CADA RINCÓN, UN DILEMA DIFERENTE
Vulnerabilidad social, adicciones, inseguridad y accesibilidad: Las problemáticas que atraviesan a las escuelas de la ciudad
Aunque hay problemas que son transversales a todo el ejido, cada rincón presenta sus particularidades con las que debe lidiar. Mientras que los alumnos de la zona oeste se les dificulta llegar a la escuela, en el este luchan contra los robos; y si bien en el norte también es un problema el consumo problemático, en la zona sur este mismo problema está más acentuado.
La escuela es una institución social que tiene un rol fundamental en la formación integral de las personas, la promoción de derechos y la construcción de ciudadanía. Permite a los estudiantes adquirir hábitos y relacionarse con los pares y desarrollar el pensamiento crítico, además de competencias. A su vez, enseña nuevos valores y es un actor clave en la detección de conductas que restringen los derechos de los estudiantes.
La complejidad que reviste a la sociedad actual pega de lleno en las instituciones educativas que deben hacer frente a situaciones cada vez más complicadas. A manera de mapeo, Ahora ElDía se propuso buscar cuales son las problemáticas específicas en cada zona de la ciudad, las cuales viven realidades y dilemas diferentes, y para esto se consultó a Natalia Báez, directora Departamental de Escuelas, para conocer cuáles son los contextos con los que se encuentran las escuelas de la ciudad de acuerdo a su ubicación geográfica.
Antes de avanzar en una descripción más generalizada, es importante aclarar que no necesariamente la población de una institución pertenece en su totalidad a la zona en la que está enclavada y, que por otra parte, ninguna de las escuelas de la ciudad está exenta de las problemáticas que se van a mencionar, aunque en algunas su acento es mayor que en otras.
La vulnerabilidad social del norte
Una de las características que se constatan con mayor fuerza en los establecimientos educativos del norte de la ciudad es la vulnerabilidad social, que muchas veces se traduce en vulnerabilidad económica. Allí, según Báez, “los alumnos no sólo concurren para aprender, sino también en busca de un lugar de contención y de acceso a la alimentación”.
Estas otras respuestas que buscan las familias en las escuelas, se verifica muy claramente en la Escuela NINA Nº 8, ubicada en Blvd. Montana 456, que además de contar con comedor, ofrece talleres como parte de su currícula. “Esto posibilita que los chicos accedan a contraturno y reciban formación cultural que de otra manera no podrían tener”, destacó Báez.
En este marco, uno de los primeros indicadores de vulnerabilidad que detectan los docentes y autoridades escolares es la falta de regularidad en la trayectoria escolar, ya que detrás de la inasistencia y la deserción escolar siempre hay otros motivos.
“Frente a estos caso, recurrimos al Área de Niñez, Adolescencia y Familia (ANAF), porque esa inasistencia por lo general está asociada a la vulneración de otro derecho. Hay chicos que trabajan con sus familias y algunas veces, también está la realidad del consumo problemático. Nosotros somos la primera institución que activa protocolos de abuso. La escuela es el escenario donde muchas veces se visibiliza o se pone en palabras esta vulnerabilidad”.
El consumo problemático, el mayor flagelo del sur
Uno de los puntos de referencia de la zona sur es el Centro de Educación Física Nº 6 (CEF) Polideportivo Sur, ya que es un espacio que recibe a los chicos de las escuelas aledañas. El mayor desafío que enfrenta el barrio y, por lo tanto, las instituciones educativas allí es el consumo problemático de sustancias.
Al respecto, la Directora Departamental de Escuelas relató que “se ven niños vulnerados por la realidad de la droga, y no siempre en términos del consumo, sino que muchas veces la familia ve en su comercialización una manera de obtener dinero. Siempre hay realidades muy complejas cuando te encontrás con personas que no pueden buscar un futuro por otro lado o que no tienen un proyecto de vida. Esto se constata sobre todo en el nivel secundario y en instituciones como el CEF”.
