Los zigzagueos del INTI
En esa oportunidad, señaló que la pastera “no contamina”, con una contundencia que no dejaba dudas.
Ahora el funcionario reformula su pensamiento, al que matiza notablemente, con la frase: “Hasta el momento no se han logrado determinar indicios de contaminación”.
Pero entonces, ¿por qué las seguridades tajantes, las afirmaciones apodícticas de una semanas atrás, mutaron hoy en aclaraciones que las relativizan?
Se debió a una confusión que el funcionario atribuyó a “una simplificación del lenguaje mediático, necesario para comunicarse”.
No estamos en condiciones, nosotros, de discutir el valor científico del estudio del INTI, algo que ya ha hecho con fundamentos atendibles Raúl Estrada Oyuela, ex encargado de Asuntos Ambientales de la Cancillería.
Nos permitimos, sin embargo, mostrar nuestra perplejidad ante la liviandad con que ha actuado el organismo que conduce Martínez, que se ha permitido decir cosas y después desmentirlas en un asunto tan grave.
Una semana atrás, Martínez hizo una aparición polémica, en el medio de un forcejeo de proporciones entre las autoridades y los asambleístas por los cortes de ruta.
Pero también en un contexto mediático donde desde los grandes medios se le bajaba el pulgar a Gualeguaychú en toda la línea. Fue en semejante circunstancia que el titular del INTI dijo lo que el gobierno uruguayo y Botnia, nada menos, quieren escuchar.
En esa ocasión, remarcó que sus dichos podrían contribuir a “desactivar un flanco del conflicto”, como si el papel del INTI, que debiera aspirar a la independencia académica, fuese una estructura que la clase política pudiese usar cuando le convenga.
Martínez aparecía así como la voz científica, la que faltaba, para dar la última estocada, en el marco de una operación política destinada a aplacar la furia de los asambleístas.
Porque el INTI ya no discutía así los cortes, sino la causa ambiental de Gualeguaychú, reduciéndola a cenizas.
Pero ahora resulta que Martínez, le quitó alcance a sus dichos. ¿Qué pasó? ¿Acaso se dio cuenta que fue demasiado lejos, sin pruebas que lo respalden? ¿Se echo para atrás ante alguna orden emanada desde el poder político?.
Este zigzagueo del INTI, dirán los más escépticos, no es inocente. En realidad, revela el pensamiento y la acción del gobierno K en relación con la causa ambiental de Gualeguaychú.
¿Habrá que darles la razón, entonces, a los que piensan que al gobierno no le interesa el medio ambiente en el río Uruguay, sino el problema político derivado de la continuación del corte de ruta?
Otros, más condescendientes con Martínez y el INTI, piensan que en realidad ellos, avalan a Botnia porque no podrían hacer otra cosa, toda vez que el aparato científico que representan es funcional a las corporaciones industriales, sobre todo foráneas.
Es decir son tributarios de un paradigma científico que acepta a priori “parámetros aceptables de contaminación”, aunque es este mismo paradigma el que está en crisis ante la inocultable crisis ecológica mundial.
La epistemología contemporánea, sin embargo, hace tiempo ha cuestionado la supuesta “objetividad” de estos modelos de “construcción científica”, que en realidad encubren una gestión política previa sobre la naturaleza.
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