Cambio de paradigma: “La puerta de entrada a las drogas duras es el dealer, no la marihuana”

Luciano Peralta 

Hoy todos hablamos o escuchamos hablar sobre la guerra en Ucrania. El caso de la violación grupal en Palermo empieza a ser historia y casi no nos acordamos de las 24 personas muertas por consumir cocaína adulterada en el partido de San Martín, en el conurbano bonaerense.

Nos guste o no, así funciona. Pero, aunque desaparezcan de la agenda político-mediática, los problemas siguen siendo gravísimos y no se resuelven, al contrario, siempre se agravan. El narcotráfico y las adicciones son ejemplo de ello. 

Hace algunas semanas atrás la diputada nacional entrerriana Carolina Gaillard, junto a una docena de legisladoras mujeres del Frente de Todos, presentó un proyecto que modifica la actual Ley de Estupefacientes N° 27.737, promulgada en 1989, y de esto dialogó con ElDía. 

“En primer lugar, soy de las que creen que el Estado siempre tiene que estar presente, para cuidar, para acompañar y no para criminalizar y castigar. En segundo lugar, creo que el prohibicionismo fracasó, acá y en el mundo, y que la peor regulación es mejor que la prohibición, siempre”, expresó la diputada. Y aseguró que “lo único que genera la prohibición es que se armen mafias en torno a la comercialización de productos prohibidos en el mercado legal, al tiempo que arroja a la población hacia el consumo de sustancias que no se sabe cómo están compuestas. Esto es lo que pasó con la cocaína adulterada”.

“Por eso es necesario modificar la Ley de Estupefacientes y adaptarla al nuevo paradigma. Es claro el fracaso de la guerra contra las drogas y el prohibicionismo. El Estado tiene que regular para despenalizar y así dejar de criminalizar a usuarios y consumidores. Esto no lo digo yo, lo dijo hace diez años la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través del fallo Arriola”, expresó la ex secretaria de Turismo y Cultura de Entre Ríos, y cuestionó que “la criminalización sigue existiendo, porque hay una figura en el Código Penal, la Tenencia Simple, que muchas veces se utiliza para perseguir a quienes consumen de manera personal”.

“Entonces, la Justicia, en vez de abocarse a la investigación y persecución del delito complejo, es decir, del narco tráfico, termina poniendo presos a perejiles o consumidores. Así se criminaliza a quien tiene un problema de salud o está en consumo problemático. El Estado debe estar presente, pero con políticas de reducción de daños, trabajando sobre la prevención e informando, no se puede mirar para otro lado, es necesario saber qué tipo de sustancias se consumen”, ahondó la legisladora. 

Entre sus puntos más importantes, el proyecto plantea penas más altas para los narcotraficantes que para aquellos eslabones menores de la cadena de comercialización. Además, establece un procedimiento claro en el caso de denuncias (actualmente no lo es y existen abusos por parte de las policías provinciales), que tiene que ver con la obligación de requerir información al Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) sobre la persona denunciada antes de efectivizar un allanamiento, por ejemplo. También discrimina estatus jurídicos diferentes para los tipos de drogas: “no es lo mismo el cannabis que la cocaína, el uso medicinal del cannabis debe ser tenido en cuenta, no podemos generalizar sobre los estupefacientes”, indicó Gaillard. 

Asimismo, el proyecto de ley legaliza el cultivo de marihuana, como sostenía el espíritu de la Ley de Cannabis Medicinal aprobada en 2017 (también un proyecto de Gaillard) y vetada parcialmente por el entonces presidente Mauricio Macri. Hasta nueve plantas y cuarenta gramos de marihuana sería legal en los casos de cultivo personal en domicilio. 

“A partir de trabajar el tema del cannabis medicinal nos dimos cuenta que aunque hagamos la mejor ley de cannabis medicinal, si no modificamos la Ley de Estupefacientes seguirá habiendo persecución por parte de las fuerzas de seguridad. Incluso, hacia los usuarios medicinales que actualmente tienen la autorización por parte del Reprocann”, apuntó la legisladora. Y aseguró que “esto disminuiría considerablemente la violencia, porque muchas veces la violencia se genera cuando el consumidor va a comprarle al dealer. Nosotros creemos que la puerta de entrada a las drogas duras es el dealer y no la marihuana, y es por eso en los países donde se ha legalizado el uso recreativo han bajado los índices de violencia y las tasas de delito”. 

Si bien la iniciativa parlamentaria no avanza sobre la legalización de todas las drogas, sólo lo hace sobre el cultivo de marihuana, Gaillard entiende que “la legalización de la cocaína, por ejemplo, es una etapa posterior que deberá analizarse y ser debatida en profundidad, hoy debemos avanzar en donde hay un consenso generalizado: debemos dejar de criminalizar a los usuarios”.

“Muchas veces la política es conservadora, especula, y tiene miedo de suscitar debates como este. Las posiciones conservadoras son parecidas al debate por el aborto, pero que esté despenalizado no va a generar que más personas se droguen. Quien consume va a seguir consumiendo, esté penalizado o no, lo que nos permite la despenalización es garantizar el acceso al servicio de salud a los consumidores y usuarios para que no tengan miedo de ir a un hospital, lo primero que debemos cuidar es la vida de estas personas”, concluyó la diputada.