EDUCACIÓN
Las aulas están cada vez más complejas: Los desafíos educativos para lo que resta del año
Con las vacaciones de invierno ya detrás y faltando tan solo cuatro meses de clases, surge la pregunta sobre cuál es el desafío de los educadores en este tiempo que resta del 2023. En un abrir y cerrar de ojos se fue la primera parte del año lectivo y con ello queda menos tiempo para alcanzar los objetivos planteados en marzo. En esta nota, tres docentes reflexionan sobre la importancia de impulsar el pensamiento crítico y el largo camino para lograrlo.
Por Camila Mateo
En la vida comenzamos a introducirnos en el sistema educativo a muy temprana edad: a los 4 años con el jardín de infantes. Luego viene la primaria y con ello adquirimos una de las habilidades más importantes y que incluso más usamos en cotidianeidad: leer.
Melina Montenegro enseña Lengua y Ciencia Sociales en una escuela NINA y señala que esta segunda etapa del año trae consigo varios desafíos, sobre todo porque la continuidad pedagógica se ve obstaculizada por los viajes fuera del colegio, los actos y la fiesta de fin de año.
“Se va mucho el tiempo, y nosotros en la segunda parte del año estamos sobrepasados además de por las didácticas, por todos los actos que debemos planificar, incluida la fiesta de fin de año”, destaca Montenegro.
En este sentido, la educadora explica que muchas veces se debe dar un panorama general de algunos contenidos y no se pueden profundizar. Además, señala que la diversidad en las aulas es tan grande que muchas veces se necesita adaptar el contenido para cada caso en particular.
En esta dirección, para Montenegro es imperioso plantear una nueva propuesta educativa donde se puedan articulas los contenidos con la práctica.
Por otra parte, informa que se trabaja mucho en la lectoescritura pero los alumnos no “están llegando a un nivel de lectura profunda y de análisis, alcanzan el objetivo de leer y extraer algunas ideas principales pero no hay alumnos con ideas propias”.
Para que un estudiante logre generar una reflexión creativa y personal de la lectura, la profesional manifiesta que es importante ofrecer variedad de textos , incentivar más la escritura en torno a ideas y “salirse un poco de la estructura”.
“Yo apunto todo el tiempo a la lengua en uso, que sepan hablar, entender y expresar sus ideas”, resalta Montenegro.
Otro de los desafíos de esta segunda parte del año radica en aquellos que van más atrasados en el aprendizaje y la asimilación de contenido. Al respecto, Melina apunta que en esas instancias hay que tomar decisiones: “O decidís cumplir con la agenda pedagógica o pones la atención sobre los chicos que quedaron atrasados, es un desafío porque lo tiempos de la escuela son bastante rígidos, porque yo tengo que prepararle material especial para ese chico. Pero por otro lado, sentís que si no se cumple con la agenda, estás fallando”.
Uno de los grandes obstáculos que atenta contra la lectura crítica y detenida, e incluso con el desarrollo de ideas creativas y originales es la sobreinformación a la que constantemente están sometidos los alumnos. Encima, ese contenido que les llega está “ultrapocesado” y simplificado.
“Pierden interés en profundizar, se quedan con lo más rápido, que es el video breve. Los alumnos no pueden mantener la atención por demasiado tiempo. Tendríamos que ver cómo podemos tomarlo a nuestro favor, pero luego están las limitaciones en la estructura donde en ocasiones tenes aulas sin internet”, finaliza Montenegro.
La secundaria
Sin ánimos de sonar fatalista, los chicos arrastran de primaria las deficiencias de una lectura poco profunda que los deja en desventaja para la próxima etapa que es el secundario. Debido a la complejidad de las aulas, los estragos que causa la distracción del celular y el mayor acceso a sus primeros smartphones, generan que la segunda parte del año se presente compleja.
El profesor Luis Sánchez es docente de Historia y dicta clases en el ciclo básico y orientado en escuelas públicas. Además, tiene horas en la educación nocturna de adultos y en un establecimiento secundario en Islas del Ibicuy.
“En este momento estamos cerrando el segundo trimestre, estamos en una etapa de evaluaciones y de cierre de contenido por más que es un proceso de todo el año. El aula es un desafío constante todo el tiempo, en cuanto a la manera de plantarse en el salón, de llegar a los chicos, el tema de los recursos, el material de trabajo, hace que sea demasiado complejo”, manifiesta Sánchez.
