Motochorros vuelven atacar a una joven y le arrebatan su bolso
Todos los días se conocen nuevos ataques de delincuentes en moto. En esta ocasión, una joven de 25 años que se dirigía en bicicleta hacia el comercio que posee su familia en calle San Juan, fue víctima de motochorros que le sacaron su cartera del canasto.El hecho ocurrió el miércoles por la tarde, alrededor de las 18. La joven iba a dar una mano a sus padres en el comercio, pero durante el camino le sucedieron cosas que presagiaban que no iba a ser un viaje normal.Mientras pedaleaba por calle San Juan a la altura de calle Córdoba, sintió que una moto estaba tras de ella. Siempre con el temor de que se tratara de motochorros, la joven miró hacia atrás y se tranquilizó cuando vio a una mujer en el asiento del acompañante y pensó que solo se trataba de una parejita en moto.Los motociclistas se adelantaron y doblaron en calle Schächtel hacia el norte, mientras la ciclista continuó su camino por San Juan. A los pocos minutos, cuando bicicleteaba frente a la Escuela N° 58 "Alfredo Villalba", vuelven a aparecer los motociclistas, pero esta vez el resultado fue otro.Se le pusieron a la par a la joven y sin ejercer violencia, y sin que la víctima oponga ninguna resistencia, le sacaron la cartera del canasto y huyeron por San Juan hasta Primera Junta, donde doblaron dirección al norte y desaparecieron.Un matrimonio que se encontraba en la vereda en la cuadra siguiente observó lo ocurrido y fueron los primeros en asistir a la joven, que había quedado en un evidente shock nervioso, una mezcla de impotencia por la impunidad y libertad con la que se llevaron la cartera.La joven llevaba unos 300 pesos que estaban destinados para sus estudios y documentación referida a la facultad. "No me causa impotencia el dinero perdido sino la libertad que ellos pueden gozar y yo no. Atar una bicicleta no debería ser una acción normal de cada día cuando salgo trabajar, mirar a cada rato hacia atrás para ver si viene una moto tampoco, es estresante, trabajar en un negocio y ver a cada rato quién entra, quién pasa, no poder andar con un bolso, no es normal, escribir carteles "toque timbre y será atendido", nuestros recaudos demuestran lo desprotegidos que estamos", mencionó la joven."Sabían hacer bien su maldad, esperaron el momento oportuno, cuando no había gente en la calle", agregó la víctima, que decidió no realizar la denuncia policial porque siente que "es un trámite que no me termina de cerrar. El tiempo es un bien preciado"."Me gustaría gozar de la libertad con la que se mueven los delincuentes, la vida se vuelve estresante sobreviviendo de esta forma", opinó.
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