¿QUIÉN ELIJE LO QUE LEEN LOS ALUMNOS Y LAS ALUMNAS DE GUALEGUAYCHÚ?
Material de lectura escolar: Los mecanismos de control de las autoridades educativas
Tras la polémica en la provincia de Buenos Aires por contenido sexual explícito en algunas obras literarias indicadas a adolescentes en el secundario, surgió la inquietud de quiénes son los encargados de seleccionar los contenidos que se les brindan a los alumnos en las aulas de la ciudad. Desde la Departamental de Escuelas contaron cómo es el proceso.
Algunos libros de ficción con contenido sexual explícito que se usaron como material pedagógico hicieron estallar la polémica en la provincia de Buenos Aires y se trasladó a todo el país, con el foco puesto en la ESI (Educación Sexual Integral).
Acerca de ello, quien explicó todo el mecanismo que se lleva adelante para la selección de textos en Gualeguaychú fue la Directora Departamental de Escuelas Natalia Báez.
En diálogo con Ahora ElDía, la funcionaria aseguró: “En la actualidad, en Entre Ríos tenemos el Plan de Alfabetización que hoy llega a la mayoría de las escuelas de nivel primario que abarca todo el primer ciclo de educación. En este marco, les llegan a todos los docentes el material de lectura, es decir, el contenido y la teoría del programa. Nosotros trabajamos el proceso de alfabetización inicial: en cómo se construye y se procesa toda la información que reciben los alumnos y alumnas para una lectura y una escritura autónoma. Hay materiales seleccionados por quienes elaboraron el plan a nivel nacional y son visados por el Consejo General de Educación. Se trata de libros que presentan cuentos narrativos y que trabajan problemáticas cotidianas y transversales. No hay nada específico que se busque transmitir con ese material de lectura. En primer grado, por ejemplo, leen una historia sobre cualquier niño o niña de 6 o 7 años, no hay nada que roce lo que se generó en Buenos Aires”.
Por fuera de este plan que abarca de primero a tercer grado, Báez describió: “Hay una autonomía por parte de las instituciones y los docentes a cargo, según el diseño curricular. En cuarto grado empiezan a trabajar textos informativos más articulados y complejos. La docente tiene más libertad para ir a la librería, revisar en las editoriales y elegir con qué libro va a trabajar los contenidos. Esa elección tiene que ver con un proyecto institucional y con la propuesta pedagógica didáctica de la docente, que está enmarcada por el diseño curricular”.
“No hay ninguna bajada de imponer lo que hay que leer. Esto ocurre dentro de la literatura que se da en Lengua y pasa lo mismo en Ciencias Sociales y otras materias. Muchos docentes optan por armar su propio material porque les gusta más como está explicado un tema en un libro y otro en una obra de otra editorial. La situación económica hace que no se les pidan todos los libros a los alumnos y alumnas porque son gastos que no se pueden solventar; entonces siempre se trata de buscarle la vuelta”, comentó.
“En el Departamento y en la Provincia no hay una bajada ideológica, sino que hay programas que dan un encuadre y que responden a una política educativa”, destacó.
La ESI en las escuelas de la ciudad
El Consejo General de Educación cuenta con programas para abordar los temas sociales más sensibles: “Tenemos el programa de Educación Sexual Integral (ESI), el de Abordaje de Situaciones Educativas Complejas (PASEC) y el de Abordaje de Consumos Problemáticos”, enumeró Báez, que afirmó que “en el marco de esos programas, tenemos una coordinadora a nivel departamental para el abordaje de estas situaciones, hay bibliografía que se trabaja mucho con los docentes, que tiene que ver con el programa ESI a nivel nacional, el Sedronar y otras instituciones. Hay material sugerido para el docente, para la familia y para llevar dentro del aula. Siempre son temas sensibles y hay que trabajarlos en cada escuela. Las realidades son distintas, al igual que los docentes. Para algunos es más cómodo hablar de ciertas situaciones y para otros menos, pero siempre en el marco de bibliografía sugerida que responde al encuadre de los diseños curriculares provinciales”.
Acerca de si hay control de estos materiales, Báez aseguró que “siempre en las capacitaciones lo que hacemos es sugerir material y tener cuidados con algunas cuestiones, por ejemplo con la ESI es importante trabajar con las familias, porque lo que le da sentido a la educación formal es que complementa lo que los chicos reciben en sus casas. Entonces, no podemos presentarle un material destinado a los padres a chicos de sexto grado, porque cada material se realizó apuntado a un público determinado”.
Reconoció que “a veces ha pasado que nos enteramos que los chicos están trabajando con textos que eran para la familia, entonces tienen que tener en cuenta los docentes el nivel, hay material que es para sexto grado, por más que en el aula haya un chico con desfasaje de edad”, y opinó que “siempre hay que ser cuidadosos con los materiales”.
