Sin diálogo no habrá soluciones
Por fin entendió el gobierno que es indispensable el diálogo para alcanzar soluciones consensuadas. Se abre el debate sobre el futuro de la UADER.Mario Alarcón MuñizUna buena señal produjo el gobernador Urribarri el martes a la noche. De manera sorpresiva y a menos de 48 horas de conocerse sus declaraciones sobre la necesidad de nacionalizar la UADER ("ahora o nunca", había dicho), el primer mandatario solicitó a los senadores nacionales el retiro del proyecto. Con dictamen favorable de dos comisiones el asunto tendría media sanción al día siguiente y se convertiría en ley en pocas semanas.Entre tanto, crecía notablemente la resistencia a la iniciativa. Lo señalamos en esta columna el domingo pasado al comentar el rechazo que la misma provocaba en la comunidad universitaria y en otros sectores de la vida provincial.El gobernador lo advirtió a tiempo y pisó el freno. Actitud sensata, poco frecuente en la política argentina de los últimos años. No se trata de matar o morir, sino de buscar soluciones en conjunto y en paz. Esto es lo que planteábamos en nuestras dos notas anteriores, cuestionando el silencio oficial y reclamando diálogo y consenso.Un problema a resolverAlgunos ministros, funcionarios y legisladores (nacionales y provinciales) quedaron pintados tras haber defendido a todo trapo la idea de entregar la universidad al Estado nacional. Pero ya tienen experiencia. Lo mismo les sucedió cuando la Legislatura, a instancias del Poder Ejecutivo, sancionó a escondidas en diciembre pasado la ley de arrendamiento de 200.000 hectáreas fiscales, en su mayoría islas del Delta, por 99 años a una empresa fantasmagórica.La fuerte reacción pública ante un asunto tan oscuro, motivó que el gobernador impulsara la derogación de la norma a sólo 40 días de su aprobación.Estos tropiezos -y varios más de los que en cada momento nos hemos ocupado- se habrían evitado si el gobierno hubiese optado por el camino inverso; vale decir la difusión del tema, la transparencia, el diálogo, el consenso. Actuando en las sombras nada termina bien.Urribarri parece entenderlo, a tal punto que fundamentó su decisión en la necesidad de "evitar situaciones ríspidas, en particular con los estudiantes y abrir un espacio de diálogo maduro sobre el futuro de la universidad".No obstante, la comunidad universitaria con algunos apoyos políticos y gremiales, marchó el jueves por las calles de Paraná reiterando su propósito de defender la UADER. Los medios oficialistas trataron de ignorar la manifestación primero y restarle importancia después, pero se trató de un acto multitudinario que obliga a prestarle atención al problema.El concepto de autonomíaLo curioso del caso es que ha sido el gobierno el causante del problema. Hace un año, luego de contratiempos propios de todo crecimiento, la UADER estaba a las puertas de la normalización y la consagración de su autonomía. Por ese tiempo se realizaron las elecciones de consejeros estudiantiles, administrativos y graduados.Sólo restaba la elección de los consejeros docentes, cuando imprevistamente el gobierno metió la cola y reemplazó el rectorado. Si el cronograma se hubiera respetado la universidad se habría normalizado en marzo pasado. Nadie explica este retroceso. En rigor no tiene explicación.Sucede que ciertos funcionarios no entienden la autonomía. Creen que la universidad es una dependencia más que el gobierno puede usar como mejor le convenga. Y ese es el centro de la cuestión. Si se ignora o no se reconoce el concepto de la autonomía que ya tiene 96 años de vigencia en nuestro país, no será fácil encaminar el asunto. Les ocurrió a las dictaduras militares de Uriburu, Onganía y Videla. Como no pudieron dominar las universidades, las atropellaron. Conocemos las consecuencias.Lo que vendráEl escenario es otro después de la decisión del gobernador de suspender o archivar el proyecto de nacionalización. Se abre un nuevo debate, no sólo circunscripto a cuestiones de jurisdicción y dependencia presupuestaria, sino al papel de la UADER en el presente y el futuro de nuestra sociedad provincial.Está claro que si este último es el núcleo de la discusión, la casa de estudios debe ser necesariamente entrerriana, previendo todos los cambios, reformas y ampliaciones -nunca reducciones ni limitaciones- que las épocas y las circunstancias aconsejen.De todos modos, el diálogo es el único camino posible. Quizá no sea este el momento preciso de iniciarlo, sino dentro de dos meses, una vez lograda la normalización con la elección del consejo superior y el rector. Se ha previsto que esto suceda el 21 de diciembre, según el nuevo cronograma establecido luego de la lucha y la presión de la comunidad universitaria, principalmente de los estudiantes, que con ese objetivo ocuparon el rectorado durante 56 días a mediados de año.Mientras tanto el gobierno provincial no puede ignorar que hace un año, el 6 de setiembre de 2011, suscribió con el ministro de Defensa de la Nación, Arturo Puricelli, la compra de 8 hectáreas del Ejército para construir en Paraná tres facultades de la UADER, además de un módulo residencial y un complejo polideportivo. Se dijo entonces, dentro del boato acostumbrado en estos casos, que "en dos meses se licitarán las obras". Nada ha ocurrido desde entonces. ¿Habrá cambiado de idea el gobierno?Lo cierto es que se aguarda el diálogo. Es el único camino posible.
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