UN RECORRIDO POR UN LUGAR EMBLEMÁTICO
Los secretos del Cementerio Norte: Un lugar donde los muertos cuentan la historia de Gualeguaychú
Figuras ilustres de la política, la historia y la cultura descansan allí. Mujeres que dejaron una huella indeleble en nuestra ciudad reposan por toda la eternidad. El Cementerio Norte es un lugar que todos sabemos dónde está pero que pocos sabemos las riquezas del pasado que viven allí. Un lugar donde la sombra de la muerte se aparta para dejar que viva la huella de la historia.
Por Amílcar Nani
Hay algo en la vida que es inherente, que es inevitable, que está en nuestras mentes desde el minuto uno que tenemos uso de la razón: todos, pero absolutamente todos, vamos a morir. Es doloroso, asusta, y nos lleva al terreno de lo solemne. Sin embargo, la muerte no tiene porqué ser eso solo.
En este caso, pocos lugares de nuestra ciudad están tan asociados a la muerte como lo es el Cementerio Norte. Y por más que muchos lo vean con cierto tabú y lo evitan con el simple afán de no pensar en lo inevitable, lo cierto es que dentro de esos muros que envuelven las 8 hectáreas del camposanto hay una suerte de fuerza viva destinada a que el pasado no muera y los recuerdos perduren en el tiempo. En otras palabras, en el Cementerio Norte irónicamente es la muerte la que mantiene vivo al pasado.
El cementerio municipal está emplazado actualmente al fondo del boulevard Antonio Daneri, entre Maestra Piaggio y Alférez Sobral. Está allí desde 1877, cuando fue trasladado bajo la intendencia de Asisclo Méndez y bajo la bendición del cura párroco Julián de Yarza, quien fue el encargado de practicar la ceremonia religiosa para la institución canónica del cementerio. Ante, el cementerio estuvo ubicado en los terrenos donde hoy está ubicado el Hospital Centenario, y antes que eso, en la época colonialista de Gualeguaychú, los muertos descansaban en la manzana de la Catedral.
Analizando desde los rasgos técnicos y arquitectónicos, el Cementerio Norte tiene cinco sectores: el de Tierra, el de Galerías de Nichos, el de Columbario (estructura con pequeños nichos interiores destinados a las cenizas de difuntos incinerados), el de Panteones y el de Tumbas Artísticas. Y es precisamente en estas últimas donde empieza el recorrido histórico que descansa en paz en el Cementerio Norte y que está disponible para que los vivos no olvidemos el pasado.
Un recorrido que vale la pena
El Cementerio Norte está alineado perfectamente con los puntos cardinales. El portón principal, el cual apunta al este, nos deposita inmediatamente en la calle Santa Clara que es donde están algunos de los mausoleos más antiguos y lujosos. E inmediatamente de entrada se pueden encontrar el lugar donde descansan en paz figuras de la talla de María del Carmen Britos, recordada y reconocida, además, por sus cualidades como docente e investigadora de la historia local; el diputado nacional por la provincia de Entre Ríos entre 1932 y 1943J y responsable de que conozcamos la Costanera como la conocemos Juan Francisco Morrogh Bernard; y Don David Della Chiesa, ese pionero que soñó alguna vez que podríamos ir desde Gualeguaychú hasta Capital Federal en auto y que un día todo eso lo hizo realidad.
Ya en este punto llegamos al punto central que conforman las calles Santa Clara y la Central, donde un monolito dedicado a la santa vela por el espíritu de los que allí descansan. Y es en este punto central donde yacen los restos del escritor Fray Mocho; biólogo, paleontólogo y oceanógrafo Martín Doello Jurado; del presbítero José María Colombo –en cuyo honor fue bautizada la Escuela Técnica Nº2–; el diputado nacional por Entre Ríos y Ministro de Justicia e Instrucción Pública Osvaldo Magnasco; y el abogado, estanciero y gobernador de Entre Ríos entre 1887 y 1889 Clemente Basavilbaso.
Como verán, muchos nombres de calles, escuelas, instituciones y espacios públicos se hacen humanos en el Cementerio Norte, donde las visitas guiadas que realiza la responsable del área cementerio, Micaela Barrionuevo, y que están disponibles en todo momento para vecinos turistas y excursiones escolares, transformando el recorrido en una experiencia única e inolvidable.
