UNAS 800 FAMILIAS EN VILO
Las peluquerías y centros de estética de Gualeguaychú quieren volver a trabajar
Unas 800 familias de la ciudad dependen de que el rubro de la estética vuelva al ruedo para poder percibir ingresos. Un peluquero y emprendedor elaboró un protocolo con normas de bioseguridad para poder atender a los clientes de manera segura, y advirtió que si no retoman pronto la actividad van a ser muchos los locales que cierren.
Se bromea con que los peluqueros, una vez que se levante la cuarentena, serán uno de los oficios con más demanda. Obvio, el pelo nunca deja de crecer. A lo sumo se cae, claro. Pero la situación actual que atraviesan las peluquerías lejos está de generar gracia. Como tantos otros rubros, hace más de un mes que la facturación es nula y los gastos siguen corriendo. “Unos 80 mil pesos entre alquiler e impuestos”, contó Claudio Gatt, quien maneja dos locales y una escuela de peluquería. “Nosotros adoptamos la modalidad del coworking, es decir, que compartimos el lugar de trabajo con otros profesionales. Entre peluqueros, manicuras y depiladores somos unos 14 trabajadores”, detalló Gatt, que además de estar imposibilitado de trabajar, la pandemia lo afectó en su costado personal: no se pudo casar con su novia y tuvo que postergar la fiesta para más adelante. El peluquero, que recibió a ElDía en su local de Urquiza 1059, dijo que “para montar un local de estas dimensiones necesitas dos millones de pesos”, y que “si cerrás es imposible volver a abrir”.
En este contexto de emergencia económica, los rubros de peluquería, estética y belleza piden poder volver a trabajar. Para ello, Gatt presentó una carta abierta a las autoridades expresando que hay 800 profesionales en la ciudad y 2500 en la provincia que dependen de la reactivación del sector. Y, dándole fuerza al pedido, elaboró un protocolo de actuación basado en normas de bioseguridad e higiene. El documento tiene cinco apartados: normas del lugar, de la recepción del cliente, de sala de espera, del profesional y de higiene ambiental. Algunos de los puntos más importantes que establece, además de los cuidados básicos que se repiten en cualquier oficio, son que la atención será con turnos sacados previamente y que habrá una base de datos con los nombres de quienes se atendieron cada día, para poder ser localizados y facilitar la trazabilidad a las autoridades sanitarias en el caso que un cliente haya dado positivo de covid-19. Los peluqueros deberán usar barbijo o máscara, y tendrán que colocarle a cada cliente una bata o peinador descartable. Deberán usar un juego de peines, tijeras y cepillos por cada cliente, y luego desinfectarlos. Durante la jornada tendrán que desinfectar permanentemente las superficies contaminantes como picaportes, barandas, asientos, mostrador, etc. El protocolo también contempla a las cabinas estéticas, y marca que deberán tener cubre camillas descartables, usar guantes y cambiarlos con cada cliente, y realizar la higiene previa del área a tratar. La dueña del centro de bronceado y estética Sigel, Norma Marín, opinó que “tomando los recaudos de prevención, tanto en el local como para el cliente y el profesional, podríamos comenzar a trabajar atendiendo de a una persona a la vez”. Contó a ElDía que ella se mantiene gracias a la jubilación que cobra, pero que se hace cada vez más difícil afrontar los impuestos. “Los gastos fijos se mantienen y si no trabajo no genero ingresos”. Sus clientas le preguntan cuándo vuelve a abrir, “quienes usan las cabinas solares están acostumbradas a hacerlo todo el año” detalló, y agregó que “hay una gran demanda de las depiladoras”. Maquilladores: ¿Los últimos en volver? El galardonado representante de la ciudad Gervasio Larrivey contó a ElDía cómo vive la cuarentena. Alejado de su amada Gualeguaychú, pasa sus días en Monte Grande (Buenos Aires) con su pareja y su “hija perruna”. “Cuando se empezó a hablar de todo esto me acordé de lo vivido durante la Gripe A”, aseguró Gervasio, que salió una sola vez de su casa en lo que va del aislamiento obligatorio. Lamentó que “los eventos no van a estar permitidos por mucho tiempo, y nuestro mayor trabajo depende de eso”. “Mi prima se casaba el 25 de abril, y le pasaron la fecha para noviembre. Es imposible armar una agenda de trabajo”, dijo el maquillador. Gervasio comenzaba a dar clases en abril, pero tuvo que suspender todos los encuentros presenciales. “Los cursos online surgieron como una oportunidad, este fin de semana comencé con uno de “clorimetría aplicada al maquillaje y laboratorio de color y producto”, y por suerte tuvo mucha aceptación. Por último, aseguró que viene pregonando la importancia de la bioseguridad. “Ahora se abre un mundo donde hay que ser diez veces más precavidos”, destacó, y se mostró poco optimista con la vuelta de su actividad: “me parece que estará suspendida por mucho tiempo”. ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios