DOS DE ELLOS SON DE GUALEGUAYCHÚ
Ocho propietarios están bajo la lupa de la Justicia Federal por los incendios en el Delta
El Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe identificó a pedido de la Justicia Federal de Victoria a ocho propietarios de campos en la zona de islas, cuyas tierras sufrieron incendios en los últimos tres años, en forma recurrente.
El listado lo encabeza un apellido con mucho peso en Entre Ríos: se trata de Rufino y Aníbal Baggio, dos de los propietarios de la fábrica RPB SA. Los restantes son Elías José Oscar Cepeda, Juan Roal Salgado, Omar Gustavo Otero, Luis Carlos Pérez; Laura Beatriz Becherucci; y las sociedades Copra SA, Deltagro SA y Jorge R. Casals SCA. El trabajo está fechado el 16 de setiembre y ya está en manos de la Justicia Federal de Victoria, que deberá ahora resolver su situación.
Las medidas solicitadas por medio del trabajo del Organismo de Investigaciones del Ministerio Público de la Acusación santafesino tienen dos objetos diferenciados en cuanto al avance de la investigación en cada uno de los eventos de incendios que se están investigando. Cabe aclarar que se denomina “evento” a cada uno de los incendios que de acuerdo a la investigación y las denuncias recibidas en ambos tuvieran la característica de expandirse desde su lugar de inicio, afectar áreas de magnitud de las islas y afectar mediante las emanaciones de humo la salud de los habitantes del departamento Rosario y zonas aledañas, así como el medioambiente en general, publicó el diario Página 12.
Estos incendios han generado diferentes denuncias cuyo objeto investigativo es casi idéntico, toda vez que se trata de determinar quién o quiénes son los titulares de los inmuebles incendiado, si los incendios fueron intencionales, si se propagaron a lotes linderos, si causaron una contaminación al medio ambiente y si causaron daños a la salud o lesiones de las personas que se encontraban en el lugar donde se dirigió el humo provocado por las quemas.
En ese sentido y siguiendo esa lógica la comprobación o acreditación de cada uno de los extremos expuestos anteriormente permite elaborar diferentes hipótesis de delitos cometidos por las personas que causaron los incendios. Desde el delito de incendio doloso, hasta la contaminación ambiental y el caso de las lesiones producidas a las personas que se ven obligadas a respirar el aire intoxicado, las variables son múltiples.
Debido a diferentes factores relativos a la investigación, no todos los eventos se encuentran en la misma etapa de investigación. No obstante, ya existen elementos para solicitar medidas de prueba sobre los responsables jurídicos de un inmueble donde el fuego se inició intencionalmente, y en otros casos obtener elementos para poder reforzar una hipótesis fuerte de trabajo elaborada en base a la evidencia recabada hasta el momento.
Entre las personas identificadas como posibles generadores de un incendio que se propagó, se extendió hacia la ciudad de Rosario y causó posibles daños en la salud de los habitantes de la ciudad y zonas aledañas se encuentran Rufino Pablo Baggio, Aníbal Ramón Baggio, Elías José Oscar Cepeda, Juan Roal Salgado, Omar Gustavo Otero, Luis Carlos Pérez; Laura Beatriz Becherucci; y las sociedades Copra SA, Deltagro SA y Jorge R. Casals SCA, consignó el diario Página 12.
De acuerdo al informe preliminar de Bomberos Nº 94/22 de fecha 5 de septiembre de 2022, en relación a la “Isla Garibaldi” ubicadas en Pueblo Esther, se indica como sector de inicio del proceso combustivo el lugar comprendido en las coordenadas geográficas 30°04’33.4”S 60°32’15.5”W (geoposicionado O-33.075952, O- 60.537646), al nivel del suelo. Se concluyó que posiblemente se haya producido por contacto con un elemento de llama libre (encendedor, papel encendido) con una o más porciones de elementos combustibles de origen orgánico, es decir, que posiblemente haya sido intencional. Además, el segundo informe preliminar de Bomberos N° 93/22 de fecha 9 de septiembre de 2022, referido a las “Islas del Paraná” ubicado en Victoria- Entre Ríos, indica como zona de inicio del proceso combustivo el lugar comprendido en las coordinadas geográficas 32°54’05.6”F 60°26’22.8”W (geoposicionado O-32.901550, O-60.439660), al nivel del suelo. En este último se concluyó no a través de la posibilidad sino pudiéndose afirmar que se produjo por contacto con un elemento de llama libre (encendedor, papel encendido) con una o más porciones de elementos combustibles de origen orgánico.
De acuerdo al informe de catastro recabado en el marco de la investigación las coordenadas del foco intencional corresponden a tierras de Juan Roal Salgado con domicilio en Melincué.
Respecto del resto de los titulares de campos nombrados, fueron elaborados de acuerdo a la información extraída a partir de los incendios ocurridos al menos en los años 2020, 2021 y 2022. Esta circunstancia fue reflejada por investigadores en un mapa que demuestra que las zonas afectadas por incendios en los años mencionados es exactamente la misma.
Esta coincidencia genera un alto grado de sospecha que lleva a solicitar medidas de investigación para obtener elementos que vincule a los titulares de los inmuebles donde se produjeron incendios en los años 2020, 2021 y 2022 con actividades ganaderas que requieren de las quemas para aumentar la productividad. Este es el caso de Rufino Pablo Baggio, Aníbal Ramón Baggio, Laura Beatriz Becherucci, Luis Carlos Pérez, Elías José Oscar Cepeda, y de lo/as integrantes de las sociedades Copra SAy Deltagro SA.
El trabajo de investigación también incluye un apartado donde se aborda concretamente la afectación sobre la salud de las quemas en las islas. “Existe evidencia científica de la contaminación del aire por el humo asociado a la quema de biomasa con niveles de Material Particulado por encima de los niveles guía de calidad de aire y de lo recomendados por la Organización Mundial de la Salud y que los mismos tienen efectos deletéreos y de gran magnitud que ponen en peligro la salud de la población expuesta y que, además, degrada los ecosistemas de la Tierra, socava la seguridad económica de las naciones y es reconocida como una de las causas principales de enfermedad, discapacidad y muerte prematura en el mundo. Los efectos sobre la salud se asocian fundamentalmente (pero no únicamente) al aumento del número de materias particuladas pequeñas se traducen en un incremento reiteradamente demostrado de padecimientos respiratorios y cardiovasculares, existiendo además claras señales de su vinculación con enfermedades metabólicas (diabetes mellitus) y proliferativas (distintos tipos de cáncer)”.