ATRAVESÓ VARIAS OPERACIONES Y SIEMPRE SALIÓ ADELANTE
Teresa, la gualeguaychuense que le peleó al cáncer durante más de 20 años y le ganó
Su peregrinar por los pasillos de Oncología del Hospital arrancó en el 2008, cuando le detectaron por primera vez cáncer de mama. Eso fue sólo el comienzo, luego tuvo otros tumores malignos que la obligaron a diversas intervenciones. “Me vaciaron”, dijo y aseveró que la clave para reponerse fue la fortaleza mental y el sostén de su familia. Además, le dejó una clara advertencia al cáncer: “No vuelvas más porque me tenés cansada”.
Obstinado, incansable e insaciable, el cáncer no dejó en paz a Teresa Ovalle desde que apareció en su vida hace 26 años. “Mi enfermedad empezó en 2008 con un estado gripal, no le di importancia y al cuarto día me palpo algo en la mama izquierda y ahí empecé con mi batalla. En ese entonces mi hermano era radiólogo en el Hospital y me pasó a buscar y me llevó. Eran unos tumores en la mama, ya sabíamos que era cáncer”, presagió y luego el doctor se lo confirmó: “Me acuerdo que Guidobono no sabía cómo decírmelo, y le dije ‘mire la que va a tener que luchar y pelearla con mi cuerpo soy yo así que quiero que siempre me diga la verdad’. Entonces, me dijo ‘es cáncer Tere y hay que operar ya’. Él me quiso hacer una punción para ver en qué grado estaba, pero mi mamá se descompensó, así que la atendió a ella y me dijo ‘te espero el lunes a las 8 horas en el quirófano’. Ahí empezó todo”.
Teresa recordó que en aquel momento tomó a la enfermedad como “un resfrío que me iba a tomar tiempo sanar por el estado gripal y el dolor corporal, pero así fue cómo se manifestó en mí el cáncer”. Lo que nunca imaginó, es que volverían una y otra vez: “Tras la operación, a los cuatro meses, me aparecieron otros tumores en diferentes partes del cuerpo: en el útero y en los ovarios … hasta en la cara. Y así fue mi lucha, prácticamente sola con mi familia. Nunca quise que ellos sufrieran lo que estaba pasando, venía de hacerme sesiones de rayos en Concepción del Uruguay y nunca me tiré en la cama. En ese entonces tenía un negocio y cuando llegaba iba a atender, con una fortaleza que hasta el día de hoy me asombra. Gracias a Dios la tuve porque pasé por mucho. Hubo compañeras que las mató la depresión. Lo importante cuando esta enfermedad ataca es aferrarte a la fuerza y a la fe. Lamentablemente no todos reaccionamos de la misma manera. Fui saliendo siempre con una sonrisa, nunca dejé de pintarme los labios, de ponerme coqueta”, reveló acerca de lo trascendental que es la fortaleza anímica y mental para atravesar los tratamientos y las operaciones.
“La depresión y el miedo te pueden matar, por eso es muy importante el apoyo psicológico, y el que tenemos en el Hospital es muy bueno: desde los profesionales de la salud mental hasta los médicos y los enfermeros. Son muy lindas personas”, aseguró Teresa.
En cuanto al acompañamiento familiar, resaltó: “Me apoyé en mis hijos (Ludmila y Nahuel), en mis hermanos, en mis tíos que son muy allegados, en primos… Tengo una familia hermosa. Y en Vicente, mi nietito, que es el amor de mi vida. Esa criatura me da fuerzas cuando pueden aparecer algunos dolores. Tengo 61 años (cumplo 62 en dos semanas) y no tengo dudas que para poder sanar el apoyo de la familia y los afectos es clave porque se atraviesan estados anímicos complejos”.
La vuelta del cáncer hace dos años y su superación
Sobre el momento más difícil que le tocó sortear, Teresa puntualizó que fue “después que me hicieron la histerectomía, me vaciaron, extirparon todo; fue una situación espantosa, pero tomé la medicación y seguí adelante”.
Cuando el cáncer parecía finiquitado, le tocó sufrirlo una vez más en 2022: “Hace dos años me apareció un tumor en la mama derecha, y otra vez me tuvieron que operar. Nunca me asusté: afronté otro año de quimioterapia, que la terminé hace siete meses, pero siempre con fuerza, aferrada a Dios. Fui a verlo a Franco (Ramello) hace 20 días y está todo bien”.
Acerca de este momento de paz, valoró: “Estoy mucho en lo holístico, soy reikista, y tengo una maestra que me dice que tengo que decir que ya no tengo cáncer, lo tuve, fui enferma oncológica, porque si vos me ves a mí lo que menos pensás es que lo fui, así que me he acostumbrado a eso, ya tuve y ojalá que no vuelva más… ¡porque me tiene repodrida!”, soltó desde lo más íntimo de su ser.