GRITOS DE AUXILIO, JERINGAS Y PRESERVATIVOS USADOS
Pidieron la detención del empresario Sáenz Valiente por la muerte de la modelo brasileña
El fiscal Santiago Vismara pidió que vaya preso acusándolo del femicidio de la modelo Emmily Rodrigues.
El fiscal de instrucción, Santiago Vismara, apeló el fallo que dispuso la falta de mérito del empresario, Francisco Sáenz Valiente, por la muerte de la modelo brasileña, Emmily Rodrigues, y pidió que vaya preso acusándolo de homicidio y suministro de drogas.
En este sentido, la fiscalía pidió la prisión preventiva por femicidio y por suministro de drogas ya que está probado por los testimonios que, previo a la caída de la joven desde el balcón del sexto piso del departamento perteneciente al empresario, hubo consumo de varias sustancias.
Por esta razón, la fiscalía, además de acusarlo por femicidio, también pidió su imputación por suministro de drogas porque el testimonio de varios familiares y amigos de la modelo determinó que ella no era adicta. A su vez, hay sospechas de que la modelo no se tiró del balcón luego de un supuesto ataque psicótico por el consumo de drogas, sino que la empujaron.
Esta hipótesis se apoya en el testimonio de una empleada de un departamento aledaño al del empresario, quien dijo que esa madrugada escuchó gritos de auxilio y vio a la modelo en el balcón pidiendo que llamara a la Policía. Según esa vecina, tuvo contacto visual con la modelo en ese instante y luego ingresó a buscar señal de celular. Fue en ese momento en que cayó.
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La fiscalía también tuvo en cuenta que tanto la familia como amigos de la víctima dijeron que ella no tenía ánimo suicida, ni transitaba por una etapa difícil en su momento.
También sostienen que hay inconsistencia en los relatos sobre lo ocurrido, porque el acusado "puede tener cierta influencia sobre las testigos y afectar la investigación, lo cual no se podrá neutralizar mediante una orden de prohibición de contacto”
Afirmaron que “no puede descartarse que el femicidio haya tenido algún componente sexual”, un planteo motivado por “el hallazgo de ciertos elementos de contenido sexual, particularmente dos preservativos sin su debido envoltorio, un sillón y numerosos juguetes sexuales”.
Los dos preservativos fueron analizados por la Policía de la Ciudad y los resultados muestran que no se encontró sangre o semen en ninguno. El abogado de Sáenz Valiente, Facundo Orazi, sostiene que estos preservativos son viejos.
La querella impulsará investigar esta nueva hipótesis por el hallazgo de tres jeringas en los allanamientos al departamento de la calle Libertad 1.542, donde ocurrieron los hechos. Este descubrimiento incluso fue mencionado en la apelación que ayer presentaron los fiscales de la causa para revertir la falta de mérito que se le dictó la semana pasada al empresario del agro Francisco Sáenz Valiente (52).
“En el lugar se encontraron preservativos usados, tres jeringas -una, con líquido a determinar- así como elementos y objetos sexuales y ropa de varón y mujer distribuida en los distintos ambientes del departamento”, escribieron los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta en su dictamen.
El otro elemento es el segundo llamado al 911 que hizo el empresario a las 9.14 del 30 de marzo -minutos antes de que Emmily cayera del sexto piso al patio del hueco del aire y luz del edificio-, donde, según la desgrabación citada también por la fiscalía, se oye a Sáenz Valiente decir “viene la Policía” y “sí, perdón, llamé hace un ratito”, mientras que de fondo, según los fiscales, se escucha a Emmily gritar desesperadamente: “¡Por favor (…) me pincharon! ¡Por favor!”.
Los fiscales agregan que “la escena fue alterada”. Los elementos que se encontraron en la escena no se condicen con lo relatado por las mujeres presentes, la brasileña Juliana Magalhaes Mourao, amiga de Sáenz Valiente y la cubana Dafne Gutiérrez Santana, amiga de Emmily.
El abogado Ignacio Trimarco, que representa como querellantes a los padres de la víctima, resaltó que también presentó su recurso de apelación para que Sáenz Valiente vuelva a ser detenido por el caso. El empresario minero y del agro pasó 20 días detenido en la Alcaidía 4 Bis Anexo de la Policía de la Ciudad, en el barrio de Barracas, antes de ser liberado.