Barrionuevo, además, está a cargo del Archivo Histórico, cuyas oficinas están allí también. En ese espacio realiza una investigación en los legajos acumulados a lo largo de los 146 años que tiene el cementerio, y absolutamente todos los días se descubren pequeños episodios del pasado que son rescatados de esos documentos que fueron muy bien compilados pero que quedaron perdidos en el olvido. “Es un rescate permanente de nuestra historia el que realizamos acá”, le confesó la responsable del Cementerio Norte a Ahora ElDía.
Volviendo al recorrido, en la calle inmediata que sale hacia al sur apenas cruzamos el portón principal se encuentran otros de los panteones más interesantes que habitan el camposanto. En primer lugar, vamos a ver el lugar donde descansa el recordado padre Luis Jeannot Sueyro –uno de los lugares más visitados por los vecinos de la ciudad– y unos metros más allá está el mausoleo del político argentino, militar y estanciero que ejerció como gobernador de Entre Ríos Mateo García de Zúñiga. Sin embargo, más allá de los galardones que pueda tener Zúñiga, la curiosidad en este caso es que comparte lugar de descanso con el docente y uno de los ideólogos de las carrozas estudiantiles, Pablo Haedo, quien falleció en nuestra ciudad el 6 de julio de 1978.
En total, son cuatro las tumbas históricas declaradas de esta manera por la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos de la provincia de Buenos Aires: el panteón de García Zúñiga; el de la familia Tudury y Luciano González; el de Fray Mocho; y el de la familia Seguí y Gervasio Méndez. Es por esto último que los restos de Haedo pudieron ser depositados en uno de esos mausoleos.
Sector de Tierra
Ubicado en el lado noreste del Cementerio Norte está la sección conocida como Sector de Tierra, que es el lugar donde las edificaciones grandilocuentes quedan a un lado, las lápidas están al nivel del piso y el descanso es unos metros más abajo.
Desde hace un tiempo, las disposiciones municipales dispusieron que los monolitos y tumbas superficiales no tengan una gran altura con el fin de que el paisaje sea más armonioso. Precisamente, por esto último, es que se pueden ver los ornamentos y homenajes que los vivos dejan a sus muertos en el lugar.
Un dato curioso: aunque las flores siguen siendo la ofrenda más usada, poco a poco se ven diferentes maneras de rendir este homenaje: son muchas las lápidas que actualmente tienen molinitos de viento, de plásticos y coloridas, que están clavados en la tierra, al lado de cada placa. El andar del viento los mantiene en un movimiento constante, dejando en el ambiente una sensación de vitalidad que se contrapone a los que habitan.
En este sector también yacen los restos de personas que marcaron la historia de Gualeguaychú. El periodista gualeguaychuense que trabajó en los diarios La Razón y La Nación de Buenos Aires y que colaboró en El Censor de nuestra ciudad, José María Neyra, descansa en este sector.
También encontró su descanso eterno en esta zona el recordado artista José Luis Gestro, que como no podía ser de otra manera, los mármoles de su tumba emulan a una carroza de su amado Carnaval del País.
Sin embargo, una de las más curiosas y atractivas lápidas las tiene Celso Fernández, más conocido como Coco Auto: su lugar de descanse eterno tiene una caricatura de su rostro y al lado un auto de carrera, sintetizando de esta manera la alegría y ternura que desperdigó en vida.
Las opciones
Actualmente, en el Cementerio Norte hay cuatro circuitos organizados para realizar mediante el recorrido guiado organizado por la responsable del lugar Micaela Barrionuevo. Está el Circuito Mujeres, el Circuito Histórico Social, el Circuito Cultural y el Circuito Político.
Los lugares más importantes de cada uno tienen una placa para poder tener más información sobre los que allí yacen en caso de querer hacer el recorrido solo y de manera individual.
El Cementerio posee una fachada neoclásica de fines de siglo XIX y tiene principalmente elementos italianizantes, y debido a las personalidades destacadas que yacen en sus tumbas y panteones fue declarado “Edificio de Interés Municipal” en 2001.
Sin dudas, un rincón de Gualeguaychú al que muchos desearían no entrar por miedo a la muerte, pero que todos deberíamos visitar para conocer más la historia de nuestra ciudad y nuestro pasado.