Un clásico nacional: la fuga de capitales
Es conocida la tendencia de los argentinos a ahorrar en dólares, que van al colchón o son girados afuera. La incertidumbre electoral ha acelerado la compra de divisas.Los analistas estiman que la salida de capitales en el mes de mayo, que llegó a los 2.200 millones, superó la marca del año. Y se cree que a medida que se acerque la fecha de las elecciones, el ritmo de fuga irá in crescendo.Una parte mínima de esos dólares quedan en forma de depósitos bancarios, otra parte puede depositarse en el exterior, y otra parte queda en el país en colchones, cajas de seguridad o escondites varios.Lo más preocupante es que de ese flujo nada vaya a la economía real. El modelo económico de estos años ha sido bifronte: produce dólares, pero los fuga.Los ingentes dólares del comercio exterior se vinculan esencialmente al boom de las commodities. Entre 2001 y 2011 se produjo un milagro. La demanda china catapultó los precios: la soja pasó de 170 a 540 dólares la tonelada.Pese a este cambio macroeconómico excepcional -que en teoría debería respaldar la moneda nacional-, los argentinos con capacidad de ahorro siguen prefiriendo los dólares a los pesos, y a ponerlo fuera del sistemaA manera de balance, los analistas sostienen que durante el mandato de Cristina Kirchner el país habrá fugado nada menos que 68.000 millones de dólares.En el último informe que elaboró la consultora que preside Rogelio Frigerio, se lee: "En todo el 2011 la fuga llegaría a 21.700 millones de dólares, superando la fuga de 2009 -que fue de 14.123 millones de dólares- y ubicándose próxima al nivel de 2008, cuando salieron del sistema 23.098 millones de dólares".El ciclo de bonanza económica de esta década no ha podido recuperar el ahorro en moneda local, y por tanto no ha logrado un crecimiento fuerte del sistema financiero.El tamaño del sistema financiero argentino, en términos de PBI, se cayó a la mitad, con la crisis de 2001/2002, y nunca se recuperó de esos niveles. No es casual que en la Argentina no haya crédito hipotecario y que los empresarios se quejen porque no tienen financiamiento.¿Por qué razón los ahorristas huyen del peso refugiándose en el dólar? Una de las razones macroeconómicas, a partir de 2006, es la persistente inflación. La moneda nacional no reúne una de las funciones específicas del dinero: el de ser reserva de valor.Hay estudios que indican que quien atesoró pesos en efectivo en enero de 2007 dispone hoy de un 40% de la capacidad de compra en bienes y servicios de la que disponía en esa fecha.Para conservar sus ahorros, los argentinos se han visto obligados a comprar dólares o a adquirir propiedades. Esta última inversión permite comprender el porqué del importante auge que de la actividad inmobiliaria en los últimos años.Empalmado con esto, es razonable pensar que los ahorristas creen muy poco en la política económica, en el gobierno, y en las instituciones del país. Esta desconfianza estaría en la raíz del problema.Los que ahorran en Argentina no son los jubilados, ni los obreros ni los empleados. Sino la burguesía comercial y empresarial nacional, los profesionales de altos ingresos, los ejecutivos, la clase dirigencial (políticos y sindicalistas, por caso).Lo paradójico del caso es que muchos de los que ganaron con el modelo económico de estos años, y seguramente votarán al oficialismo en octubre, son los que prefieren los dólares a los pesos.Aquí hay que incluir a los empresarios que obtuvieron ganancias provenientes del mercado local y fueron amparados por políticas proteccionistas.
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