Son venezolanos; pasaron por Colombia, Bolivia y Gualeguaychú pero seguirán hacia Uruguay

Con sus mochilas, bagajes a cuestas, tres hombres y una mujer mayores de edad, acompañados de tres niños intentaron pasar la noche en la vieja estación de Servicio Gualeyán. Al tratarse de una propiedad privada no lograron su cometido. Intervino personal de la municipalidad que se comprometió a darle alojamiento a la mujer y los tres niños: mientras que los hombres comentaron que “tenemos que buscar donde pasar la noche, siendo la idea un terreno donde armar una carpita o bien algún lugar que tenga un techo por si llega a llover”, dijo uno de ellos Contaron que vivían en Caracas, pero por la situación imperante en su nación decidieron buscar otro rumbo. Es así que Erick, José,Moises, junto a una mujer y tres niños (cinco, tres y dos años) partieron, desde la capital de Venezuela al Río de la Plata y pidiendo “aventón saliendo por San Cristobal a Cúcuta, pasamos por toda Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia en una travesía que no se le deseamos a nadie”. Remarcaron que “fueron dos años muy intensos. Con muchas privaciones y necesidades”. Después de cruzar la frontera en “Colombia hubo gente que nos trató bien, aunque si bien están aquellos que discriminaron nos encontramos con mucho más gente buena que mala. Gracias a ellos y a la gente de otros pueblos pidiendo en el camino pudimos llegar hasta Gualeguaychú en un camino que se hizo muy largo porque nos agarró la pandemia con todo lo que esto significa, juntar dinero para los pasajes, la comida, priorizando la comida de los niños, mientras que nosotros nos conformamos con un pedazo de pan, destaca uno de ellos mientras comía, en un tupper, un poco de arroz blanco.” Recordaron que en “Ecuador viajamos mucho en camiones, transporte con el que hacíamos unos cuantos kilómetros para luego seguir caminando de pueblo en pueblo. En la Pandemia la situación se tornó más difícil. Casi que no andaban carros (autos) por lo que tuvimos que caminar.” Destacaron que la idea es “viajar al Uruguay y probar suerte, dado que otros países como Argentina, Brasil, Chile, hay mucha inmigración y nos enfocamos en otro lugar, siempre en la búsqueda de un futuro mejor”. Referente a la educación de los pibes señalaron que la “madre de los niños es la que se encarga de enseñarle lo que puede con el móvil (teléfono) en una tarea para nada sencilla, descargando aplicaciones de las letras, los números, compramos algunos libros, lápices para que puedan escribir “.Sobre el paso a Uruguay indicaron que con Fé “llegamos hasta acá y entendemos que vamos a llegar a nuestra meta.” Recordaron que “llegamos a Argentina por La Quiaca, luego viajamos a San Salvador de Jujuyy allá nos pagaron los pasajes hasta esta ciudad. Le rogamos mucho al Señor para que nos ayude”. Dijeron que “durante el largo camino nos cruzamos con muchos compatriotas que al igual que nosotros dejó su tierra natal para buscar otros horizontes. Gente sin recursos para comprar un ticket de avión que se la jugó a pié y pidiendo un aventón”. A todo esto los “chiquitos jugaban como todo niño; mientras la gente que pasaba y tomaba nota de lo que atravesaban los jóvenes venezolanos les acercaba mercadería, leche y golosina para los mas pibes”.