Lucha en el mundo por la prensa libre
Desde hace años la Federación Internacional de Editores de Periódicos, otorga un premio anual muy significativo. Podríamos parangonarlo con un “Nóbel del Periodismo”. La Pluma de Oro de la Libertad -así se llama- tiene un valioso historial: en 1982 le fue conferida a Pedro Joaquín Chamorro (h) director de La Prensa de Nicaragua, cuyo padre fue asesinado por el régimen de Anastasio Somoza (h) contra el que su diario luchaba, e hijo de Violeta Chamorro, luego Presidenta de ese país.o
En 2001 le fue adjudicada al periodista U Win Ti, hoy de 80 años, por su lucha contra el régimen dictatorial birmano, uno de los más violentos negadores de los Derechos Humanos y de la libre expresión. Recién hace unos meses y por intensas presiones internacionales recuperó su libertad, aunque permanecen detenidos en Birmania numerosos periodistas y miles de presos políticos.
En 2004 se le adjudicó al periodista uzbekistano Ruslan Sharipov, detenido un año antes por la ardorosa defensa de los Derechos Humanos y de la igualdad en su país. En 2005 le fue concedido a Akbar Ganji, periodista iraní detenido, aislado en una zona especial y sometido a torturas, quien alcanzó relieve mundial por sus célebres huelgas de hambre.
En 2007 se le concedió al periodista chino Shi Tao, pero en la prisión ni se enteró de tal reconocimiento. ¿Cuál fue su “delito”? haber revelado al mundo las verdaderas dimensiones de la masacre de Plaza Tian anmen en Pekín, 1989. Recordemos de paso, que no es una plaza cualquiera: es la más grande del mundo con una superficie de 74 hectáreas. En esa oportunidad, estaba colmada de jóvenes que reclamaban por democracia y libertad. Cuando irrumpieron los tanques del ejército y arremetieron directamente contra ellos y se produjeron escenas de horror que sólo parcialmente trascendieron al exterior. Siempre se sospechó que la cifra de muertos alcanzaba a miles, pero recién el mundo pudo enterarse de los detalles, cuando Shi Tao utilizando clandestinamente (allá están bajo control estatal) un correo de Yahoo, pudo enviar la información fronteras afuera. Todavía sigue detenido.
En 2008, nuevamente un periodista chino fue galardonado con la Pluma de Oro. Su delito consiste en informar hace tres años, sobre una grave amenaza a la salud de la población china por desidia de las autoridades, antes de que estas lo advirtieran como corresponde, para acotar riesgos.
El galardonado era Li Chongjin que a raíz de sus denuncia había sido bárbaramente torturado durante su prisión y a quien las autoridades le habían prohibido viajar a Suecia para recibir el galardón. Si se nos permite la digresión, ello nos recuerda el caso del escritor ruso Boris Pasternak, que habiendo enviado al exterior clandestinamente los manuscritos de su novela trágica “Dr. Zhivago” obtuvo por ella el Premio Nóbel de Literatura en 1958 y se le prohibió viajar- también a Suecia- para recibirlo.
Pero Li tuvo más suerte que su connacional de 2007. En efecto: esta vez, un periodista danés, Jen Jorgen Madsen -que había viajado acreditado para cubrir las recientes olimpiadas- pudo evitar la frustración del año anterior al visitarlo personalmente y entregarle en mano propia el valioso premio
A esta altura, algún lector se preguntará qué tienen que ver con nosotros estos casos tan lejanos. Tienen mucho que ver: en una fecha tan especial como el comienzo de un nuevo año, nunca está de más echar un vistazo, aunque sea somero, a lo que ocurre en otras partes del mundo, para apreciar por contraste, el milagro diario de escribir libremente para lectores que con libertad pueden elegir qué leer. Costó siglos de lucha.
Este contenido no está abierto a comentarios