La propiedad de la tierra en Argentina
Mucho se habla en Argentina sobre la titularidad de tierras en manos de extranjeros, de los recientes "pooles" de siembras para su laboreo y pero poco de su control. Existe legislación sobre la cantidad de hectáreas que pueden tener los extranjeros, la que poseen los grandes propietarios, los pequeños productores y se habla y se habla.Marcelo DarréOpiniónCausa gracia y hasta sonrisas cuando se escucha que limitaran la tenencia de tierras a foráneos pues cuando no se la dispone en propiedad se la puede tener mediante contratos de arrendamientos, por lo cual hay que bregar y legislar por su uso correcto y no por su titularidad.Alguien dice que la Tierra debe ser para el que la trabaje pero como bien sabemos la tierra de nuestro continente se encuentra en cantidad finita; su mal uso la deteriora y se producen fenómenos de desertificación e incluso de agotamiento de acuíferos.Por ello, más que ocuparnos de quienes son los titulares dominiales de las mismas debemos ocuparnos para que la usen bien para mantener el recurso.A nivel nacional existe la Ley 22.428 de Fomento a la Conservación de suelos reglamentada mediante Decreto 681/81. En la provincia de Entre Ríos existe desde el año 1989 la ley 8318 de conservación y manejo sustentable de suelos donde sugería y obligaba en ciertas zonas a realizar tareas mecánicas de conservación de suelos para protegerlo de la erosión hídrica.Lamentablemente, a pesar de los años transcurridos, los tenedores de tierras no han tomando debida conciencia de ello y los suelos siguen perdiendo su capa fértil. Las gotas de lluvia al caer contra los suelos sin cobertura verde "salpican" y todas esas aguas corren en búsqueda de los lugares bajos formando a través de su paso cárcavas y cañadones.Existe también en Entre Ríos la Ley de Aguas N° 9172 pero a pesar de ello los complejos termales extraen y vierten millones de litros de agua sin pagar cánones proporcionales y con solo el argumento de que el turismo genera ingresos. Mediante retenciones a los cultivos se cobra con creces por la extracción del agua que ellos insumen.Tanto el Estado, en su obligación de hacer cumplir las leyes, como los propietarios de campos no llevan a cabo estas tareas que redundan en beneficios de mejores cultivos pero por sobre todo en cumplir con aquella frase: los suelos no eran nuestros ni serán para nosotros.
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