OPINIÓN
Nosotros y el Clima
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Dominar el fuego, manejar la agricultura, inventar la rueda, descubrir la ciencia, han sido los quiebres más importantes en la evolución del hombre. Solo sigue resistiendo a ser dominado (creo), aunque lo estemos castigando demasiado, el último factor importante en la vida del hombre: El Clima.
En un planeta sobrecargado de humanos en detrimento de otras especies animales y vegetales (reducción de la biodiversidad), y exigido a la producción muy intensiva de alimento y confort (agrogandería intensiva y alta generación de energía), las secuelas ya están a la vista. La desforestación, las prácticas intensivas, la quema de hidrocarburos nos están pasando factura en este último factor aun no dominado aunque casi, usando términos boxísticos, al borde del knockout.
Nuestra región en especial y el mundo en general, ha perdido la regularidad climática que supo otrora tener. Estamos saliendo de una larga sequía de 3 años, seguida de un fenómeno Niño mucho más irregular de lo previsto, que se inició con lluvias intensas en el sur del Brasil y nos trajo inundaciones por los ríos Uruguay y Paraná (mientras en nuestra zona faltaban lluvias), y siguió con excesos de lluvias en nuestra zona, mientras (felizmente) el Uruguay se mantenía bajo. De ahí, que las estadísticas, tan útiles en muchos casos, no reflejen la realidad de nuestra situación, ya que si a principios de año llovió la mitad de los esperable (seca) y ahora tenemos el doble (exceso) la estadística dirá que en promedio estamos bien cuando, en realidad, hemos tenido pérdidas por ambos fenómenos extremos.
¿Que se espera, de aquí en más? Ya está claro que la imprevisibilidad real del clima se va acentuando, fundamentalmente por el calentamiento global que hace a un cambio climático que no resiste las absurdas posiciones negacionistas corriendo atrás de intereses que son político/económicos.
En los próximos meses (se cree que a la llegada del invierno) desaparecen las ya debilitadas condiciones de “El Niño” en el pacifico ecuatorial, para dar lugar a un corto período neutral y según se pronostica internacionalmente (NOAA) la llegada más que posible de una “Niña” cuyas características aún no están definidas.
Implicaría, de concretarse estos pronósticos, que las lluvias en la segunda mitad del año en nuestra región serían inferiores a lo normal (estadísticamente) por lo que tampoco podríamos hablar de regularidad. De ello dependerá en buena medida la calidad/cantidad de la producción agropecuaria de nuestro país de la cual cada vez dependemos más, y en lo urbano a la estabilidad de los niveles de caudal y calidad de las aguas del rio, de lo cual también mucho dependemos.
Debemos comprender que estamos insertos en un entorno global, regional, local y propio de lo que solo podemos en forma individual manejar el propio, pero la suma de individualidades hará a lo local, la suma de las acciones locales hará a lo regional y lo de las regiones a lo global; de ahí la trascendencia de la responsabilidad individual en las acciones conservacionistas ambientales.
Por citar un ejemplo, el tan opinado asunto del dragado del rio para evitar inundaciones, carece de fundamentos hidráulicos reales, ya que sí, sería necesario en algún sector, solo a los efectos de la navegación, pero paralelamente produciría graves perjuicios nuevamente ya que la remoción y lavado aumentaría en forma importante el requerimiento de agregado de químicos en el proceso de potabilización del agua para abastecimiento de la ciudad (sulfato de aluminio, cal, cloro, etc…), perjudicaría nuevamente la reproducción ictícola, y degradaría la calidad de las aguas de recreación. Digo sí, que sería sumamente interesante poder lograr el dragado del canal de acceso al Gualeguaychú, en el rio Uruguay.
Cerrando, nuestro futuro depende de cada uno de nosotros, de cuanto seamos custodios de la casa común, del hábitat, del clima.