo el triunfo litoraleño en la batalla de Cepeda, poniéndole fin al Directorio.
En los manuales de historia a este período se lo reconoce como el final del ejercicio de la autoridad nacional y el inicio de los enfrentamientos entre unitarios y federales. Ya aclaramos que las diferencias políticas internas son anteriores al año 1820 y que si fue una pelea entre distintas facciones internas fue –por lo tanto– una guerra civil, en la cual no hubo legalidad posible; solo la voluntad, los caprichos y las ideas de los líderes políticos que prevalecieron durante el largo período denominado criollo.
Tras el triunfo en Cepeda se firmó el Tratado de Pilar; Artigas entendió que ese Pacto era un acto de traición por parte de Ramírez. La disputa entre Artigas y Ramírez es un claro ejemplo de las posturas extremas que tomaban los caudillos.
De esa lucha solo se benefició Buenos Aires. Vencido Artigas, diezmado en lo militar y lo político, se retiró a vivir a Asunción, hasta el día de su muerte, en septiembre de 1850, un mes después del fallecimiento de San Martín.
Era el tiempo de los caudillos. Fue el período de la breve experiencia política República de Entre Ríos (Corrientes, Entre Ríos y las Misiones), en principio, de características democráticas ya que hubo que elegir al Jefe Supremo de la República.
El triunfo de Ramírez sobre Artigas no solo fue una derrota para el oriental, también lo fue para un conjunto de ideas federales expresadas en la Liga de los Pueblos Libres. Ramírez terminó siendo funcional a Buenos Aires. Tras su caída, Entre Ríos fue dominada por los porteños y durante toda la década de 1820 fue una anarquía.
* Licenciado en historia de la Universidad Nacional de Luján (UNLu) y maestrando de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).