A 48 AÑOS DEL GOLPE CÍVICO-MILITAR
Patricia Savoy: “El Gobierno Nacional ha vuelto a instalar el negacionismo”
Así lo afirma la integrante del grupo de familiares de Madres de Plaza de Mayo de Gualeguaychú, en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia: “Otra vez se vuelve a hablar de la Teoría de los dos demonios y de que no fueron 30.000 desaparecidos; es un retroceso y, como siempre y desde nuestro lugar, lucharemos por la memoria”.
Cada 24 de marzo se conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en recuerdo de las víctimas del terrorismo de estado durante la última dictadura cívico-militar, coincidiendo la fecha con su inicio en 1976. Hoy, a 48 años de aquel episodio, y por primera vez desde el retorno de la democracia, una fuerza política en ejercicio del gobierno rechaza abiertamente algunos de los principales consensos establecidos sobre el papel que tuvieron las Fuerzas Armadas y sus consecuencias, así como también la legitimidad de la lucha que han llevado adelante las organizaciones de Derechos Humanos. Para conocer la mirada de una de ellas frente a este nuevo escenario político y social, Ahora ElDía conversó con Patricia Savoy, quien integra el grupo de familiares de Madres de Plaza de Mayo en Gualeguaychú.
¿Cómo ha sido la actividad de Madres de Plaza de Mayo en Gualeguaychú durante todos estos años?
La actividad en la ciudad fue promovida fundamentalmente por Aurora Fraccaroli. Ella fue nucleando a las demás madres, quienes -algunas con sus limitaciones y con más preguntas que respuestas- se fueron arrimando. Algunas tuvieron una lucha mucho más intensa -como pudo haber sido Mireya González, la mamá de Noni-, más comprometidas en la actividad diaria, pero el resto fueron acompañando. Y desde que este movimiento se inició, que fue incluso antes de la vuelta a la democracia, nunca ha cesado. Siempre ha habido actividad, siempre hemos tenido alguna sede de organización, siempre ha habido marchas. En algunos momentos, en soledad. La sociedad no nos acompañaba y de a poco fuimos logrando concientizar. También eso tuvo todo un cambio de paradigma nacional, y así fuimos marchando, y así estamos hasta hoy. Seguimos firmes. Acá estamos.
¿Cómo ves la coyuntura política actual del país en materia de Derechos Humanos?
A nosotros nos atraviesa profundamente. Fue a lo primero que apuntaron: la desarticulación y al desmantelamiento de todo lo que es política de Derechos Humanos. Eso tiene mucho peso, porque ellos fueron por la “Memoria, Verdad y Justicia” como si quisieran borrar toda esa parte de nuestra historia. Y este desguace también tiene que ver con que han echado a un montón de gente, muchos compañeros y compañeras se han quedado sin trabajo en la Secretaría. No tenemos claro qué política está llevando adelante esta dependencia a nivel nacional. Se han cerrado centros que han sido reconocidos como lugares de la memoria, porque fueron centros clandestinos de detención.
Todo eso trae aparejado un inconveniente: volvemos a tener un “tire y afloje” hasta social, porque toda nuestra lucha ha llevado adelante un consenso de que hubo un genocidio, de que fueron 30.000 desaparecidos. Entonces otra vez vuelven a instalar la duda, la mentira, la bastardeada de esa situación. Y todo eso trae aparejadas muchas consecuencias.
En ese sentido, ¿crees que hay un avance de los discursos relativistas o incluso apologistas del terrorismo de estado?
Sí, porque este Gobierno nacional ha vuelto a instalar el negacionismo. Niegan que los genocidas fueron culpables, vuelven a hablar de la Teoría de los dos demonios, de que no fueron 30.000 desaparecidos, instalan temas en la sociedad que creíamos que estaban cerrados; es un retroceso y, como siempre y desde nuestro lugar, lucharemos por la memoria.
¿Qué desafíos enfrentan hoy los organismos de Derechos Humanos?
