FUE EL SEGUNDO TEMPLO QUE TUVO LA CIUDAD
Parroquia Santa Teresita: un siglo de historia, fe y devoción
En 1924, la pequeña capilla de “La Sagrada Familia” se convirtió en parroquia para poder abarcar a los miles de feligreses de una Gualeguaychú que no paraba de crecer. Este año, la comunidad rinde homenaje a los pioneros que la levantaron y a quienes siguen su legado en un marco de celebración y fe.
La historia de la Parroquia “Sagrada Familia y Santa Teresita del Niño Jesús” -denominación oficial que recibe desde 2019- se remonta a comienzos del siglo XX, cuando Gualeguaychú sólo contaba con una, la de San José (cuya sede es la Catedral). Dado que la ciudad se había expandido hacia el oeste, con abundantes chacras y quintas y el recién inaugurado Hospital Centenario, surgió la necesidad de dar sitio a un nuevo templo. Fue así que, en 1919, bajo la advocación de la “Sagrada Familia”, se terminó de erigir la capilla que al día de hoy se mantiene en pie frente al Hospital. Algunos años después, el 22 de diciembre de 1924, el entonces obispo Abel Bazán y Bustos resolvió elevarla a la categoría de parroquia “hasta tanto se construya un nuevo Templo Parroquial más amplio y que esté en un punto más céntrico”, según reseña el libro de Actas de esta iglesia.
Inmediatamente, se ordenó al párroco José de Luca ocuparse de la construcción del nuevo edificio, y este propuso formar una “comisión de caballeros” que lo ayudase a hacerlo realidad. Conformado este grupo de ciudadanos, y con la suma de donaciones varias, en 1927 la Iglesia adquirió un terreno en la calle San Martín, entre Bolívar, Congreso (hoy Aguado) y Constitución. Sin embargo, poco después se observó que su ubicación no era precisamente la adecuada y la idea de emplazarlo en este sitio fue descartada. No hubo tiempo para el desánimo, ya que, en 1929, luego de que el presbítero José Schächtel asumiera al frente de la parroquia, se movilizó a toda la comunidad a trabajar en pos del ansiado objetivo.
Entre los colaboradores destacados se encontraba la Comisión de Damas, que bajo la presidencia de Dolores Irazusta de Deken se encargó de conseguir los fondos necesarios para concretar la obra, y fue la misma Dolores quien donó el terreno en el que esta finalmente se materializó. A esto último, cabe agregar que fueron incontables los nombres de quienes aportaron o gestionaron las generosas donaciones que la parroquia recibió a lo largo de los años. Otra aclaración importante es que más allá de la advocación a la Sagrada Familia, el templo parroquial en cuestión fue dedicado a la Santísima Virgen de los Dolores y a Santa Teresita del Niño Jesús, dada la devoción de la comunidad por la figura de Teresa de Lisieux (1873-1897): una religiosa francesa perteneciente a la Orden de las Carmelitas Descalzas que fue declarada santa en 1925.
Durante la primera mitad de la década del 30’, los vecinos de Gualeguaychú observaron, piedra tras piedra, cómo se alzaba esta imponente iglesia de estilo románico: una estructura de tres naves abovedadas, con su nave central compuesta por catorce grandes columnas unidas entre sí por arcos de medio punto. En su campanario, albergó dos campanas de bronce, de fundición europea, de 320 y 105 kilos, respectivamente. Con algunos detalles todavía por finalizar, el 24 de febrero de 1935 el arzobispo de Paraná Monseñor Zenobio L. Guilland bendijo e inauguró el nuevo templo frente a una multitud de fieles.
La desafiante tarea continuó en 1937 con la obra de la casa parroquial anexa al templo. El 30 de mayo de ese año se colocó su piedra fundamental en un acto que tuvo la particularidad de contar con la presencia del entonces presidente de facto de la República Argentina, el General Agustín P. Justo, quien, de manera conjunta con su esposa, Ana Bernal, ofició de Padrino de Honor. Un hecho que revistió de mayor trascendencia a la ceremonia e hizo que sea todo un acontecimiento para Gualeguaychú.
La anhelada parroquia ya estaba edificada y, junto a las capillas que ahora dependían de ella, comenzaba su largo camino como lugar de encuentro y oración para miles de gualeguaychuenses. Un camino que la consolidó como un verdadero pilar de la Iglesia en nuestra ciudad, y que sigue transitando al día de hoy.
Aunque la fecha exacta en que la “Sagrada Familia y Santa Teresita del Niño Jesús” tomó el carácter de parroquia fue el 22 de diciembre de 1924, su congregación optó por festejar los 100 años a lo largo de todo el 2024, y uno de los momentos elegidos para hacerlo es precisamente este domingo 27 de octubre. Bajo el lema “En bici con alegría, 100 años de fe y comunidad”, la comunidad de Santa Teresita invita a todas las personas que deseen sumarse a participar esta tarde de una bicicleteada que recorrerá las distintas iglesias que integran su entramado parroquial: la capilla “Sagrado Corazón”, el carmelo “San José”, la capilla “Medalla Milagrosa” y la capilla “Sagrada Familia”. Según informaron, se partirá a las 15 horas desde la parroquia (Urquiza y Schächtel) y se regresará al mismo punto a las 18, donde se espera que el resto de la comunidad reciba a los ciclistas. Luego, se plantará un árbol conmemorativo frente al templo, en la Plaza Belgrano, y se cerrará la jornada con animación y agradecimientos.
En el marco de estas celebraciones, el párroco Héctor Trachitte compartió con Ahora ElDía sus impresiones: “La comunidad viene viviendo estos 100 años con un clima y un corazón especialmente festivo, agradeciendo a Dios profundamente por este tiempo transcurrido y por tener en Gualeguaychú un centro de espiritualidad y de oración como es la Parroquia Santa Teresita. Tantas historias, momentos y personas han pasado por esta comunidad y por esta iglesia que es elegida por muchos para celebrar el sacramento del matrimonio”.
“Inauguramos estas celebraciones con la novena y la fiesta patronal, que se desarrollaron con el espíritu de los 100 años. Ponemos en las manos del Señor, por intercesión de Santa Teresita, los desafíos que tenemos hoy como iglesia. La parroquia es una gran familia, y en este caso, ahora me toca a mí estar acá como sacerdote acompañando las distintas actividades que hay en esta comunidad, que es bastante grande y extensa. Y con distintos desafíos: por ejemplo, este año o a principio del año que viene, la capilla “Sagrado Corazón” empezará a ser parroquia, como ya pasó a serlo hace un tiempo “Asunción de María”; son como hijos que se van separando de la madre, pero para una tarea específica que es seguir evangelizando a todos estos barrios tan grandes”, agregó.
Y concluyó: “En el marco de estos 100 años, le pedimos a Santa Teresita que nos de la fuerza para seguir llevando adelante este legado de amor y de historia; nos toca evangelizar y llevar el amor de Dios en el tiempo presente, que no es fácil, pero tiene sus lindos desafíos”.