DEPORTE Y EDUCACIÓN
María Gabriela Almada, atleta y docente: “Son actividades distintas, pero complementarías para mí”
María Gabriela Almada, atleta y docente: “Son actividades distintas, pero complementarías para mí”
La gualeguaychuense María Gabriela Almada es una referente del atletismo y de la docencia. Casi en simultáneo, comenzó su camino como profesora y descubrió su pasión por las carreras.
En el mes de la educación, la fondista de 50 años hizo un repaso -en una entrevista con Ahora ElDía- sobre su trayectoria en la enseñanza y su conexión con el deporte, donde logró destacarse y convertirse una de las mejores exponentes locales.
Su camino en la docencia comenzó mucho tiempo antes que su incursión en el atletismo. Aunque, en la actualidad, Almada afirmó que no puede vivir sin una ni la otra.
¿Cómo y cuándo te iniciaste en el deporte?
Mi conexión con el atletismo fue por mi esposo Darío Acosta, porque es entrenador y fue atleta toda su vida. Pero me inicié el deporte en 2003, con 29 años, cuando ya estábamos casados y habíamos formado una familia. En esa época salíamos de una crisis terrible como país y eso me había ocasionado problemas de ansiedad y angustia. Creo que todo la pasamos mal en aquellos años y como consecuencia de eso me recomendaron hacer actividad física, que nunca antes había hecho. Fue así que comencé, primero en bicicleta acompañando a mi marido y luego me bajé y comencé a correr. A partir de ahí me di cuenta que podía.
Pese a que arrancaste de grande en el atletismo, lograste destacarte en el alto rendimiento
Fue muy rápido todo, seguramente las condiciones las tenía, porque en mi primer año, sin experiencias previas, competí en un campeonato en Concepción del Uruguay y la primera carrera que corrí, de 5 kilómetros, la gané y en la segunda, de 8k, entré en el segundo puesto. Desde entonces, empecé a planificar en serio mi carrera y una de las ventajas que tuve desde el día uno, es que estuve bien acompañada y asesorada.
Luego te sobresaliste en las carreras de larga distancia
Si, el proceso fue bastante rápido. En 2003 comencé en el atletismo y en 2004 corrí mi primera carrera de 21 kilómetros en Buenos Aires, donde entré tercera en la clasificación general. Mientras que en 2008 tuve mi primera experiencia en maratón. Fue en Hong Kong (Asia), siendo mi debut absoluto en esa distancia y en la otra parte del mundo. Fue una experiencia buenísima, porque me ubiqué en el puesto 17 y quedé octava en el campeonato que fui a competir. Encima corrí por debajo de las tres horas (2h.56m.). Algo impensado para mí, aunque desde ahí mi progreso fue en crecimiento, por supuesto dentro de los estándares que se podía, porque si bien siempre planifiqué y fui muy ordenada con mis entrenamientos, nunca dejé de trabajar y ya tengo 30 años de antigüedad en la docencia. Mis alumnos, colegas y directivas fueron testigos de mi carrera deportiva.
“Siempre planifiqué mi carrera y fui muy ordenada con mis entrenamientos, pero nunca dejé de trabajar y llevo 30 años de antigüedad en la docencia”.
Además de tu primera maratón en Hong Kong ¿Qué otras carreras te marcaron?
Y esa fue la más significante, porque encima viajé sola a un destino con una cultura totalmente diferente a la nuestra. Pero después como carreras importantes, también resaltó los 42 kilómetros en la ciudad de Rosario en 2019. Allí hice mi mejor registro en maratones (2h.48m.). Además, ese día estuvo asignado por un montón de cosas, pero fundamentalmente estaba atravesando momentos difíciles a nivel familiar, con mi papá muy enfermo y también había perdido a mi hermano hacía poco tiempo. Otra de las pruebas que recuerdo, pero por la felicidad que me generó, fue cuando me consagré campeona en el Sudamericano de Maratón en Paraguay, también en 2010.
¿Cuál es hoy tu actualidad en el atletismo?
Salgo a correr todos los días, porque es mi vida. Eso no lo negocio por nada. Me baja dos millones de cambios. Después acompaño a un grupo de atletismo (Botija Team) con mi esposo, que es la cabeza y entrenador, y mi hijo mayor, Gonzalo Acosta (triatleta). Así que estoy metida en muchos proyectos, pero acompañando desde afuera.
Y tu camino en la docencia ¿Cuándo arrancó?
Acá en la Enova (Escuela Normal Olegario Víctor Andrade), la cual considero mi segunda casa, estoy hace 23 años. Pero anteriormente estuve seis o siete en la Escuela Nº 105 “Islas Malvinas” y uno meses en un establecimiento rural.
¿Cuál es o son tus cargos actuales que tenés en la Enova?
Empecé como maestra y después rendí y me titularicé como vicedirectora. Posteriormente hice el mismo proceso y tomé el cargo de directora, en cual ejerzo en el nivel primario. Pero también trabajo como profesora de geografía en el colegio secundario y de ciencias naturales en el nivel superior.
¿Encontrás coincidencias entre la docencia y el atletismo?
Sí, tienen muchas cosas en común. Porque uno enseña permanentemente con el ejemplo. Educar, es un acto de amor. Uno tiene que amar al otro para poder educar. Y el atletismo tiene mucho que ver con el amar también. Porque este deporte es buscarse, conocerse uno mismo, cuidarse, quererse y respetar su integridad, y eso tiene mucho que ver con el amor propio. Porque para poder estar 10 puntos, tenés que cuidarte como tal. No es solamente salir a entrenar, sino hidratarte bien, comer sano y no trasnochar. Es decir, llevar una vida sumamente ordenada.
“Para poder estar 10 puntos, tenés que cuidarte como tal. No es solamente salir a entrenar, sino hidratarte bien, comer sano y no trasnochar”.
¿Te gustaría volcar tu vocación de docencia al atletismo?
Con mi esposo habíamos formado una escuelita de atletismo este año y con el intenso frío que hizo en el invierno, tuvimos que suspenderla. Pero, es algo pendiente volver a reabrirla. Creo que nuestra ciudad carece de eso y el semillero es la única salida que tenemos para formar jóvenes valores. El atletismo es la cuna o la madre de los demás deportes. Entonces, si vos formás a un niño en el atletismo, podes tener un futuro triatleta, futbolista, basquetbolista o lo que sea. Porque la formación se basa en el pedestrismo, salto y lanzamiento, que son habilidades que después se necesitan para cualquier otra disciplina.
¿La docencia y el atletismo te apasionan por igual? ¿O preferís una por sobre la otra?
Son dos actividades distintas, pero complementarias para mí. No puedo vivir sin una y sin la otra. El otro día pensaba ¿qué voy a hacer cuando me jubile? , porque si no cambia la ley jubilatoria, en dos años estaría en condiciones de dejar de trabajar, además que ya tengo 30 años de antigüedad. Entonces, proyectaba que cuando me jubilé –seguramente- seguiré con la docencia en casa, club o en otro ámbito. Lo mismo me pasa con el atletismo. Me levanto y lo primero que hago es salir a correr. Tal vez cuando sea más vieja, en vez de correr, tendré que salir a caminar. Pero no creo que me llene de la misma forma que el atletismo.