Creo que lo que nosotros tenemos por delante, fundamentalmente, es seguir en esta lucha. Estamos en permanente movilización, muy atentos a todo lo que pasa. Ha habido muchas provocaciones desde el Estado. Sin ir más lejos, el 8M, con la destrucción de la sala, del espacio de la Mujer, que pasó a ser el Salón de los Próceres, donde arriba de las imágenes de Juana Azurduy y de un montón de mujeres que fueron íconos y heroínas de nuestra patria pusieron a Julio Argentino Roca... Son provocaciones muy fuertes. Incluso ahora estamos frente a la provocación de que a los genocidas los vuelven a dejar en cárcel domiciliaria; hay un “runrún” de indultos y nosotros frente a eso también hemos tenido una lucha fuerte cuando fue el 2x1, que quisieron incluir a los genocidas y logramos que eso se frenara.
También estamos muy preocupados por el derecho a la educación, a la salud, a tener un plato de comida en la mesa. En eso somos totalmente solidarios y es parte de nuestra lucha. La gente que milita obviamente tiene un compromiso social muy fuerte, ideológico, no partidario; estamos hablando de una convicción de vida para llevar adelante tu accionar diario, tus compromisos.
El Estado tiene que estar presente para garantizar nuestros derechos. Están fomentando el negacionismo, no solamente de la Memoria, Verdad y Justicia, sino también están haciendo un negacionismo de cuál es el rol del Estado para con la sociedad. Es muy fuerte. Es otro tipo de violencia, otro tipo de persecución a los actores sociales, al que no tiene trabajo; es decir, hay otro tipo de violencia que también nos atraviesa.
La lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia ha quedado para muchas personas asociada con un sólo sector del arco político que la ha tenido como bandera. ¿Hay alguna lectura crítica que se haga al respecto dentro de la agrupación?
Los organismos de Derechos Humanos somos organismos independientes. Nosotros, Madres de Plaza de Mayo, participamos de la Red de Organismos de Derechos Humanos de Entre Ríos, organismos no gubernamentales. O sea, no tenemos apoyo financiero ni económico del Estado. Logramos que desde el Estado se puedan realizar fuertes políticas de Derechos Humanos, se pueda hacer el seguimiento y llegar a los juicios como hemos llegado. Una de las cosas que más conmueven y que más nos llena de alegría dentro de todo este proceso es la recuperación de los nietos, la restitución de su identidad. Eso también tuvo un avance del Estado. Nosotros, en el caso de mi hermana, logramos la restitución de sus restos.
Esa restitución se hizo a través de un trabajo de Antropología Forense que fue financiado por el Estado. Cuando el Estado se borra, cuando destruye, cuando dice que eso no es necesario o que no existió esa historia, se producen un vacío, los mismos que se están produciendo hoy en día, y eso nos pone en alerta y nos moviliza más. No nos paraliza, al contrario, nos motiva, nos impulsa y nos solidariza entre nosotros a seguir adelante con esa lucha.
Reformulando, ¿cuál podría ser la estrategia para que la sociedad vea a su lucha como algo que excede a un signo político partidario?
Creo que la sociedad está ideológicamente fragmentada, políticamente, partidariamente; como toda la vida lo estuvo y lo va a seguir estando. Desde distintos lugares se estigmatiza al otro, entonces lo que nosotros seguiremos teniendo como estrategia es demostrar nuestra verdad. Son muy fuertes las palabras, a veces se dice “Memoria, Verdad y Justicia” como todo seguidito, pero cada una tiene mucha fuerza en sí misma. Lo que estamos haciendo en este momento es profundizando eso y también es un trabajo de hablar con el otro, para hacerle ver cómo es la realidad. Y la memoria sirve porque los pueblos sin memoria están destinados al fracaso.
¿Qué mensaje o impronta en particular tiene la convocatoria a marchar hoy?
Todos los años tenemos alguna consigna a nivel nacional que se lleva adelante. Este año es “Memoria Sí”. Hemos tenido otros 24 de marzo en el que hemos plantado un árbol en nombre de cada desaparecido, hemos tenido varias motivaciones. Este 2024 es el color, el flyer que hemos lanzado tiene colores. El color significa que no nos dobleguen, que no nos entristezcan, que no nos logren quebrar el espíritu: es decir, tener ahí una reserva de ánimo, una capacidad de recomponernos y de estar convencidos de que lo vamos a poder hacer, que vamos a poder seguir en esta lucha, que vamos a poder reivindicar a los desaparecidos, que vamos a seguir adelante con la Memoria, que es la Verdad y la Justicia.