OPINIÓN
Una reflexión sobre el Bullying
Se acerca el tan esperado fin de semana de carnaval y con ello recordamos que se aproxima la vuelta a clases: docentes y personal escolar retornan a las escuelas; los alumnos que rinden; los padres que buscan bancos o que piden pases… Y con el comienzo de clases llega todo lo lindo de la rutina, ciertos hábitos y el orden que nos genera siempre armonía, pero también para algunos vuelven las problemáticas, como la del bullying.
El volver, para algunos chicos y sus familias, genera angustia, ansiedad, ese no saber con qué nos vamos a encontrar, qué va a pasar. Todo esto hace que aumenten las demandas en los consultorios, sobre todo con nuestros adolescentes que están con esa duda de qué hacer, cómo enfrentar el inicio, con qué se van a encontrar, qué va a pasar.
Detenerse a pensar esto nos permite hacernos preguntas sobre cómo nos tratamos, cómo nos manejamos, cómo generamos lazos y cómo nos vinculamos, ya sea como adultos, como padres, como profesionales, como niños o como adolescentes. A su vez, nos deja reflexionar sobre los recursos que tenemos para volver a las aulas porque ahora la vida en común vuelve a ser reglada, con códigos, con modalidades de convivencia. Vivimos en comunidad, estamos civilizados y, de ese modo, debemos proceder.
Como padres y como educadores debemos preguntarnos si vamos a acompañar y alojar la problemática que nos espera y si les daremos a nuestros hijos y a nuestros niños y adolescentes las herramientas para enfrentar este regreso, para no expulsar, para dar lugar al diálogo entre pares y para que la burla y el maltrato no sea moneda corriente. Dar lugar al diálogo implica abrirse, escuchar y escucharse, respetar las diferencias y poder convivir.
La masa muchas veces lleva a la discriminación, al maltrato que no siempre es físico, que no siempre es verbal, a la indiferencia y al aislar a alguien también es un modo de maltrato.
Los adultos tenemos que estar atentos y, a la vez, dispuestos a entrometernos en lo que pase para hacer nuestra futura sociedad un lugar en el que se quiera y se pueda estar a gusto.