Los riesgos de crecer sin autoridad
Desde los adultos hay un planteo de duda al momento de conceder o limitar permisos. Hemos pasado del autoritarismo a la extrema libertad. Los jóvenes se encuentran perdidos. Por Elsi Rodrí[email protected] En muchos hogares, incluso en ámbitos educativos existe cierto prurito a la hora de tener que poner límites a las acciones y conductas de niños y adolescentes. Tan así es, que hoy en día son los propios adultos quienes se plantean y replantean al dar una indicación y dudan mucho al momento de conceder o limitar los permisos.Décadas atrás el rol de padres y docentes ocupaban un escalón más arriba de los menores, y desde allí sin mediar opinión se impartía orden y respeto a esa autoridad adulta cuya indicación era indiscutible. El intercambio comunicacional era prácticamente nulo.Hasta aquí podemos ver planteado dos formas extremas de conducción, donde de un gran autoritarismo se ha pasado a una extrema libertad e independencia. Pero, ¿realmente los niños y jóvenes pueden crecer sin que les marquen límites?. Sobre este tema escabroso y muy sensible a la vez compartimos la reflexión de la licenciada en psicología Andrea Cavaignac: “En la actualidad hay todo un replanto de las figuras, de los valores, y de las problemáticas culturales-sociales y políticas, y esto en sí es bueno desde el punto de vista del análisis de lo que está bien y de aquello que merece algún cambio. Pero sucede que este replanteo en la sociedad de hoy no tiene esa visualización, creo que no parte desde la toma de conciencia de lo que es bueno o malo, sino desde la óptica que todo lo pasado es nefasto y negativo, y sólo es imperioso mirar al futuro”. Visualizando el pasado para posicionarnos en el presente, hizo hincapié y remarcó: “Si bien es cierto que hubo cosas en el pasado que fueron malas y tienen que ver con nuestra historia, también es cierto que las cosas negativas que pasan en la vida sirven para crecer y que tal vez sea positivo retomarlas y no descartarlas”. ¿Dónde está el secreto del manejo que deben tener los adultos?Las relaciones humanas están atravesadas por el lenguaje y en el hogar los padres son quienes lo imparten, los que instalan la palabra en ese niño en crecimiento. Si hablamos de la familia, en ella sus miembros se manejan en un sistema de horizontalidad, donde cada uno cumple sus roles, pero esto debe estar marcado y no puede faltar, una verticalidad donde en algún momento alguien dice “bueno, las cosas acá y en este momento se hacen de tal manera”. Ese alguien es el que imparte orden, pautas, códigos. ¿Cuál es el error?Creo que las fallas hoy en día provienen de creer que todos somos iguales, partiendo desde el planteo de este término tan popularizado como el de los derechos humanos. Si bien es importantísimo tenerlo de referencia, pero no se debe confundir. El derecho humano es tal, en tanto yo me respete y me haga respetar. Entonces ese orden de jerarquía en el hogar debe estar establecido y sostengo que es lo que se está perdiendo. ¿ El rol de autoridad en el desarrollo del niño no puede ser nocivo?No, de ninguna manera. Es ese orden y esos límites lo que marca la entrada del ser humano en la cultura, en la sociedad. Es lo que facilita la comunicación con el otro, la convivencia y el propio desenvolvimiento. Si yo no tengo un padre/madre que en determinado momento me dice “no metas los dedos en el enchufe”, cómo voy a saber enfrentar el peligro y el riesgo que ello implica por ejemplo. Es fundamental que ese niño o joven tenga la guía del adulto que le marque el principio de autoridad, que lo conduzca, lo oriente y le marque los límites por donde es saludable moverse. Son los padres los que instalan el respeto, el amor a sí mismo, las normas sociales-culturales y religiosas. Son los padres los que ejercen la responsabilidad del cuidado y la educación, por ser los adultos de esa familia. ¿Hay respuesta del adulto ante las dudas y necesidades de los hijos?La realidad de hoy, marca que hay una verdadera falta de comunicación entre padres e hijos, no hay intercambio de pensamientos, hay ausencia de palabras, de lenguaje en la familia. Así presenciamos por momentos que aparecen reglas estrictas o de lo contrario lo opuesto, “cómo no sé qué hacer, no hago nada”. Entonces ante el desconcierto, son los chicos los que terminan siendo mandados al psicólogo, cuando en sí, deberían ser los padres los que hagan una primera consulta para evaluar que les está pasando a ellos para que ese joven reaccione o actúe de ese modo. Se ha perdido el eje que marca la verticalidad y con ello se rompió la brújula y no se encuentra el rumbo, porque no hay quien marque responsablemente hasta acá sí, hasta acá no. Antes no había diálogo, las órdenes se daban y listo, ¿qué significa esto de replantearse el rol de padres?Cuando hablo de replanteo en el adulto, esto no implica perder autoridad, sencillamente es instalar el diálogo y encontrar puntos de encuentro y de acuerdos. Tal vez ante una determinada situación o planteo deba decirle como padre a mi hijo: “no lo sé, en mi época no pasaba”, “no sé qué hacer, hablemos”, “qué es lo que te pasa a vos frente al alcohol, las drogas, la homosexualidad...” o lo que sea, pero hablar. Procurar el camino de la palabra, no implica que nuestro hijo nos pierda el respeto, es sencillamente abordar la respuesta juntos, conocer y preocuparnos por lo que a él le pasa, piensa y le conviene. Y si es necesario recurrir a un profesional a que nos ayude a encontrar claridad en el tema, pero nunca se debe perder el rol de orientador, de ser el referente que busca el control de la situación. ¿Cuál es el lugar del padre y de la madre?En psicología cuando se habla de estas cuestiones vinculares, se habla de presencias y ausencias. La presencia de un padre/madre se debe a que deseó y quiere a ese hijo y por lo tanto, participa de la educación, acompañándolo en todos los momentos de su vida; se hace cargo y es responsable. Ese rol de responsabilidad pasa por la presencia de la madre y por la presencia del padre, ambos son fundamentales con su accionar en el armado de la historia del hijo. Cuando hay un desequilibrio en la participación de uno de ellos en la educación o hay ausencia es allí donde comienza a haber huecos difíciles de llenar en la vida de ese niño/joven. ¿Por dónde debemos filtrar este planteo de conducción?Hablar de autoridad no es tener el cinto detrás de la puerta; es hacer verdadero hincapié en el sentido de responsabilidad que debemos tener los adultos frente a los menores; es tener una unidad de criterio formado en la pareja para llevar adelante la familia. La comunicación, el diálogo debe estar en principio en la pareja, para luego de allí recién estar en condiciones de bajar línea a los hijos y debe quedar bien en claro que si bien la familia es una comunidad horizontal, hay diferencias en los roles, no todos somos iguales. Lic. Andrea Cavaignac Ø Licenciada en Psicología
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