PANORAMA INCIERTO
Preocupan las lluvias del fin de semana por un nuevo repunte del río
A lo largo de los últimos días, la creciente del río Gualeguaychú golpeó una vez más a los vecinos, clubes y prestadores ribereños, quienes aún no saben cuándo podrán recuperarse por completo. A pesar de que el río comenzó su descenso, el pronóstico de lluvias para el fin de semana genera aún más incertidumbre y mantiene en vilo a las autoridades locales.
Las fuertes lluvias que cayeron en la región durante las últimas semanas impactaron de lleno en el río Gualeguaychú. El lunes, mientras el nivel de las aguas subía a un ritmo inquietante y rozaba los 3 metros a la altura del puerto, las autoridades y los vecinos de las zonas ribereñas se movilizaron en pos de tomar todos los recaudos necesarios. El martes, con un río en torno a los 3,50 metros de altura, se cerró el acceso al Parque Unzué y a los caminos de la Costa y de La Península, a la par que se puso en marcha un operativo de evacuación. Fue así que se retiraron cuatro vehículos y se evacuaron a cuatro turistas del Camino de la Península.
Por fortuna, durante las 24 horas siguientes, en las que el Gualeguaychú siguió su repunte hasta alcanzar los 3,90 metros para luego comenzar su lento descenso, no hubo necesidad de evacuar a más personas ni de montar un centro para este fin.
Ayer, con la bajada del río a niveles por debajo a los 3 metros, el responsable de Defensa Civil, Nicolás Bozzani, indicó que si bien “el agua de a poco se va retirando de todos los lugares que había ganado”, el escenario sigue siendo de vigilancia: “Se está monitoreando la situación en vista a los pronósticos para el día sábado. Hay que estar atentos a ver qué pasa con las lluvias, a ver cómo evoluciona el avance del frente frío en la provincia. Más preocupante que la lluvia que caiga acá en la ciudad, es la lluvia más al norte nuestro, aguas arriba, que puede llegar a cargar otra vez de agua el río, teniendo en cuenta que hay un poco más de lluvia pronosticada en la zona de la cuenca norte”.
El secretario de Desarrollo Humano municipal, Juan Ignacio Olano, también advirtió sobre las variaciones meteorológicas que pueden suceder en los próximos días, dadas las fuertes lluvias y vientos pronosticados. “No sólo debemos estar atentos a la caída de agua en la ciudad, sino también estar pendientes de lo que sucede en la cuenca media y alta del río Gualeguaychú”, indicó, y añadió que las autoridades están monitoreando la situación de cerca y tomando medidas preventivas en barrios vulnerables, como el Munilla y el Camino de la Costa. "Estuvimos entregando repelentes y bolsas de residuos a las familias más afectadas y asistiendo a quienes decidieron proteger sus pertenencias", detalló.
El costo de la creciente
Más allá de que el repunte del río no se tradujo en evacuaciones, sí implicó pérdidas económicas para los prestadores turísticos, gastronómicos y clubes costeros, quienes debieron cerrar sus puertas durante toda la semana y aún no saben cuándo podrán volver a habilitar sus instalaciones.
“Nuestro complejo está ubicado a orillas del río lo que hace que ante repuntes se vea afectado, y toda crecida siempre deja daños. Sobre todo cuando no podemos tener noción de con qué fuerza o volumen de agua viene, como sucedió con esta última”, expresaron a Ahora ElDía desde Biguá, un complejo de glamping ubicado en el Camino de la Península. “No nos esperábamos que llegue a niveles tan altos, ya que el río Uruguay se encontraba bajo y no hubo sudestada; a esto debemos sumar que fue en un fin de semana largo, por lo que el martes por la mañana tuvimos que desalojar turistas para preservar su seguridad, y la de sus pertenencias -como sus vehículos-, ya que lo primero que se corta es el acceso a este camino. También debimos cancelar reservas que teníamos para este fin de semana y hacer las devoluciones de las señas que ya habían abonado los turistas”, contaron.
Y agregaron: “Durante las inundaciones no sólo es muy feo ver como el agua avanza en diferentes lugares del complejo y los daña, sino también tener que comunicarles a los turistas que no van a poder alojarse cuando ya tenían todo listo para viajar. Al ser una creciente de pocos días -estimamos- el predio se recuperará más rápido, igualmente esto va a depender de los días que lleve, ya notamos que nos dañó instalaciones en las cuales deberemos trabajar rápidamente para poder volver a recibir huéspedes, lo cual implica una importante inversión en tiempo y materiales. Para futuras situaciones como estas sería muy importante poder contar con datos del río aguas arriba para saber con anticipación cómo prepararse”.
