PANORAMA INCIERTO EN EL INYM
El precio de la yerba podría dispararse en los próximos meses
La crisis económica y el discutido DNU 70/23 generó un conflicto al interior del sector yerbatero impidiendo que fije nuevos valores en su cadena de producción que, de actualizarse repentinamente, llevarían a un fuerte aumento del producto final.
El mate es por excelencia uno de los aspectos constitutivos de la identidad Argentina y su consumo forma parte del día a día de la gran mayoría de la población, haciendo de la yerba uno de los pocos productos que nunca falta en los hogares argentinos. En nuestra provincia, las costumbres del campo, la vecindad con el Uruguay y la relativa proximidad con la región yerbatera de Corrientes y Misiones -entre otros factores- hicieron del mate una característica de los entrerrianos.
A lo largo del tiempo, su popularidad ha atravesado generaciones, sobreviviendo a los vaivenes económicos y a las transformaciones culturales y demográficas del país. En la actualidad, esta vigencia del mate se ve reflejada en una abundante oferta de marcas y variedades que acompañan las distintas preferencias adquiridas por los consumidores.
Por ejemplo, la conocida como “yerba uruguaya”, despalada y de molienda fina, ha conquistado una parte significativa del mercado nacional en los últimos años. A pesar de ser más costosa, esta variedad -que en realidad se cultiva y elabora en Brasil- es elegida por muchos argentinos por su rendimiento y sabor definido. Siendo además una ciudad limítrofe con el Uruguay, Gualeguaychú no escapa a esta tendencia y abundan los comercios en los que pueden adquirirse al menos una de las dos marcas principales de esta variedad. La más popular y costosa de ellas hoy tiene precios que rondan los $7500 pesos por kilo, aunque hay quienes la ofertan a $6500 o incluso a $6000 (en efectivo). Un precio similar o ligeramente mayor presentan las marcas de yerba orgánica que ofrecen los supermercados de la ciudad, mientras que las de línea premium -que se distinguen por su presentación en caja- se acercan a los $8000 pesos por kilo.
Por su parte, la yerba saborizada o compuesta con hierbas que se exhibe en las góndolas tiene precios que van de los $3100 a los $4450 pesos por kilo. En cuanto a las marcas de yerba común, con y sin palo, los supermercados locales ofrecen numerosas opciones que parten de los $2800 pesos por kilo; la mayoría cuesta alrededor de $4000, pero hay marcas otrora accesibles que hoy llegan a valer más de $5000, o incluso casi $6000 en su variedad “suave”.
Conflicto de precios en el sector yerbatero
En un contexto de altísima inflación y profunda pérdida del poder adquisitivo de los salarios, los precios y ofertas de este producto central para la canasta hogareña se vuelven datos a seguir de cerca. Pero los factores que en definitiva determinan el valor de la yerba a menudo escapan a la mayoría de los consumidores, sobre todo en esta cambiante coyuntura económica. Es por eso que Ahora ElDía conversó con Jonás Petterson, productor yerbatero y autoridad a cargo provisoriamente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), para conocer el panorama actual de la industria, qué dificultades afronta y cómo podrían reflejarse en el precio final del producto.
En primer lugar, Petterson explicó que una de las complicaciones que atraviesa el sector tiene que ver con las medidas desregulatorias impulsadas por el DNU 70/23, que quitan al INYM “la posibilidad de generar registros, fijar precios y controlar la calidad de la materia prima”. Si bien por el momento estas facultades del organismo se encuentran protegidas mediante una medida cautelar, Petterson advirtió que el dilema persiste puesto que “hay sectores que se niegan a reconocerla”.
El INYM es un organismo no estatal y autárquico creado en el año 2002 con el fin de promover, fomentar y fortalecer el desarrollo de la producción, elaboración, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate. Desde entonces, los productores yerbateros han pasado a formar parte de la toma de decisiones con respecto al valor de la hoja verde y de la yerba “canchada”, materia prima de la yerba mate elaborada.
Al Instituto lo maneja un Directorio integrado por 12 miembros que representan a cada eslabón de la cadena yerbatera, incluyendo a los representantes de las provincias productoras -Misiones y Corrientes- y del Gobierno Nacional. El Directorio del INYM sesiona y toma decisiones con la mayoría simple de sus integrantes, excepto cuando debe fijar el precio de la hoja verde y de la yerba mate canchada, cuya definición debe ser por acuerdo unánime. Cuando esto no ocurre, los valores son determinados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Sin embargo, tal como indicó Petterson, este funcionamiento normal se ve interrumpido en estos momentos por conflictos internos del sector: los industriales y el Gobierno de Corrientes se niegan a reunirse para fijar los nuevos precios del producto ya que desconocen la vigencia del INYM: desde diciembre, el organismo está en teoría acéfalo, siendo Petterson una autoridad nombrada provisoriamente. La última convocatoria a reuniones estaba prevista para este jueves 14 pero no pudo realizarse por el “faltazo” de los disidentes, con lo cual los representantes de la provincia de Misiones en el Instituto acudirán la semana que viene a la Secretaría de Bioeconomía de la Nación para que esta tome cartas en el asunto.
Por lo pronto, el nuevo precio del kilo de hoja de yerba mate continúa en stand-by y con valores completamente desfasados: según el último laudo, el precio es de $240 pesos por kilo, y de acuerdo con Marcelo Hacklander, miembro del Directorio, este debería ser de entre $480 y $500 pesos.
A su vez, Petterson indicó que el costo de producción “se incrementó muchísimo”. “Como todos los sectores, nosotros tuvimos incrementos mes a mes. En principio, la excusa era el tema del dólar, ahora el dólar bajó y siguen estando caros todos los insumos que utilizamos, el combustible sobre todo, neumáticos para tractores, camionetas y camiones”, señaló.
De esta manera, cabe preguntarse a cuánto podría subir -gradual o repentinamente- el precio final de un paquete de yerba cuando lleguen a actualizarse estos valores. Mientras tanto, el conflicto del INYM persiste y una parte de su resolución se ve ligada al inminente tratamiento del DNU 70/23 en la Cámara de Diputados, lo cual determinará el futuro mismo del organismo y su capacidad de fijar precios. Hasta entonces, el panorama continúa incierto.