Caso Schaerer: piden 40 años para el gualeguaychuense Carro Córdoba

Por Verónica TollerCristian Carro Córdoba cayó en septiembre de 2004 en Vicente López, en un simple operativo de tránsito, casi por casualidad. Llevaba en ese momento documentos paraguayos bajo el nombre de Alcides Ortigoza Monjes. Se lo vinculaba entonces con no menos de 70 secuestros en Argentina y Paraguay. Le gustaba hacerse llamar "el gordito de la pelota".Ahora, preso y juzgado, podría ser condenado a 40 años de cárcel, aunque su abogado defensor Marcelo Fernández alegó al pasado viernes que "no existen precisiones en la pieza acusatoria" y acusó a la contraparte de violar normas probatorias. Pidió impugnar, pero el Tribunal resolvió "no hacer lugar". El secuestrador nació en esta ciudad. Marchó a La Plata a estudiar Periodismo y comenzó su carrera delictiva, con robos a mano armada, asaltos a blindados y, finalmente, secuestros. Se movía tranquilo en Argentina, Paraguay y Uruguay con siete identidades falsas, entre ellas, Marcos Antonio Rivas, César Salgueiro, Jorge Marcelo García Peralta, Eduardo Benítez y Alejandro Javier Iturmende. Precisamente, la identidad de Iturmende fue decisiva en la investigación y condujo a la Policía hasta Gualeguaychú. Sucedió así:Carro Córdoba había robado la identidad de un ciudadano bonaerense, de profesión "grafista" (sic), según un informe de la Policía de Corrientes y la Federal de Concepción del Uruguay. Decía ser paraguayo, vendedor de indumentaria. El 1° de noviembre de 2002, personal de Gendarmería de Clorinda lo retuvo tres días en averiguación de antecedentes. Iturmende aparecía con domicilio en Gualeguaychú. La Policía vino a averiguar, y quien aseguró que Iturmende era un pensionista suyo, "muy buen muchacho", fue nada menos que la madre de Carro Córdoba.Antes que eso, en el 2000, la Policía local tuvo preso a Carro Córdoba a raíz del intento fallido de golpe comando a la sucursal de Norte. La causa se cerró por cuestiones formales, pero las huellas dactilares y fotografía quedaron archivadas. En 2004, una comisión policial de Corrientes llegó a Gualeguaychú siguiendo la pista de Iturmende, a quien se creía relacionado con el secuestro de Christian Schaerer. Además, la Policía había identificado el número de uno de los teléfonos con que se extorsionaba a los familiares de Christian, un celular con la característica 03446.Iturmende tenía el mismo domicilio de Carro Córdoba. Un comisario correntino de apellido Vergara lo reconoció de inmediato en las fotos del expediente de 2000. Así, gracias a la Policía de Gualeguaychú se pudo saber cuál era la verdadera identidad del cabecilla de los secuestradores: Cristian Carro Córdoba. A partir de allí, los uniformados locales trabajaron en cooperación con la Policía de Corrientes y de Misiones, con la Fiscalía del caso, la policía Federal de Concepción del Uruguay y la policía de Buenos Aires.Durante la investigación, se estableció que contaba con el apoyo logístico de un pariente en Prefectura, que le facilitaba el paso hacia Uruguay por el puente internacional Colón-Paysandú, que Carro Córdoba llamaba familiarmente "Los Hornitos", en referencia a unas islas de dicho nombre ubicadas en medio del río, cerca de Colón. "¿Qué tal está Los Hornitos? ¿Podemos pasar?", dijo en una de las llamadas telefónicas interceptadas por las escuchas de la Policía Federal de Concepción del Uruguay en 2004.La Policía de Gualeguaychú lo esperó con vigilancia sobre la casa de sus padres y escuchas telefónicas durante tres meses en 2004. Suponían que, por amor a su madre y porque vivían aquí sus dos hijas y su mujer Silvia Alejandra Altamirano, vendría tarde o temprano y lo atraparían. Además, había comprado en Gualeguaychú dos automóviles (uno, el Peugeot 306 en que viajaba cuando lo detuvieron), una casa en calle Urquiza a Oeste y otras tres más, por las que pagó dos años por adelantado. En una de ellas, la Policía local está segura de que tuvieron cautivo temporalmente a Schaerer.Sus hijas asistían a dos escuelas públicas en Gualeguaychú bajo el apellido "Gorosito". Para encontrarlas, la Policía confrontó nombres y edades de todos los chicos de Gualeguaychú de edad escolar entre 10 y 12 años, que habían pedido pase a mitad del año anterior.A Carro Córdoba se le atribuyeron los secuestros de Miguel Ángel Mazzoni, febrero de 2002; Cristian Riquelme, en abril del mismo año; Claudio Stefanich, en el mes siguiente, y Cristian Schaerer. Se lo relacionó con las bandas que raptaron a Pablo Belluscio, Leopoldo Andrada, Ernesto Rodríguez, Cristian Ramaro y Nicolás Garnil. En Paraguay, está acusado de los secuestros de Cecilia Cubas en Paraguay, hija del ex Presidente; del ganadero Sebastián Llano, ocurrido en julio de 2004 (por quien se pagó 1 millón de dólares de rescate y causa en la cual hubo testigos contra Carro Córdoba); la ex modelo Mariángela Martínez, y la empresaria Mercedes Elizeche, en marzo y julio de 2003. Además, se le imputó atentar a tiros contra Juan Pedro Schaerer, padre de Christian, en su casa de Asunción, meses antes de que la banda decidiera secuestrar al joven correntino cuando llegaba a su casa, el 21 de septiembre de 2003.El pasado viernes 21, en la Cámara en lo Criminal Federal de Corrientes, finalizaron los alegatos. La Fiscalía pidió entre 8 y más de 43 años de cárcel para los 9 procesados. Se les imputa secuestro extorsivo agravado por el número de personas, asociación ilícita y uso de armas agravado. En esta causa hay más de 20 personas detenidas y declararon más de cien testigos.Este segundo juicio comenzó el 25 de noviembre de 2008. La próxima audiencia será el miércoles a las 10:30, última oportunidad de los acusados para hablar. Luego, el tribunal pasará a analizar el fallo. El primer juicio tuvo lugar en junio de 2007. Hubo en él condenadas de 8 a 25 años. Dos cabecillas de la organización, Rodolfo "El Ruso" Lorhman y José Horacio "Potrillo" Maidana, continúan prófugos.
EL MENSAJE DE CHRISTIAN
Una de las audiencias más duras del juicio tuvo lugar cuando el tribunal dispuso escuchar la grabación de una prueba de vida que los secuestradores enviaron a la familia Schaerer. Se escuchó la voz del joven diciendo a su padre, Juan Pedro Schaerer: "Si ustedes no pagan, me van a matar. Quiero vivir, por favor pagá papá. Quiero tener hijos, formar una familia, vivir de mi profesión. Tengo 21 años y muchos proyectos. No molesten a los secuestradores, pagá por mi vida, si no me muero. Estoy destruido, todo lastimado. Tengo la rodilla, una pierna y la cabeza golpeada. Tengo 10 kilos menos, me falta un diente. Estoy todo mutilado. Me pegan todo el día. Si me ves, no me vas a reconocer".Christian Schaerer fue secuestrado el 21 de septiembre de 2003 cuando regresaba a su casa en Corrientes y se pagó en noviembre de ese año un rescate de 273 mil dólares. Sus captores nunca lo liberaron. Su cuerpo nunca apareció.
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