Desde la Posada Las Aguas describieron una situación similar. “El lunes por la mañana tuvimos que empezar a levantar todas las cosas del parque y después del mediodía informamos a todos los huéspedes que dado que el río seguía creciendo sostenidamente, probablemente el camino se cortaría y por ese motivo teníamos que prevenirlos para hacer el check out con anticipación. Algunos tenían entradas para el Carnaval esa noche o salían en alguna comparsa, por lo que los ubicamos en otro hotel. Otros optaron por retirarse a la noche. En el caso de alguien que ingresaba ese día hicimos una devolución de la seña, así como también en los casos de turistas que venían esta semana”, indicaron desde el complejo. El viernes por la tarde, a su vez, informaron que estiman poder reabrir sus puertas el próximo jueves si las condiciones así lo permiten.
Por su parte, el encargado de La Cantina del Naútico, Luis Moreyra, contó que “este lunes, previendo que se nos venía el pico de la crecida en las siguientes 24 o 48 horas, subimos todo a una altura por arriba de los 4,50 metros y le dijimos a nuestro equipo de trabajo que seguramente por unos días (o semanas) íbamos a estar sin poder abrir La Cantina, pero que no podíamos saber cuánto tiempo”. El jueves, cuando la creciente aún estaba en un punto crítico, Moreyra indicó que iban a suspender la cena show por el Día de La Mujer que tenían prevista para este sábado.
“La realidad es que no sabemos por cuánto tiempo más estaremos afectados por la creciente”, lamentó en aquel momento, y valoró que hasta entonces no había sufrido cortes de luz, por lo que sus heladeras y freezers pudieron seguir encendidos. “Igual, por supuesto que se nos echa a perder toda la mercadería que no se puede congelar: lácteos, frutas, verduras, salsas, rellenos, panificación en general, postres y dulces. Ni hablar de los días de servicio perdidos. Son muchos los gastos que se tienen y mientras se está en marcha no se sienten tanto; el problema es que siguen corriendo mientras se está frenado. Luego toca volver a empezar”, dijo, y estimó que esto último probablemente le lleve más de una semana, en especial por el pronóstico adverso que ya presentaba el fin de semana.
La crecida también golpeó de lleno en las instalaciones de aquellas instituciones deportivas que poseen sedes o predios en el Parque Unzué. A lo largo de la semana, varios de sus dirigentes prestaron declaraciones a este medio.
Uno de los clubes más afectados fue Regatas; su presidente, Roberto Palacios, indicó que “el agua llegó a la botera, pero logramos sacar las embarcaciones y llevarlas a otro lado”.
Por su parte, Ignacio Giachello, dirigente de la subcomisión de fútbol de Central Entrerriano, señaló que en el Estadio Julio Colazo debieron anticiparse y poner a resguardo heladeras, sillas, mesas y elementos de la utilería, como pelotas y ropa de entrenamiento.
También brindó su testimonio José María Peverelli, presidente del club Pescadores, con sede sobre la Costanera Sur, quien relató: “El buffet está inundado y otra vez tenemos que levantar todo y resolver que vamos a hacer con las actividad en el playón con el futsal y el newcom”. Otros clubes emplazados en el Parque Unzué también se vieron afectados por este fenómeno natural, por ejemplo, Carpinchos, que si bien fue alcanzado por el agua no sufrió daños de consideraciones debido al rápido accionar de sus directivos y socios. “Las canchas de hockey y rugby quedaron inundadas en su totalidad”, contó Néstor Palavecino, secretario de la institución. Y agregó: “Pudimos levantar a tiempo el freezer y las heladeras, porque el año pasado nos tomó por sorpresa y perdimos muchos materiales y elementos para la práctica. Al ser lenta la crecida, nos dio tiempo para prepararnos y prevenir el desastre”. En contrapartida, indicó que este fenómeno frenó obras que habían comenzado. “La instalación del sistema lumínico de la cancha principal de rugby, la construcción de un gimnasio y la reparación del quincho quedaron truncadas o a medio hacer, además de suspender las prácticas deportivas que habían comenzado hace 15 días”, completó.
Por su parte, Neptunia también padeció las consecuencias de la crecida en su sede del Parque Unzué. “Hizo un desastre. Perdimos botes, sillas y reposeras”, sostuvo el vicepresidente Hernán Parra. Pero la lista de clubes afectados por la creciente no termina ahí, porque La Ribera, el humilde club ubicado en la zona Este de la ciudad, a metros del río, también sufrió el desborde. “Quedó todo el predio inundado y, en este caso, las pérdidas mayores siempre son las pinturas y los cables de electricidad que van por dentro de las paredes, y como corre mucho el agua, te lava la arena de las canchas y queda el campo de juego repleto de pozos”, señaló el presidente Julián Acosta.