Asimismo, manifestó que “este año pudimos lograr hacer jornadas de capacitación de ESI para sexto grado de todas las escuelas, para el nivel secundario en temas como salud mental y prevención del suicidio, son esos encuentros en los que se propone la bibliografía que se recolecta en años, se va construyendo. En esos encuentros se ejemplifica con situaciones que han pasado, una docente por ahí le gusta cómo está abordado un tema que no era por ahí para esa edad, por el vocabulario, porque no era para que lo procese y entienda un chico, sino un adulto. Tampoco uno sabe con qué vienen desde la casa: hay chicos que tienen mucha información y otros que no, entonces hay que ser muy cuidadosos”, recalcó.
Finalmente, sobre si aún es tabú la ESI en algunas escuelas, Báez planteó: “Me encontré con escuelas que comienzan a entender verdaderamente el sentido del programa, que me parece que lo que pasa es que a veces no se logra entender por dónde va. Siempre que se habla de sexualidad se piensa en la genitalidad, que si bien son una parte, no lo son todo. La verdad que gratamente me encontré con que entienden la ESI desde la ética del cuidado, de lo importante que construyan conceptos de lo público y lo privado, de la intimidad y la confianza, desde el cuidado y respeto del propio cuerpo y del cuerpo del otro”.
“Obviamente que todavía hay resistencias y que a algunos docentes les cuesta hablar de algunas cuestiones, pero ya no me encuentro con docentes que no nombren los temas por su nombre. Hace 10 años atrás se daba mil vueltas para no decir vagina, y los que le dan una connotación sexual son los adultos, no los chicos. Pero cada vez hay menos resistencia, que por ahí tiene que ver más con desconocimiento, y ya hay todo un recorrido en el Departamento que está muy bueno”, sostuvo la funcionaria, quien desmitificó que “en las escuelas privadas, católicas, se da también el contenido, por una simple razón que a todos los alumnos les pasan las mismas cosas, todos pasan por la pubertad”.
Consultada si la escuela es el lugar donde se descubren muchos abusos intrafamiliares, expresó: “La escuela es donde se da la radiografía de lo social, está atravesada por todas las realidades, entonces a veces es el lugar donde se detectan, se abordan con las herramientas que tenemos, se da la oportunidad de hablar, somos la posibilidad de conocer otro mundo cuando el que pasa en casa no es el adecuado”.
“Tenemos una responsabilidad, si hay un alumno o alumna llorando en el baño porque le pasó algo que es normal en la pubertad, pero que lo desconoce porque nadie le habló y cree que está enfermo, entonces la escuela tiene que hacer algo con eso: llamar a los papás, explicarles que es importante empezar a hablar, porque de eso se trata, porque así como hay pre-adolescentes de 11 años que dan lecciones de muchas temas y no está bueno que sepan tanto, hay otros que no logran entenderlas. La escuela tiene que abrir el mundo sin ocupar lugares que no nos corresponden, la familia tiene mucha injerencia en la educación, todos vienen con una base”, añadió Báez.
Finalmente, volviendo al contenido de los libros, concluyó que “eso en Gualeguaychú no nos pasa, cada escuela tiene un supervisor, que es el primero que cuando ve que en una institución no se hace algo como corresponde o pueden estar equivocándose, pueden hacer las correcciones y recomendaciones”.
¿Qué ocurre cuando los chicos acceden a un material impropio para su edad?
Soledad Terradas, psicóloga que trabaja con niños y adolescentes, aseguró que el material utilizado en Buenos Aires le pareció demasiado explícito e innecesario: “Las siglas ESI son claras, tiene que ver con otras enseñanzas. El despliegue que se juega ahí es concreto y no da lugar a la imaginación. Es algo que está ocurriendo, sobre todo, porque hay muchos profesionales que trabajan desde esa línea en espacios públicos, privados, en escuelas y en consultorios. Cada vez se ve más esto, con lo cual lejos de vivirse la sexualidad desde la espontaneidad o desde el descubrimiento, se sobre sexualiza todo, como si esto fuera del orden de lo natural, de lo instintivo, de lo reproductivo. Y lo natural, dicho en estos términos, semánticamente no existe porque está mediando el lenguaje. Y pareciera ser que el propio cuerpo es ajeno, entonces mucho más el cuerpo del otro”, aseveró.
“La sexualidad no debe ser vivida con culpa o con pudores, pero es del orden de lo íntimo, de lo privado. Conlleva respeto y responsabilidad hacia el propio cuerpo y el cuerpo del otro. Tener información no es tener formación y los tiempos son singulares”, concluyó.