PREOCUPANTE CUADRO DE SITUACIÓN
Las intensas precipitaciones no solucionaron los tres años de sequía feroz y sin precedentes
Un paliativo y una pequeña luz de esperanza para lo que viene. Se registró una importante mortandad de vacunos y liquidación de buena parte del stock ganadero de pequeños y medianos productores ante la imposibilidad de darles de comer.
Por Fabián Miró
Las economías regionales pasan por momentos delicados con mermas en los rindes y en el tamaño de la fruta como en el caso de la Citricultura. El Maíz y la soja de primera fracasaron. Inclusive hay productores que no van a poner en marcha las máquinas para trillar la oleaginosa. Productores que asumieron compromisos financieros no saben cómo cumplir con los mismos.
Los prestadores de servicio -siembra, trilla, laboreos varios- se han quedado sin trabajo por el fracaso y los pésimos rindes en los maíces y sojas de primera. El panorama es similar para los camioneros que tienen muy pocos fletes y viajes a puerto. Los contratistas y arrendatarios se la ven en figurillas para pagar los alquileres de los campos en una provincia donde se trabaja en un 70% de superficie arrendada.
Carlos Achettoni, presidente de Federación Agraria Argentina mencionó que “hay que remontarse, como mínimo 60 años atrás, para encontrar un clima tan adverso, aunque en aquellos tiempos no existían las retenciones, tampoco la presión impositiva de los productores que hoy trabajan la tierra, menos que menos dualidad cambiaria, por lo que sobre llevar una crisis climática es mucho más difícil. Tenemos un 60% de pérdidas de maíz.
Señaló que “el clima ha sido hostil a los intereses de los productores en los últimos tres años”, detallando también que “se han dado heladas tardías, desde agosto hasta noviembre, además provocó que se malograra la campaña de primera del maíz y de soja. Por otra parte, en vastas regiones del país tuvimos heladas tempranas. Todas las producciones padecen este fenómeno climático a la cual no es ajeno la ganadería. No hay pasturas, las aguadas, cursos de agua se secaron, la hacienda ha sufrido un deterioro importante por lo que los índices de preñez bajaron considerablemente y la zafra de terneros va a ser menor a la de años anteriores”.
El dirigente dijo que “nadie tiene la culpa de que vengamos afrontando un clima cada vez más adverso en los últimos años en un país con una potencialidad única, aunque desnuda la falta de políticas públicas hacia el sector”.
Sergio Dalcol, presidente de la Sociedad Rural Gualeguaychú indicó que “las lluvias vienen muy bien de acá para adelante, pero no podemos olvidarnos que la sequía pegó muy fuerte en todas las producciones y resulta complicado evaluar el daño en líneas generales, no así en la agricultura porque los períodos son más cortos. Se puede tener una estimación de lo que se puede llegar a perder de lo sembrado y cuando entra con la cosechadora aprecia las pérdidas que inclusive pueden ser peor que las estimadas en un principio”. Señaló que en “ganadería es un poco más complicado, dado que es un proceso más lento, lo que no quita que se observe una baja en la condición corporal de los animales. Los rodeos de cría sufrieron mucho. Las vacas no tenían pasto, las praderas desaparecieron generando una situación compleja”. Concluyó diciendo que “el impacto que tiene el campo en la economía del país es muy alto y si fracasa genera un efecto derrame en la economía de las ciudades. Le pega al sector del transporte, el que vende los repuestos, combustibles, las casas de electrodomésticos, a todo el comercio en general”.
Por su parte, Carlos Rébora, presidente de la CETAC, señaló que “la Cámara tiene varias actividades, siendo una de las principales el transporte de granos, sector que tendrá una merma de viajes que rondará el 50%, producto de que muchos productores no entrarán a los lotes a levantar la cosecha por lo magra de la misma”.
Antes de las lluvias, Demetrio Melchiori, productor de Gualeguaychú contó que “arrancamos a trillar la mejor soja que teníamos, una grupo corto sembrada temprano. Fue la que zafó las últimas temperaturas extremas y que logró granar con el agua almacenada en el perfil. El primer lote nos arrojó como resultado mil kilos, el segundo 900, el tercero, en el mismo campo, misma variedad, pero lote arado 350 kilos; mientras que otro lote nos dio un rinde de 700 kilos. Tenemos campos que no se van a cosechar y otros que están en duda, porque no se si llegan a los 200 kilos y no vale la pena pasar la cosechadora”.
Al igual que muchos productores, señaló que “a los maíces de primera los perdimos prácticamente a todos y para cosecha de 700 hectáreas es probable que se salven unas 100”, cerró.
Las lluvias
Las que se registraron en las últimas horas con marcas elevadas como en la zona de Ceibas con 195 milímetros y Larroque-Irazusta entre 125 y 140, y otras que oscilaron los 40 y 90 milímetros llegaron tarde para los cultivos de verano, pero permite el comienzo de la recarga de los perfiles de cara a la siembra de trigo y pasturas de invierno. Y, especialmente, trajo alivio para recuperar, al menos un poco, el optimismo de cara al futuro productivo que en los últimos tres años fue sombrío. Uno de los puntos a tener en cuenta es de que no llovió pasto, y menos que menos soluciones. El chacarero se descapitalizó en un porcentaje elevado, vendiendo vacas, vaquillas, toros, parte del plantel para seguir en el rubro, algunos inclusive hasta maquinarias. Quedaron con lo puesto y no tienen plata pare reponer el stock perdido. Otros, endeudados y con el agua al cuello.