A todo esto, se suma la situación social de la cual las escuelas no son ajenas. En esta dirección, el docente apunta: “Algunos chicos llegan sin comer, y no es por tomarlo como excusa, pero es algo que como profesores tenemos que tener en cuenta”.
La comprensión de textos es uno de los grandes problemas que están atravesando los docentes, situación que agravó y dejó en evidencia la pandemia. “Tenemos chicos de secundario avanzados que no comprenden y es porque no pueden leer de corrido”.
Para el profesor esta problemática se debe a un conjunto de elementos y, uno de los grandes desafíos es lograr captar la atención de los alumnos. “Ahora la educación está atravesada por el uso del teléfono, se distraen muy fácilmente y por ahí no es tanto la cuestión de la compresión sino la dispersión. A la hora de poner algo en debate hay que estar todo el tiempo atendiendo a que no se dispersen, que no agarren el teléfono, que es bueno como herramienta, pero estamos a un segundo que pasen de la página que están leyendo a una red social”.
Hace un poco más de una década, la problemática de las redes sociales no aparecía en las aulas. Hoy en día, los profesores deben competir con esas pantallas brillante y con contenido interesante para la persona gracias a los algoritmos.
En este punto, es pertinente pensar si las grandes compañías no deberían asumir la responsabilidad en la creación de plataformas cada vez más adictivas y que llevan a un gran cambio en el comportamiento humano: atención fragmentaria, dispersión constante y obstaculización en la elaboración de pensamiento crítico.
“Uno facilita cierto material, depende el contenido que está desarrollando. Por ejemplo, cuando estamos dando Historia Argentina tenemos que mostrar que hay varias opciones para que cada uno genere su idea propia, pero al momento de leer el material no se comprende, y cuando se plantean unas actividades para poder leer el texto te preguntan si la respuesta es de un determinado punto a otro. Es muy difícil que generen una idea propia, por lo general la idea la traen de un video de Tik Tok que vieron”.
En este sentido, y en contexto electoral, el docente destaca que los alumnos llegan con ideas preconcebidas a partir de su consumo digital y esto complejiza el poder debatir o incluso que se abra a otras opciones de pensamiento.
La universidad
Esta etapa educativa suele ser la recta final opcional en el camino formativo que encara cualquier ser humano y también plantea sus desafíos, sobre todo si se tiene en cuenta que en el último tiempo la capacidad de compresión de textos ha disminuido, habilidad fundamental para poder encarar el reto que supone inscribirse a una carrera universitaria.
La Licenciada Angelina Campañá da clases en la carrera de Nutrición en la Facultad de Bromatología UNER, tiene a su cargo la materia anual de Técnica y Laboratorio de Dietoterapia de tercer año y, la semestral de Nutrición Materno Infantil de segundo año.
La profesional relata que en la materia anual se nota cómo va decayendo la asistencia porque muchos estudiantes arrastran parciales de primer año que todavía no han podido rendir. Esto genera que lleguen a cursar Dietoterapia sin los contenidos básicos y elementales para abordar la materia.
Sin embargo, aquellos que cursan hasta el final se encuentran con una articulación teórico y práctica que les permite no solo afianzar mucho mejor la teoría sino también ver su aplicación en la vida cotidiana o en un laboratorio.
Esta complementación entre teoría y práctica es lo que les aporta a los estudiantes universitarios la confianza en lo aprendido y la posibilidad de desarrollar ideas creativas que a priori no habían salido en el aula, aclara la docente.
“Nosotros hacemos mucho trabajo de campo, hacemos salidas a hospitales, dispensarios, articulamos actividades con otros profesionales, eso les gusta mucho a los alumnos. En la que es anual tenemos laboratorios de cocinas, tenemos clases teóricas y luego las trasladamos a la práctica”, informa la licenciada.
En esta línea, argumenta que “lo que siempre tratamos como formadores es promover habilidades cognitivas y de pensamiento crítico, incentivarlos a la investigación. Por eso vamos elaborando la articulación de los contenidos con su aplicación”.
Angelina Campaña a través del análisis de casos clínicos y de ir al plano de la vida cotidiana busca que sus alumnos sean más reflexivos y puedan aplicar lo aprendido en la realidad.
“El conocimiento lo integran mucho más cuando salen a campo, ahí es donde ellos se sueltan a ser los promotores de salud. Así aprenden un montón porque traen temáticas que no surgieron en el aula, y ahí es donde se desarrolla el pensamiento crítico”, finaliza la licenciada.