UNA COMBINACIÓN EXTRAÑA. PERO VIGENTE
Milei, entre los errores no forzados y la tirria de la oposición
El desfiladero se vuelve cada vez más estrecho. Es que las expectativas sobre los resultados económicos y políticos del Gobierno empiezan a crujir por errores propios y actos ajenos, es cierto.
Fue casi la peor semana del gobierno desde que Milei asumió la Presidencia de la Nación. No existe un “peornómetro”, claro, pero quedó esa sensación. Al escándalo en relación a la distribución de alimentos del Ministerio de Capital Humano y la mezcla de internas e ineficiencia que lo rodeó se sumó la mayoría circunstancial (¿circunstancial?) que radicales y kirchneristas alumbraron en el Congreso. Eso más los votos de la gente de Pichetto, le asestaron al Gobierno una dura derrota legislativa, buscando imponer un nuevo índice de actualización para las jubilaciones y un pago extra por un porcentaje de enero que Nación ignoró. Milei estalló y los trató de “degenerados fiscales”, avisando que vetará cualquier iniciativa que atente contra el superávit fiscal.
En perspectiva, la movida política de los diputados es peligrosa para la estabilidad del Gobierno. Casi no hay antecedentes de una gestión con seis meses que, sin mayoría legislativa, le marquen la cancha de esa manera. Las responsabilidades son compartidas. Aunque la Ley Bases salió de Diputados, en el Senado está empantanada y con futuro incierto. En el mejor de los casos será modificada y volverá a la Cámara iniciadora. Nadie asegura un triunfo. Menos en este clima de cruces y chicanas. La pregunta desoladora que indaga a la sociedad es si, unos y otros son conscientes de la magnitud de la crisis que se vive; de la necesidad de soluciones urgentes; que la situación es una bomba de tiempo si no aparece un horizonte más o menos claro. Es evidente que la capacidad de resistencia de la gente es asombrosa. La política da su propio espectáculo como la pelea de Grabois con una funcionaria de Petovello en Tribunales.
Fue un buen resumen de la degradación de la actividad política en la que han caído nuestros dirigentes. Ladrones, chorra, gritos y hasta exhibición de armas, todo en las narices de los jueces que tendrían que haber puesto límites al escandalete bizarro que desnuda la irreponsabilidad con la que se manejan los recursos del Estado. De los dos lados del mostrador, porque Grabois estuvo hasta diciembre. Y la hoy funcionaria de LLA, pasó por todos los sectores vinculados al PJ, desde Cristina hasta Massa. Nadie es virgen en esta historia.
Pero lo que pasó con la mercadería depositada que la Justicia obligó al Ministerio a distribuir, revela la improvisación que todavía reina en muchos niveles del estado libertario. El golpe de Petovello fue un golpe a Milei porque se trata de alguien de su mayor confianza. De quién sería la única en tener la “billetera abierta”. Las múltiples ratificaciones que recibió son otra muestra. Igual eso no alcanzó para parar con los rumores ni con las sospechas sobre el manejo de los fondos del Ministerio. Petovello es Milei, por eso la zozobra.
Semejante nivel de ruido iba a terminar impactando en los datos de la economía. Si bien la inflación siguió bajando en mayo, en junio podría amesetarse esa caída y ratificar que la economía entró en una recesión profunda. Cayeron los bonos, subió el dólar blue y el riesgo país. Para la Casa Rosada todo viene de la política y su intención de ponerle palos en la rueda al proyecto. Para el miércoles 12 de junio se fijó una sesión especial en el Senado por la Ley Bases. Ahí comenzará a dirimirse el futuro de la turbulencia. Si el avión se estabiliza listo, pero si deviene en picada significa que los problemas se habrán agravado.
Cuando asumió, Milei lo sabía. Sin poder contar con la política, se acordó tarde de nombrar a Francos, lo único que te puede salvar es la economía. Y si en eso no acertás, es difícil en medio del incendio que recibió. Las horas se cuentan por minutos y los minutos por segundos. No hay demasiada ciencia en esta historia.
En los ’90, cuando a Menem podía hundírsele el barco después de los primeros yerros, tenía el respaldo del peronismo que había vuelto al poder. Milei no lo tiene y encima, buena parte de los que lo acompañan, son neófitos teóricos con poca calle. El hándicap del desastre que fueron los anteriores todavía lo reflejan las encuestas: cuando le preguntan a la gente quién es el líder de la oposición gana “nadie” por muerte. Ahí está uno de los secretos de lo que la sociedad está dispuesta a soportar. Pero, como pasa en la vida de cualquiera, nada es eterno. Ese oxígeno parece haber bajado. Entre los errores no forzados y la mala leche de la oposición.