Las escuelas tienen herramientas preventivas y educativas para abordar el flagelo de la droga, y una de ellas es el Programa de Consumos Problemáticos. Como novedad, este año están a la espera de la asignación de un docente formado en la materia que pueda reforzar la mirada educativa y preventiva. Además, los profesores realizan capacitaciones e intentan participar de todas las instancias que les permitan tratar esta realidad. A modo de ejemplo, se realizó el ciclo de charlas “Serenata 2.0”, en el que se abordó el consumo de alcohol en el marco de la festividad que realizan los adolescentes durante la madrugada del Paseo del Estudiante.
Sin embargo, si los establecimientos no pueden responder a una situación determinada, recurren a otras instituciones, como Defensorías, Fiscalías, ANAF, el Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), o el Área de Salud Mental del Hospital Centenario.
Además, hace ya un año, la Departamental de Escuela trabaja con el dispositivo “La Esquina” para contar con mayores herramientas frente a esta realidad en aumento.
Accesibilidad e inseguridad, los dramas en el oeste y el este
Hacia el noroeste de la ciudad, la posibilidad de llegar al colegio se torna en un verdadero inconveniente. Es lo que a diario viven los niños que asisten, por ejemplo, a la Escuela Nº 44 en el barrio Curita Gaucho.
La falta de transporte urbano genera que el alumnado deba concurrir caminando o tenga que hacer muchas cuadras hasta la parada de colectivo más cercana.
“Otro caso es el de la Escuela Nº 91 “Pedro Jurado”, sobre calle Alférez Sobral, varios kilómetros detrás del Cementerio Norte, donde los chicos no tienen forma de llegar más que cortando por un campo. Por lo tanto, la accesibilidad se vuelve un verdadero problema. Gran parte de los estudiantes provienen de familias en contexto de vulnerabilidad o trabajadores que no tienen auto. Otro ejemplo es el de la Escuela Emanuel: teníamos un chico de la Zona Curita Gaucho, y era una gran complicación que concurriera a la escuela”, relató Báez.
Por otra parte, en las Escuelas Nº 114 “Justo José de Urquiza”, ubicada en Bomberos Voluntarios entre 3 de Caballería y De Elía, y la Escuela Nº 31 “República Oriental del Uruguay”, en Blvr. Martínez y Maestra Torrilla, ambas en plena zona oeste de la ciudad, enfrentan serios problemas de inseguridad
Este realidad es la misma que experimentan la gran mayoría de los vecinos que viven en los barrios 338, 348 y 140, quienes desde hace meses que reclaman por mayor seguridad ante la ola de robos que se vive.
Finalmente, están las escuelas ubicadas en la zona céntrica de la ciudad. En este sentido, Natalia Báez advirtió que “tienen un poco de las características de todos los barrios, ya que no sólo concurren alumnos que viven en la zona, sino también los que habitan en diversas partes de la ciudad. Si bien geográficamente podemos nombrar el contexto que rodea a las instituciones, su población es más compleja y carga consigo las condiciones de su entorno”.
Las escuelas, un verdadero caleidoscopio social
Las aulas son un espacio de encuentro de múltiples realidades, y desde hace algunos años, dejaron de recibir estudiantes únicamente del barrio en el que están enclavadas. Esto se debe a que en la actualidad, la ciudad está más interconectada y, distancias que antes parecían muy lejanas hoy, son rápidamente recorridas con un auto, una moto, un colectivo o una bicicleta.
Este contexto hace que cada vez sean más diversas las situaciones que afloran en los establecimientos educativos y, que sea un tanto difícil generalizar las problemáticas que prevalecen en uno y otro lado.
De hecho, Natalia Báez fue tajante al respecto: “Tenemos intervenciones en relación a abusos, inasistencias, consumo problemático y vulnerabilidad social en todas las escuelas”.
Ante una sociedad más compleja, los docentes y las instituciones juegan un rol clave a la hora de educar y preservar a las futuras generaciones. Y, la detección de los puntos más críticos de cada escuela, permite buscar soluciones enfocadas en las necesidades que refleja el alumnado.