Mensaje al soberano
Dr. Marcelo Castro Corbat
[email protected] Sr. Director:El soberano en la democracia es el pueblo y, el discurso político que se le transmita, -el Mensaje al ciudadano- debe establecer las vías de solución de las privaciones que lo acosan en su vivir diario y definir lo que hay que hacer para asegurar un futuro de prosperidad nacional e individual.Un hombre agobiado por sus carencias vitales y anímicas apoya irreflexivamente al que le ofrece sacarlo de la postración. Políticos demagógicos, populistas, ideológicos y corruptos son los responsables de esa postración y, los que no lo son, dan discursos semi académicos sin soluciones concretas que atraigan el apoyo ciudadano.Los políticos demagógicos se preocupan por el día a día electoral, sin pensar en el futuro nacional y, los que no lo son, debaten acalorada y académicamente sobre como construir un futuro perfecto, que es una pretensión inalcanzable.Para sacar al soberano de la postración hay que terminar con la pobreza, invirtiendo para producir bienes y servicios y, creando trabajo. El futuro nacional se podrá construir si se erradica el delito de corrupción y se reforma la autocrática estructura constitucional de poderes y atribuciones de las Autoridades de la Nación. Para lograrlo se requiere tiempo, convicción, fuerza política, esfuerzos y saber que habrá conflictos. El soberano lo espera.
[email protected] Sr. Director:El soberano en la democracia es el pueblo y, el discurso político que se le transmita, -el Mensaje al ciudadano- debe establecer las vías de solución de las privaciones que lo acosan en su vivir diario y definir lo que hay que hacer para asegurar un futuro de prosperidad nacional e individual.Un hombre agobiado por sus carencias vitales y anímicas apoya irreflexivamente al que le ofrece sacarlo de la postración. Políticos demagógicos, populistas, ideológicos y corruptos son los responsables de esa postración y, los que no lo son, dan discursos semi académicos sin soluciones concretas que atraigan el apoyo ciudadano.Los políticos demagógicos se preocupan por el día a día electoral, sin pensar en el futuro nacional y, los que no lo son, debaten acalorada y académicamente sobre como construir un futuro perfecto, que es una pretensión inalcanzable.Para sacar al soberano de la postración hay que terminar con la pobreza, invirtiendo para producir bienes y servicios y, creando trabajo. El futuro nacional se podrá construir si se erradica el delito de corrupción y se reforma la autocrática estructura constitucional de poderes y atribuciones de las Autoridades de la Nación. Para lograrlo se requiere tiempo, convicción, fuerza política, esfuerzos y saber que habrá conflictos. El soberano lo espera.
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