La modalidad que supuestamente utilizó la banda de gitanos en abril para estafar a varias ancianas en Gualeguaychú, se repitió, aunque con otros matices. Esta vez sabían muy bien cuánto dinero tenía la víctima, que esa mañana había vendido una casa. Le llevaron 20 mil dólares.Todo sucedió el lunes. Por la mañana, la mujer se reunió con sus dos hijas para la venta de un inmueble, donde cada una se llevó 15 mil dólares. Tras la confección de la documentación, donde participó una inmobiliaria y una escribana - familiar de la víctima - la mujer de 73 años regresó a su domicilio.Por la tarde, alrededor de las 16, recibió el llamado de una persona que se identificó como su nieto, advirtiéndole que su madre estaba en el banco en esos momentos realizando una operación por una supuesta devaluación del dólar y que no quería que a su abuela se le desvalorizara el dinero de la reciente venta ni los ahorros que tenía.Casi en un discurso calcado a la estafas de abril, le dijo que una persona iba a pasar por su casa para buscar el dinero y que luego iba a hacer lo mismo en el domicilio de su tía (la otra hija de la víctima). Le indicó que le entregara toda la plata de la venta y los ahorros.Poco después tocó timbre el supuesto empleado bancario, mientras su nieto esperaba en el teléfono. Un hombre rubio, de 1,70 de altura, corpulento, bien vestido, se llevó 20 mil dólares. Tras darle la plata, la mujer le dijo a su nieto que ya le había entregado todo al hombre y del otro lado se cortó la comunicación. Minutos más tarde, la mujer se comunicó con su hija y ahí descubrió que había caído en un engaño.La denuncia se radicó tres horas más tarde y apenas se conoció el hecho, se trazaron coincidencias con lo que había ocurrido en abril y con un caso reciente que sucedió en Colón, pero a medida que se fueron conociendo detalles prosperó la hipótesis de que los autores serían personas vinculadas a la familia, porque manejaban muchos datos íntimos.La persona que llamó tenía información de la casa que vendieron, el monto de la operación, el dinero ahorrado que tenía la mujer, el nombre de su otra hija, rencillas familiares que había de por medio, mucha data que extrañó a los investigadores que si eran personas ajenas a la familia "tenían la bola de cristal", dijo una fuente de la investigación a ElDía.Las primeras diligencias estuvieron orientadas a localizar cámaras de seguridad cercanas al domicilio de la víctima, para tratar de determinar la identidad de la persona que pasó a buscar la recaudación. Además, se solicitó a la Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía que actúe de urgencia para tratar de localizar desde qué lugar se realizó el llamado a la damnificada y el número que se utilizó.
