Recién llegado a Polonia, el Francisco pidió solidaridad para los refugiados
"Todas las actividades están implicadas: la economía, la relación con el medio ambiente y el modo mismo de gestionar el complejo fenómeno de la emigración", aseveró el Pontífice.El fenómeno "requiere un suplemento de sabiduría y misericordia para superar los temores y hacer el mayor bien posible", agregó frente al presidente Andrzej Duda, quien mantiene posturas de fronteras cerradas para los migrantes y sufre una fuerte emigración de la población polaca hacia los países del oeste europeo."Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia, dando facilidades a los que desean regresar", pidió también Francisco, "Al mismo tiempo, hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y del hambre; solidaridad con los que están privados de sus derechos fundamentales, incluido el de profesar libremente y con seguridad la propia fe".En esa línea, pidió a las autoridades polacas que soliciten "colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y patria".En las últimas semanas, Polonia volvió a cargar contra la política de acogida de migrantes que reclama el Papa, en línea con el rechazo del año pasado a los compromisos con la Unión Europea para la acogida de migrantes y refugiados.Además de su pedido por los migrantes, Francisco resaltó la figura de Juan Pablo II, omnipresente en una Cracovia donde el papa polaco y el argentino comparten gigantografías en cada esquina. "Es la primera vez que visito la Europa centro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenido entre sus hijos al inolvidable san Juan Pablo II, creado y promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud", agregó Francisco.En la semblanza de Wojtila, Bergolgio recordó que "a él le gustaba hablar de una Europa que respira con dos pulmones: el sueño de un nuevo humanismo europeo está animado por el aliento creativo y armonioso de estos dos pulmones y por la civilización común que tiene sus raíces más sólidas en el cristianismo"."El pueblo polaco también se caracteriza por la memoria", saludó Francisco antes de volver a recordar a Wojtyla, de quien dijo sentirse "impresionado" por su "agudo sentido de la historia".En línea con sus agradecimientos al pueblo y la Iglesia local, Francisco destacó la "memoria buena" del país por celebrar los 50 años "del perdón ofrecido y recibido recíprocamente entre el episcopado polaco y el alemán tras la Segunda Guerra Mundial".Tras considerar que esa iniciativa "desencadenó un proceso social, político, cultural y religioso irreversible, cambiando la historia de las relaciones entre los dos pueblo", el Papa recordó asimismo la declaración conjunta entre la Iglesia Católica polaca y la Iglesia Ortodoxa de Moscú, enfrentadas durante años y que emitieron en 2012 un acuerdo de reconciliación entre ambas.Durante su discurso, Francisco reforzó además sus mensajes por la "unidad nacional" y por el respeto "de la identidad propia y de los demás" como forma de hacer madurar la cooperación fructífera en el ámbito internacional.
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