A 161 años de la colocación de la Piedra Fundamental
Las huellas que dejó la construcción de la Catedral San José en la sociedad
La historia del edificio eclesiástico más emblemático de Gualeguaychú encierra una serie de eventos que marcaron a fuego la sociedad local de fines del siglo XIX. Los casi 30 años que tardó su construcción estuvo marcado por guerras internas y desfalcos económicos, pero también por la generosidad y empeño de muchos vecinos que querían su iglesia en pie. Una seguidilla de eventos que hasta incluyen el entierro de un “tesoro de fe” debajo de ella.
Erigida frente a la plaza San Martín, es uno de los centros más importantes de los fieles católicos. Sin embargo, su historia trasciende este hecho porque creció a la par de la ciudad y fue punto de los hechos más importantes de la Gualeguaychú de antaño. Sin dudas, la Catedral San José marca con su arquitectura una auténtica postal distintiva de lo local y un punto de referencia obligado que nos une como comunidad.
Pero este presente tuvo un pasado, un origen, un punto de partida, y fue precisamente el 30 de mayo pasado que se cumplió un nuevo aniversario de ese puntapié que permitió que hoy tengamos ese edificio tan emblemático.
Un 30 de mayo de 1863 fue el día en el que se colocó la Piedra Fundamental para la construcción de la que por entonces primera iba a ser la parroquia de la ciudad. Y este hecho fue uno de los más importantes vividos por la primigenia sociedad gualeguaychuense. Para marcar la magnitud del mismo, el mismísimo Justo José de Urquiza y toda su familia encabezaron la ceremonia y se hicieron presentes todos los nombres más importantes y rutilantes de aquel entonces.
Con la colocación de la Piedra Fundamental se dio inicio a la construcción. Se limpió el terreno y se realizó un acto solemne. Todo eso está documentado por el diario de la época, que menciona en qué consistió el acto y quienes asistieron. También menciona que se enterró un cofre de plomo, como se acostumbraba, y en su interior varios vecinos depositaron objetos preciados en esa época.
Tomando datos del Instituto Magnasco, en la colocación de la Piedra Fundamental estuvieron, además de Urquiza, los constructores y los arquitectos, dos hermanos italianos llamados Francisco y Bernardo Pocini. Y después del acto se hizo un baile en el Club Recreo, que no estaba donde hoy está el Club Recreo sino donde hoy en día está el Sanatorio San Lucas. En ese lugar hubo un baile a beneficio para juntar plata para seguir construyendo el templo. Asistieron todos y colaboraron con plata, incluso se habla de la venta de unos inmuebles para hacer esta iglesia.
“Cuando se pone la piedra fundamental se tiene que limpiar el terreno, se demuele el lugar que se usaba como iglesia y se comienza a celebrar misa en lo que era una escuela que se había construido en la esquina donde funcionó el Cine Palma, en Urquiza y San José. Ahí se montó la iglesia provisoria hasta que estuvo construida la parroquia. Pasaron varias décadas para que eso finalmente sucediera”, mencionó a Ahora ElDía el padre Mauricio Landra, quien estuvo a cargo de la Catedral entre 2008 y 2013 y uno de los mayores estudiosos e historiadores del edificio eclesiástico.
En 1863, el párroco era Vicente Martínez, una persona que trabajó un montón para que la construcción se pusiera en marcha. Sin embargo, jamás pudo ver su obra finalizada: cuando lo asesinan a Urquiza se desata una época violenta en gran parte del país, especialmente en el sur entrerriano. Y debido a su relación con el caudillo (lo consideraba una especie de ahijado) tuvo que huir de Gualeguaychú y finalmente murió en Rosario.
Un proyecto que casi naufraga
Lo cierto es que tuvieron que pasar más de tres décadas para que finalmente la parroquia pudiera ser inaugurada en 1890. Y nada de todo esto hubiera sido posible sin hablar de otro de los grandes próceres que tuvo esta ciudad: el presbítero Luis Nicolás Cayetano Palma, más conocido como Luis N. Palma.
Nacido casi al mismo tiempo que la colocación de la Piedra Fundamental, este joven religioso llegó a Gualeguaychú en 1887 y vio que a pesar que habían pasado un par de décadas la parroquia que arrancó a construirse en 1863 apenas superaba la altura de la cintura de una persona promedio. Fue entonces que este entusiasta presbítero se puso la empresa al hombro y comenzó a gestionar recursos para finalizar la iglesia.
“Cuando llega Luis N. Palma, el templo tenía apenas un metro de alto y se sigue celebrando misa en el lugar provisorio. El proyecto estaba bastante atrasado porque las comisiones no hacían su trabajo, se robaban los fondos y las donaciones no alcanzaban, además de todo el desbarajuste que habían ocasionado las guerras y el asesinato de Urquiza”, enumeró Landra.
No se dio un momento de descanso y organizó suscripciones, rifas, bazares, conciertos y solicitudes a los poderosos públicos. Hizo de todo con tal de lograr ver finalizada su iglesia. En 1889 logró que el Congreso de la Nación votara otorgar 40.000 pesos para el templo y así tuvo la satisfacción de inaugurarlo después de 3 años de intensos trabajos.
“Luego de muchas gestiones, consigue un aporte de Nación que alcanzó para levantar y techar la estructura. Luis N. Palma, fue un genio, un hombre muy capaz que consiguió los fondos necesarios, porque en esos casi treinta años costó un montón avanzar con la obra”, explicó.
El acto de inauguración de la parroquia San José tuvo lugar el 19 de Marzo de 1890. Durante la fiesta, el titular de la iglesia pronunció una de sus más bellas oraciones, que muchos aún recuerdan en Gualeguaychú. “Para mí solo pido un voto íntimo, la única de mis aspiraciones, el poder dormir el último de mis sueños bajo esta Cúpula sagrada”, dijo en aquel entonces.
Hay que decir que cuando se inauguró en 1890, la parroquia no se parecía en casi nada a la estructura que conocemos hoy. Hay fotos donde se la ve sin torres, ni campanarios y tampoco existía el reloj.
Luis N. Palma no pudo disfrutar mucho de su querida parroquia porque murió el 27 de agosto de 1894. En su memoria hay en la Catedral un hermoso monumento que se contempla en el atrio. Pero además, cuando se cumplieron 25 años de su fallecimiento, sus restos fueron depositados en la Catedral, donde descansa desde entonces.