
Cómo es la apasionante historia de los icónicos chocolates Baci Perugina, que incluye una historia de amor clandestino. La única fábrica en el mundo está en Perugia y produce 1,5 millones de bombones por día.
Por Florencia Carbone
PERUGIA, Italia.- Es un amor a primera vista. No se trata de un gondoliere de esos que transporta a los visitantes por los canales de Venecia sino del chocolate más famoso de Italia: Il Bacio (el beso) Perugina.
El mítico bombón, con una avellana en la cima, una mezcla de gianduia (una pasta de chocolate que contiene 30% de pasta de avellana) y chocolate fundido, logró transformarse en uno de los íconos de la repostería italiana.
El Bacio es el producto estrella de Perugina (adquirida por la multinacional suiza de alimentos y bebidas Nestlé, en 1988).
Exitoso durante 97 años
En la empresa admiten que no es demasiado frecuente tener productos con ciclos de vida tan largos, pero esa es otra de las diferencias del Bacio: a 97 años de su nacimiento, sigue tan vigente como siempre.
Todo lo relacionado con su historia es fascinante. Baci Perugina nació en el centro de Italia, en la región de Umbría, unas de las más encantadoras de este país, famoso por su cultura en el sentido más amplio: arte, arquitectura, gastronomía y naturaleza son sencillamente perfectos.
Con sus angostas, empedradas y serpenteantes callecitas medievales, Perugia se levanta, elegante, sobre una colina en la margen derecha del río Tíber y cerca del Lago Trasimeno, el cuarto más grande de Italia.
Universidad para Extranjeros
La ciudad de algo más de 160.000 habitantes no sólo es sede de una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Italia, sino que alberga a más de 25.000 estudiantes de todo el mundo que llegan para estudiar carreras de grado, posgrado o simplemente aprender la lengua del Dante.
De hecho, atendiendo a esa demanda, en 1925 se creó la Universidad para los Extranjeros (Università per Stranieri di Perugia).
Pero si algo le faltaba para ser perfecta, Perugia es además la sede de la única fábrica en el mundo de los "Baci". Y el dato relevante no es que aquí está la maternidad de los famosos bombones, sino que se puede visitar.
Desde 2007, cualquier persona que se registre a través de la página web de la empresa puede recorrer la fábrica y ver, desde unas pasarelas elevadas, cómo se confeccionan los diferentes productos.
Socios y amantes
Pero antes de pasar a la planta, en el Museo Histórico Perugina se conoce de manera entretenida la fascinante historia de la firma, que incluye la historia de amor clandestino entre dos de sus fundadores: la diseñadora de moda italiana Luisa Spagnoli y el empresario Giovanni Buitoni, de la familia productora de la famosa marca de pastas del mismo nombre, y 20 años más joven que la aguerrida mujer.
Cuentan que fue ella quien en 1922, con el objetivo primordial de aprovechar los restos de avellanas que quedaban al elaborar otros productos, ideó el bombón, al que inicialmente bautizó Cazzotto (puñetazo) porque su forma irregular le recordaba a la de un puño cerrado.
Sin embargo, Buitoini logró convencerla de que el nombre no era el más apropiado. "¿Cómo vas a ir a una negocio a pedir que te den 300 gramos de puñetazos? Sería más cortés pedir 300 gramos de besos", dicen que argumentó. Y entonces sí nació formalmente el Bacio.

Amor chocolatado
Otra de las características del bombón es que apenas se abre su envoltorio se encuentra un papelito con un proverbio amoroso. Esto también tiene que ver con la relación entre Luisa y Giovanni.
Cuentan que en los chocolates que enviaba a Buitoni para que los inspeccionara, Spagnoli ocultaba notitas con mensajes de amor y que en 1935, cuando ella murió, él pensó que una manera para sentirla cerca era incluir un pedacito de papel con un aforismo romántico en cada Bacio.
Cuando los bombones trascendieron las fronteras italianas (hoy el producto se exporta a 55 países), las más de 390 citas inspiradoras de filósofos, autores clásicos y artistas empezaron a imprimirse en inglés, francés, español, alemán, portugués y, últimamente, también en chino.
Pese a que el mercado asiático se volvió relevante para la empresa, en tiempos en que la mayoría de las grandes firmas mudaron su producción -o al menos parte de ella- al Sudeste Asiático, en Perugina, apenas comienza la visita, lo primero que se destaca es que la fábrica que se conocerá pocos minutos después sigue siendo la el único lugar del mundo donde se confeccionan los Baci.
Cinco vueltas al mundo
Cada día, en el enorme predio que ahora también tiene escrito el nombre de Nestlé, se produce un millón y medio de bombones.
En su casi centenaria historia, en esta localidad de Umbría han visto la luz más de 8500 millones de Baci creados desde el siglo pasado (un letrero del Museo dice que si se los pusiera uno detrás del otro, se podrían dar cinco vueltas al mundo).
A través de videos e instalaciones artísticas la historia de Perugina se devora con mucho placer, como todos los productos que ofrecen en una degustación previa al recorrido por la fábrica.
Y para quienes tienen más tiempo o planifican mejor su paso por el lugar, la visita puede incluir un curso en la Escuela del Chocolate.
Los maestros chocolateros comparten con los participantes no sólo la historia del chocolate y su elaboración, sino los secretos necesarios para crear productos deliciosos.
En la vida de los Baci ningún aspecto quedó librado al azar.
Más allá de su sabor, la presentación exterior del producto también tiene una explicación, y en este caso el que dejó su huella fue Federico Seneca, director de Arte de Perugina.
Logo artístico
La pintura "Il bacio", que el veneciano Francesco Hayez hizo en 1859, fue la que inspiró a Seneca para crear el célebre logotipo que aún identifica cada envase: la silueta de dos enamorados besándose debajo de una lluvia de estrellas.
Medios como el diario norteamericano The New York Times o la cadena de noticias CNN califican a la "Casa del Cioccolato" como un destino obligado para incluir en una visita turística a Perugia.
Baci Perugina es un ícono de la cultura italiana, ¿qué mejor que conocer sus orígenes?