Que el Señor nos bendiga y nos guarde
Por Iride Isabel María Grillo
Colaboración
"..Invocando la protección de Dios fuente de toda razón y justicia..." (Preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina)Para que comprendamos cabalmente primero desde el corazón, que a veces con razón no entiende de razones, y luego desde el pensamiento, la palabra y las obras, de manera coherente que el poder es servicio, que el servicio es dar y que dar es amor...
Para que nos sintamos verdaderamente hermanos e hijos de una Patria grande, justa y soberana, con real sentido de pertenencia, al decir mi país, mi región, mi provincia, mi ciudad, mi lugar...
Para luchar contra nosotros mismos contra nuestro lado oscuro transformando nuestra lucha en entrega, nuestra entrega en confianza y nuestra confianza en esperanza, tendiendo una mano solidaria hacia los que más sufren y utilizando el libre albedrío para no elegir el camino de la mentira, del egoísmo, de la ofensa, del odio y la venganza...
Para la búsqueda de los grandes consensos, en pos de las asignaturas pendientes y de los grandes y pequeños desafíos, sintiéndonos todos sin exclusiones irritantes, comprometidos en esta empresa en la cual somos todos partícipes y operarios...
Para que aprendamos a ser humildes, recordando como lo decía el santo que: "Cada uno vale lo que vale delante de Dios y nada más. Y la puerta del Cielo es baja, quien quiera entrar, debe necesariamente inclinarse. Nos lo enseñó el propio Jesús quien al morir inclinó la cabeza"...
Para que sintamos desde el centro más profundo del alma dolor y conmoción frente a cualquier tipo de injusticia provenga de donde provenga en cualquier sitio del mundo. Y que ese dolor y esa conmoción nos oriente para transitar en Paz la senda de la Verdad y de la Justicia...
Para lograr la verdadera Paz individual y colectiva a través de la reconciliación y el perdón, entendiendo que ello solo se logra desde la Verdad y la Justicia, porque de lo contrario solo se trata de una paz efímera, ficticia o peor aún fraudulenta...
Para que no nos gane el desaliento ni nos acobarden las tribulaciones porque sabemos que son las pruebas las que ejercitan la paciencia, que la paciencia nos hace crecer y madurar y que la madurez aviva la esperanza...
Para ser verdaderamente libres e iguales y no esclavos ni autosuficientes, pecando de pereza y cobardía ni tampoco de soberbia y vanidad, encerrados en nosotros mismos, sino obrando en consecuencia para que nunca nos falte nada, cooperando en toda obra buena, de manera que, como enseñan las Escrituras, al que tenga mucho no le sobre y al que tenga poco no le falte...
Que Dios nos bendiga y nos guarde para comprender este mensaje que a modo de plegaria se dirige a cada uno de nosotros para que hagamos lo que debemos hacer, transformando gradualmente los sueños en metas y las metas en realidades...
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