EDITORIAL
Un invento que cambió la vida de personas no videntes
El 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille para crear mayor conciencia sobre la importancia de este medio de comunicación a favor de la plena realización de los derechos humanos de las personas con ceguera y con deficiencia visual.
La fecha fue elegida porque es la del nacimiento del creador del sistema de escritura y de lectura táctil, Louis Braille, el 4 de enero de 1809 en Francia. El 80% de la información que inicialmente obtenemos del entorno, y que necesitamos para nuestra vida cotidiana, implica el órgano de la visión. Lo cual supone que la mayoría de los conocimientos y las habilidades que poseemos, están conectados con la información visual. Desde esta perspectiva, se comprende el papel clave que juega la visión en el desarrollo de las personas. Y paralelamente el impacto que ocasionan en ellas las diferentes patologías y alteraciones visuales. Braille se quedó ciego debido a un accidente durante su niñez mientras jugaba en el taller de su padre. Cuando tenía 13 años, el director de la escuela de ciegos y sordos de París –donde estudiaba el joven Braille– le pidió que probara un sistema de lecto-escritura táctil inventado por un militar llamado Charles Barbier. Dicho sistema servía para transmitir órdenes a puestos de avanzada sin tener necesidad de delatar la posición durante las noches. Braille lo reinventó utilizando un sistema de 8 puntos aunque al cabo de unos años lo simplificó a 6. Así nació el sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas no videntes. Desde 1825 estas personas cuentan con una herramienta válida y eficaz para leer, escribir, componer o dedicarse a la informática. Se diría que leen con sus dedos, usando este tipo especial de alfabeto, en el cual cada letra presenta un diseño particular de puntos en relieve. Deslizando sus dedos sobre las páginas escritas en sistema Braille, pueden leer casi tan rápidamente como otra gente lo hace con sus ojos. Según la Organización Mundial de la Salud hay unos 36 millones de personas con ceguera en el mundo, y 216 millones sufren discapacidad visual moderada o grave. Estas personas tienen más posibilidades de vivir en la pobreza y tener más dificultades que otras para acceder a la educación y al empleo. Por eso todo cuanto se haga para mejorar su situación es un avance en favor de sus derechos y en esta dirección ha ido el invento de Braille, reconocido en todo el mundo gracias el sistema de lectura táctil de su autoría. Braille murió el 6 de enero de 1852, sus restos fueron llevados a su ciudad natal, Coupvray; sin embargo, un siglo más tarde, el 21 de junio de 1952, fue trasladado al Panteón Nacional de Francia, al lado de Napoleón. En el registro del Panteón se dice de Louis Braille: “La Nación lo ha reconocido como benefactor de la humanidad en el centenario de su muerte”. Ahora la revolución informática ha abierto un nuevo abanico de posibilidades para las personas que padecen algún tipo de deficiencia visual, como es la aparición de libros parlantes en audio digital. En tanto en el país existe la Biblioteca Argentina para Ciegos, una asociación civil sin fines de lucro que promueve la inclusión de este sector en la comunidad, a partir de proyectos e iniciativas en que participan personas con y sin discapacidad visual. Al respecto, la asociación produce libros en braille y audiolibros, distribuye material educativo, realiza cursos y brinda asesoramiento para personas con discapacidad visual.
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