A UNA SEMANA DE LA CONDENA
Peleados y sin celular: cómo pasan sus días los rugbiers que mataron a Fernando
El Servicio Penitenciario les sacó los dos celulares que tenían dentro del pabellón porque se comprobó que los usaban para entrar a las redes sociales y no para llamar a sus familiares, como tenían permitido.
La semana pasada, Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron condenados a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa. En tanto, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de cárcel.
Después de conocer la sentencia, la relación entre ellos se rompió. En ese marco, se evalúa que Thomsen sea alojado en otro penal por las fuertes diferencias que tiene con los otros cuatro rugbiers condenados a perpetua.
Las internas entre los jóvenes iniciaron previo a la sentencia, pero se agravaron tras el fallo e incluyen pases de factura y reproches.
Ahora el problema de convivencia entre ellos se profundizó. Según reconstruyó Noticias Argentinas, uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.
La medida se tomó porque se descubrió que usaban redes sociales, algo que está prohibido dentro de la cárcel, porque solo se pueden hacer llamadas a familiares y allegados.
Preocupación en el Servicio Penitenciario
Una gran preocupación se generó entre las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) por el estado de salud que atraviesan los ocho condenados.
"Los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen", aseguraron.
Se supo que Thomsen es el más afectado y requirió varias veces asistencia psicológica, al igual que Comelli. También solicitaron que les llevaran biblias y pidieron que un pastor los visitara dentro de la alcaidía.