ALERTA SANITARIA
Se detectaron más de 20 casos de tuberculosis en Gualeguaychú en lo que va del año
Si bien muchos la creen una enfermedad erradicada, los números indican que no es así ya que se ha detectado un número mayor de casos que en los últimos dos años. Los más afectados son las clases vulnerables, ya que el hacinamiento es uno de los factores más importantes en la incidencia de contagio. Una situación que obliga a las autoridades sanitarias de la ciudad a estar en alerta para frenar la propagación.
La tuberculosis es una enfermedad en Argentina que podría estar erradicada por existir una vacuna que la previene. Sin embargo, los últimos datos oficiales indican que afecta a más de 10.000 argentinos y que 700 mueren por culpa de esta bacteria. Y lo que es peor, durante los últimos años se ve que estos números van en aumento; y Gualeguaychú no es la excepción.
Según datos del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA), en lo que va de 2024 se detectaron 24 casos positivos de tuberculosis en nuestra ciudad. Los casos notificados de tuberculosis aumentaron desde 2013, y los casos notificados en 2021 fueron 31% más altos que los notificados 8 años antes. Este aumento tuvo una pausa con un descenso del 13% durante la pandemia de Covid19 de 2020, algo que fue reportado por la mayoría de los países del mundo). Sin embargo, en la postpandemia los números volvieron a aumentar cada vez más, marcando que los números detectados este año estén por encima del 10% que los últimos dos años.
Esto pone en alerta una vez más a las autoridades sanitarias de la ciudad, ya que tanto desde el Hospital Centenario como de los Centros de Atención Primario de Salud sostienen que hay que avanzar en una campaña de concientización y alertar al personal médico sobre los riesgos y los pasos a tener en cuenta a seguir ante la detección de la enfermedad.
“La tuberculosis es una enfermedad infecciosa crónica, cuya prevalencia disminuyó desde el desarrollo de los antibióticos hasta la década del ‘80 de manera muy rápida. Sin embargo, en las últimas décadas, por factores demográficos, socioeconómicos, el virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la farmacorresistencia y la pandemia de COVID-19 han complicado su control”, explicó a Ahora ElDía el pediatra neumonólogo infantil Federico Gini Cambaceres.
En este sentido, los registros del SISA muestran que muchos de los casos pertenecen a un mismo grupo familiar, lo que demuestra que el mayor riesgo de contagiarse la infección se encuentra entre los contactos próximos a la persona enferma de tuberculosis infectante (bacilífero), especialmente aquellos que comparten la vivienda. Y esto se agrava aún más cuando existe hacinamiento y falta de ventilación. La tuberculosis afecta principalmente grupos cerrados: familias, cárceles, cuarteles o refugios. Por el contrario el sol inactiva al bacilo y la buena ventilación aleja el contagio.
Para tener idea de la magnitud de este problema de salud pública, si se realiza la prueba de tuberculina (Test de Mantoux) en la población general vamos a encontrar que el 30% es positiva. En otras palabras, 3 de cada 10 personas tuvo contacto con la bacteria y desarrolló inmunidad, lo cual no significa infección reciente ni activa sino que en algún momento tuvo la infección, tal vez con pocos síntomas o asintomática.
“Cada persona adulta enferma puede contagiar a entre 10 y 16 personas cada año. En poblaciones con gran cantidad de enfermos infectantes, las mayores tasas de incidencia se observan en niños pequeños y adultos jóvenes. Por el contrario, cuando la cantidad de enfermos bacilíferos en la población es baja, la mayor incidencia se verifica en adultos mayores”, remarcó Gini Cambaceres al respecto.
Es en este contexto donde recobra una mayor importancia que el sistema de salud pública ponga en marcha todos los mecanismos necesario para arrinconar los efectos de esta enfermedad que muchos creen erradicada pero que cada está más vigente. Una política sanitaria que con la tendencia en alza de los números se ve cada vez más necesaria.
Los riesgos de la tuberculosis
“Cuando una persona se contagia la infección –casi exclusivamente por vía aérea–, el riesgo de enfermarse es mayor durante los primeros 2 años posteriores al contagio, especialmente aquellos con factores de riesgo como la edad. Por ejemplo, en pediatría preocupa más las complicaciones en menores de 5 años y en especial en menores de 2 años. También el VIH, ya que los tratamientos causan inmunodepresión. Son factores a tener en cuenta también la desnutrición, la diabetes, el estrés, el tabaquismo, el alcoholismo y cualquier otra condición que debiliten la inmunidad”, explicó le neuomonólogo.
Uno de los datos que resaltan de los registros de pacientes del SISA es que en Gualeguaychú se ha detectado la bacteria en pacientes de todas las edades, pero la enfermedad se ha manifestado en una manera más marcada entre los adolescentes, ya que siete de los casos detectados involucran a personas de entre 11 y 19 años; mientras que la franja que le sigue son los mayores de 60 años, con una detección de la enfermedad en seis pacientes. El resto de los contagiados tiene entre 20 y 59 años.
Según los expertos, los adolescentes desarrollan una enfermedad similar a los adultos, con tuberculosis pulmonar bacilífera (esto quiere decir que contagia porque elimina los bacilos al toser y respirar). Un niño en general no elimina bacilos al exterior, son infecciones cerradas; y por lo general se contagian de un adulto, no de otro niño. Por lo que el diagnóstico de tuberculosis en pediatría obliga a la búsqueda del caso índice por la investigación epidemiológica para que reciba tratamiento, identificar otros contactos estrechos infectados o en riesgo y tomar las medidas de diagnóstico, profilaxis y tratamiento para eliminar el foco infectante y cortar la cadena de contagios antes que crezca la espiral.
Tratamientos disponibles
Con un tratamiento completo y oportuno la tuberculosis se cura. Pero sin tratamiento, el 50% de los adultos enfermos de tuberculosis mueren dentro de los 2 años; y de los sobrevivientes, el 25% pasa a la cronicidad con secuelas y mantienen el contagio dentro de la comunidad; mientras que el 25% restante se cura espontáneamente.
“La tuberculosis existe, y aproximadamente cada 8 horas muere una persona en Argentina. Aunque existen los tratamientos y son gratuitos, lamentablemente no todas las personas acceden a los mismos. Muchas veces por falta de información o por barreras en el acceso al servicio de salud”, precisó el doctor Miguel Pedrola, Director científico para LATAM y el Caribe de AHF (AIDS Healthcare Foundation).
Lo cierto es que la tuberculosis tiene cura, sobre todo si su detección es temprana y el tratamiento es adecuado. Pero hay algo que es fundamental y que el movimiento conspiranoico antivacuna atenta contra el control de la enfermedad: es fundamental la aplicación de la vacuna BCG al nacer, como única dosis en la vida, para evitar la aparición de formas graves como meningitis por tuberculosis, algo que puede llevar a la muerte a una persona, sobre todo en los pacientes más vulnerables como los niños y recién nacidos.
Todo paciente tratado correctamente no contagia, pero para que esto se mantenga de manera segura es muy importante la consulta temprana y el diagnóstico precoz por el servicio de salud, así como el cumplimiento total del tratamiento, que dura como mínimo 6 meses.