REFLEJOS DE LA CRISIS
Más gualeguaychuenses recurren a préstamos para solventar sus gastos
Tras un período de inactividad, producto de la incertidumbre y el pico inflacionario, las casas de crédito y préstamos de la ciudad experimentan un aluvión de clientes en estos últimos meses. Según indican, la gran mayoría acude para hacer frente al dramático aumento en el costo de vida.
Los vaivenes desalentadores de la economía argentina y las incertidumbres planteadas durante la última transición de gobierno ocasionaron numerosos problemas en todos los estratos de la sociedad. Es así que, además de ver peligrar sus ingresos -y en algunos casos sus fuentes de trabajo-, muchos trabajadores extremaron sus recaudos a la hora de recurrir a pedir un préstamo personal, especialmente entre los últimos meses del año pasado y los primeros del 2024, cuando la inflación y las tasas de interés mostraban un pronóstico incierto y desfavorable.
Esto se vio reflejado notoriamente en las casas financieras de Gualeguaychú, las cuales tuvieron que exigir mayores garantías para otorgar préstamos, restringirlos o incluso suspenderlos momentáneamente. Pasados los meses más caóticos, entre abril y mayo de este año comenzaron a recibir un gran afluente de clientes, lo que indica dos cuestiones: por un lado, la percepción de que las condiciones mínimas de estabilidad en la economía del país permitirían tomar un préstamo; y por otro, la necesidad de muchas personas de recurrir a una ayuda financiera, consecuencia de la suba constante del costo de vida y de una caída de los salarios que no da señales de recuperación alguna.
En diálogo con Ahora ElDía, gerentes locales de distintas firmas prestamistas con sucursales en la ciudad coincidieron al describir el panorama actual del sector.
“No otorgamos préstamos por un tiempo, pero este año lo reactivamos a partir de marzo-abril. Al principio nos costó recuperar la confianza de los clientes, porque hubo mucha incertidumbre”, señaló Adrián Martínez, gerente local de ConsuMax, y agregó que “las personas se han visto en la necesidad de tomar préstamos y por eso se ha reactivado también más este negocio. El mes anterior que la gente cobró el aguinaldo, estimamos que iba a reducirse un poco la cantidad de consultas, pero nos llamó la atención que, así y todo, se acercaban a consultar y sacar préstamos”, comentó. De estos préstamos, Martínez observó que, últimamente, más del 60% de quienes los toman lo han hecho para solventar algún gasto particular por temas de salud, algo que los mismos clientes cuentan al solicitarlo.
La necesidad y la urgencia como principal motor de la búsqueda de ayuda financiera parecieran ser el denominador común en estos momentos. “En otro momento, los clientes sacaban un préstamo para cambiar el auto o irse de vacaciones. Hoy lo hacen principalmente para cubrir necesidades, por ejemplo porque se les rompió el auto, el arreglo les sale un millón o 500 mil pesos y no tienen ese dinero extra”, aseguraron desde la gerencia local de Crédito Argentino, y aclararon que a pesar de que esto último “siempre existió”, “también estaba la otra parte, la del progreso: mejorar la casa o comprar algo”.
En el caso de esta financiera, durante la transición de gobierno y de año, no se suspendió el otorgamiento de préstamos, pero sí se tomaron serios recaudos: “Se ajustó mucho, en estos casos nos ponemos más estrictos en el tema de a quién se le otorga. Durante esos meses, trabajamos con clientes que tenían buena morosidad y que sabíamos que las probabilidades de que no nos pagaran eran muy bajas”.
En línea con los testimonios anteriores, desde la sucursal de Palmares expresaron: “Si hablamos de los últimos tres meses, ha habido un incremento en la cantidad de créditos y en los montos. Las personas necesitan más dinero, por eso se está creciendo”, y observaron que, aunque los motivos de sus clientes son variados, “el factor común es para pagar deudas: de salud, del día a día; o arreglar la casa o el auto en cuestiones urgentes”. Otro dato preocupante que indicaron y lamentaron desde la financiera es que aumentaron las situaciones en que los jubilados se acercan buscando un crédito para pagar las cuentas de la farmacia o el almacén: “Esto se veía, pero ahora se nota más. Es un sector que está muy perjudicado”.
El filtro de los requisitos y el miedo a endeudarse
A pesar de este aumento significativo en su número de clientes, las financieras locales advierten que los recaudos de las personas continúan: “Los clientes se están limitando bastante, sobre todo con la tarjeta de crédito. Hay miedo a no poder pagar y, por ende, no se aferran tanto a este tipo de consumo como antes”, indicaron desde ConsuMax.
En otros casos, las personas asumen el compromiso de un préstamo, pero su delicada situación económica los lleva a demorar su pago: “Todo aumenta menos los sueldos, entonces crece la morosidad. Eso también es lo que ha pasado en este periodo, ha habido bajas en el trabajo y gente cuyo sueldo ha quedado muy bajo con respecto a todos los aumentos que han tenido, entonces nos dicen ‘prefiero comer a pagar el préstamo’”, apuntaron desde FederAr, otra firma de préstamos local que -a diferencia de las anteriores- no ha visto un aumento en sus clientes; entre otras cosas, porque los bajos salarios y la precarización laboral impiden que muchas personas puedan reunir los requisitos mínimos necesarios para acceder a un préstamo: “Se necesita un sueldo mínimo para poder adquirir un préstamo. Y el mínimo que venimos pidiendo es de 234 mil pesos”.
También señalaron que entre aquellos que acceden a un préstamo, están quienes temen no poder pagarlo: “Las personas tienen miedo, porque lamentablemente hoy nadie te garantiza que tu trabajo sea estable”. Otro detalle que mencionaron es que, aun utilizando un sistema facilitador de préstamos que indica cuál es el monto máximo que se le puede prestar a un cliente y cuál es la cuota que le quedaría relativamente cómodo pagar, “muchas veces las personas no llegan”.
De esta manera, las casas financieras locales evidencian con todos sus matices el impacto de la incertidumbre económica, primero, y del ajuste y la fuerte caída en el poder adquisitivo, después.