Un gualeguaychuense participará con su orquesta en el festival de tango más importante del mundo

Camila Mateo

Monono nació en una familia de músicos y heredó el sobrenombre de su abuelo que era cantor y bandoneonista. Desde chico sabía que se dedicaría al arte y en su adolescencia ya participaba de algunas clases a escondidas en Musicante y viajaba al Conservatorio de Concepción del Uruguay a estudiar piano. 

Sin embargo, el bandoneón solo se le había cruzado en los relatos que su abuela le contaba de su abuelo. Recién cuando decidió a estudiar en la Universidad Nacional de Bellas Artes el instrumento volvería a aparecer en su horizonte. 

Por consejo de su padre, Javier Villanueva, Monono decidió aprender a tocar un instrumento, que en principio iba a ser el contrabajo, pero un cartel en la facultad torció el destino hacia el bandoneón: el tango lo estaba esperando. 

“Y ya a partir de ahí quedé fascinado cuando el profesor me apoyo el bandoneón en las piernas, porque parecía que ya sabía de otra vida”, relató Villanueva. 

Y la verdad es que algo de eso había, en su ADN algo lo conectaba con esa herencia que su abuelo le había dejado en la genética. 

Ahora el gualeguaychuense está a dos días de performar con su orquesta en el festival y mundial de tango más importante del mundo. Para participar debió inscribirse de forma virtual, presentar grabaciones y acreditar la trayectoria. 

Sobre la posibilidad, Monono expresó: “Es una alegría enorme, pero también es merecido por el trabajo que venimos haciendo”.

En relación al tango, el artista reflexionó y sentenció que “es muy interesante cuando uno analiza la composición musical por el nivel de desarrollo que tiene”.

Desde un costado más personal, el bandoneonista manifestó que el tango es un estilo de vida: “Para mí es un barco, es un viaje donde está todo, la tristeza, la alegría, el desarraigo, el encuentro. Es una manera de vivir, de abrazarse, porque por ahí si uno conoce los códigos de la milonga entiende que el tango socializa y aglutina gente de diferentes realidades”.

En la actualidad, el género ha logrado consolidarse a nivel internacional y ha abandonado la marginalidad que ostentaba en sus inicios, además, adviertió Monono que “hay muchos músicos del rock que lo han incorporado, siempre hay una mirada hacia el tango, está eso que te encuentra, de alguna manera siempre está dando vueltas, eso está metido dentro nuestro aunque no nos demos cuenta”.

En tanto, en octubre la Orquesta Típica Oriyera hará una presentación en el Teatro Gualeguaychú. 

Seamos tango

 La Orquesta Típica Oriyera recrea el estilo de las orquestas emblemáticas de la “Época Dorada del Tango”, ejecutando tanto arreglos originales de los compositores más representativos, como también arreglos y composiciones propias, manteniendo un lazo estrecho y equilibrado entre tradición y vanguardia.

 Para ello reúne en su formación a músicos profesionales provenientes de diversas provincias argentinas como Entre Ríos, La Pampa, Santa Fe, Buenos Aires y el infaltable acento porteño de la Capital Federal, lo que aporta el color tan característico y rico al ensamble.

Además incita a bailar, escuchar, compartir y sentir, pero especialmente invita al encuentro que se genera a través del tango.