Los bancos ganan, pero ¿a quiénes les prestan?
Mientras el crédito hipotecario es prácticamente inexistente, y los industriales se quejan de que no tienen financiación, el sector financiero argentino es uno de los que más gana.Es una de las contradicciones del actual modelo económico, que en teoría alienta la producción y la inversión: mientras los bancos muestran jugosos dividendos, los industriales despotrican porque no tienen crédito.Hoy los bancos lideran el ranking sectorial de beneficios. En el primer trimestre, las cinco principales entidades sumaron ganancias por más de $1.300 millones de pesos.La analista bursátil Martina Gallardo aclaró no obstante que ese resultado estuvo un poco por debajo del registrado a fines de 2011, debido a una reducción de los márgenes financieros.Lo llamativo es que los bancos con más ganancias son subsidiarios de grupos españoles -el Santander Río, que en el último trimestre ganó 416,5 millones de pesos, y el BBVA Francés que obtuvo beneficios por 240,5 millones- cuyas casas matrices enfrentan la peor crisis de las últimas décadas.Los resultados de los bancos en Argentina contrastan con la inserción del crédito para la producción, en una economía que tras la crisis de la convertibilidad, en 2001, mejoró sustantivamente los precios relativos para fabricar internamente.La Unión Industrial Argentina (UIA), una cámara que aplaude la política oficial de "sustitución de importaciones", suele quejarse de que en estos años han sido los industriales quienes se han autofinanciado, en lugar de ser apalancados por los bancos.Hace poco el titular de ese nucleamiento empresario, José Ignacio de Mendiguren, en declaraciones al Cronista Comercial, habló de los problemas fabriles en lo tocante a la financiación."Todo lo que el sector financiero presta al sector privado está en torno al 13% del producto. En Chile esa cifra está en el 70% y en los países más desarrollados por arriba del 100%", afirmó."Además un 87% de ese financiamiento proviene del consumo y no es difícil entender que si eso no se acompaña con un equivalente en la inversión, entonces hay un desequilibrio que trae problemas", explicó."Por otra parte -añadió-, estamos atravesando una etapa en la que la capacidad instalada es alta y la rentabilidad clara ha bajado en los últimos períodos y ese proceso de autofinanciamiento, es decir a través del propio capital, está llegando a un agotamiento que requiere que sí o sí se resuelva este tema".La tarea central de un banco -parece decir De Mendiguren- es motorizar la economía, financiando mediante préstamos a las empresas y emprendedores, usando para ello los dineros que depositan los clientes.Sin embargo, los bancos no están haciendo nada de eso. En realidad, sólo financiarían el consumo, a través de las tarjetas de crédito, los pequeños (en monto) créditos personales, y los créditos prendarios para la adquisición de automóviles.Por otra parte, mientras el público se endeuda para cambiar el televisor, la computadora, la heladera y el celular, a los sectores medios les resulta imposible contar con crédito hipotecario que les facilite acceder a una vivienda.Por lo visto el negocio de los bancos ha sido todo este tiempo financiar el consumo de bienes durables. La contracara del fenómeno es un mercado de hipotecas escuálido, de los más bajos del mundo.Un número importante de familias está marginado del mercado de la vivienda, entre otras razones por falta de crédito. Según una encuesta del BID, el 67% de las familias de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires carecen de los recursos para acceder a una casa propia.
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