EL DELEITE DE LOS CAMPEONES DEL MUNDO EN ROMA
La pastelera gualeguaychuense que es la favorita de Paulo Dybala y Leandro Paredes
Valentina Barcia tiene un emprendimiento de pastelería argentina en Roma, y sin siquiera proponérselo pasó a venderle sus delicias a los dos futbolistas argentinos que juegan en la capital italiana. Ahora cada semana, llama a la puerta de la casa de los jugadores para entregarles medialunas, alfajores y criollitos que hacen sentir más cerca de su país a los argentinos.
Los seres humanos tenemos una compulsión por predecir el futuro y controlar las circunstancias que nos rodean. Sin embargo, la vida muchas veces tiene preparado otros planes. Hay una frase que dice “si algún día la suerte llama a tu puerta, que te encuentre trabajando”, y en eso estaba Valentina Barcia cuando recibió el mensaje que le cambió la vida. No obstante, esta historia comienza mucho antes.
Valentina se reconoce como “muy de Gualeguaychú”, sobre todo por la sencillez que la caracteriza y, en una entrevista con Ahora ElDía, relató las mil vueltas que la llevaron a ser la pastelera elegida por dos consagrados en el Mundial de Qatar 2022: Leandro Paredes y Paulo Dybala.
Luego de estudiar masoterapia, manicura y diseño interior, Barcia decidió irse a estudiar a la Facultad de Bellas Artes en La Plata, ciudad en la que conoció a su marido, quien es jugador de fútbol.
“Jugaba en Argentino Junior cuando lo llamaron para trabajar en un equipo de Cerdeña, yse fue sin dudarlo. Con ayuda de mis padres compré un vuelo a Italia y lo acompañé por tres meses, que es el tiempo que te permiten quedarte en Europa si no tenés la ciudadanía o algún permiso especial”, relató.
Pasado ese tiempo, Valentina volvió a Argentina y decidió retornar a Gualeguaychú, ya que se sentía muy sola en Buenos Aires, donde confiesa que no le gustaba estar demasiado. De vuelta en la ciudad, se dedicó a ser masajista y a “trabajar de todo un poco”, como ella misma confesó.
La gualeguaychuense mantenía la relación con su novio a distancia, quien al tiempo la visitó y le pidió casamiento.
Emigrar por toda Italia
El primer pueblo italiano en el que vivió Valentina fue Cerdeña, un paraíso soñado con solo dos mil habitantes y playas espectaculares. Sin embargo, al tiempo, a su esposo lo convocaron de otro club y se mudaron a Mantua, cerca de Venecia. Allí consiguió trabajo en un local de decoración, donde estuvo empleada por un año y medio, hasta que sobrevino la pandemia.
A Valentina y a su marido la cuarentena los agarró en plena Europa y por miedo a quedar encerrados y aislados de sus familias, decidieron tomar un vuelo a Argentina y pasar ese contexto epidemiológico en Gualeguaychú. A los dos meses del retorno, ella quedó embarazada y tuvo a su hijo Stefano en la ciudad.
“Al mes que nació mi hijo, a mi marido lo llamaron de nuevo para que jugara en Sicilia, entonces partimos nuevamente y estuvimos seis meses, luego nos transfirieron a Rímini, que fue la anteúltima ciudad en la que estuvimos viviendo. Y ahí paso algo importante”, apuntó Barcia.
Durante su estadía en Rímini, Valentina comenzó a trabajar en una fábrica de pastelería, donde volvió a conectarse con el disfrute de la cocina.
“Cuando era chica estudie pastelería en el Instituto Gastronómico de las Américas (IGA) ya que todos en mi familia son chefs. La cocina es algo que compartimos y siempre nos unió, lo llevamos en la sangre. Nunca antes había ejercido ese título pero cuando trabajé en esta fábrica de pastelería italiana, me di cuenta que era algo que amaba hacer”, relató la emprendedora.
“Hola, Tina. Soy Leandro Paredes”
Después de volver a conectar con la pastelería, Valentina se mudó con toda su familia a Roma y comenzó su emprendimiento “Tina cucina” con el objetivo de hacer recetas argentinas.
“Nosotros extrañábamos las medialunas y los alfajores, entonces empecé a hacer para vender y muchas personas empezaron a seguir las redes de mi negocio. Hasta que un día me llegó el mensaje de Milagros, una chica que conocí en Buenos Aires, y que no sabía que estaba de novia con un jugador de fútbol. Me hizo un pedido de alfajores, medialunas, y me dijo que me pagaba por transferencia. Cuando vi el comprobante, estaba a nombre del Matías Soulé, un jugador argentino que juega con Dybala y Paredes”, recordó.
A la semana, Milagros se volvió a contactar con Valentina y le comunicó que a sus productos los habían probado Leandro Paredes, Paulo Dybala y (el jugador español) Angeliño: “No lo podía creer. A los días llegaron mis papás de vacaciones y cuando tomábamos unos mates con medialunas miré el celular y tenía un mensaje que decía ‘Hola, Tina. Soy Leandro Paredes’. No sabía que contestarle”, contó con la misma emoción que cuando recibió el saludo.
“Me dijo que había probado las medialunas y que desde que estaba en Roma nunca había comido unas facturas así y que me quería hacer un pedido. Me pidió un catálogo para pasárselo a su esposa que era la que se iba a comunicar conmigo para comprarme. Como pude se lo pasé porque me temblaba todo y a los 5 minutos me escribió. Me encargó un kilo de criollitos, medialunas, facturas, alfajores y me preguntó por dónde podía pasar. Le explique que trabajaba por pedidos porque cocinaba en mi casa, pero que podía hacérselos para el día siguiente, me contestó que no había apuro, entonces puse a toda mi familia manos a la obra. Estuve hasta las dos de la mañana cocinando”, mencionó Valentina.
Como con cualquier cliente, la gualeguaychuense se acercó al domicilio de Paredes e hizo la entrega, con la sorpresa de que fue Camila Galante la que la recibió: “Son todos muy sencillos. Cuando no me atienden ellos, me pegan el grito de ‘Hola, Tina’. Incluso, hace un tiempo Dybala me ofreció un mate y por vergüenza no lo acepté”.
“Todas las semanas me compran, voy todas las semanas a sus casas y siempre son muy amables y simpáticos”, aseguró la pastelera favorita de los Campeones del Mundo.
Al igual que como pasó con Leandro Paredes, Paulo Dybala también contactó con “Tina Cucina” y comenzó a realizar pedidos de manera frecuente. Sin embargo, hace dos semanas, fue su esposa Oriana Sabatini la que se comunicó con Valentina para hacerle un encargue muy especial: la torta de cumpleaños para su esposo.
“Me pidió algo minimalista, muy sencillo, con bizcochuelo de vainilla clásica, bien húmeda y con mucho dulce de leche. Junto con la torta, le envié un regalo de mi parte, una caja con alfajores, medialunas y criollitos junto con una carta en la que le desee feliz cumpleaños y le agradecí por toda la alegría que le transmite a mi hijo”, reveló.
Lo que no se esperaba la gualeguaychuense era que Dybala se sacaría muchas fotos posando con su torta. Valentina aseguró que nunca les pidió fotos a los jugadores, y que de hecho no tiene ninguna con ellos, pero cuando Paulo realizó la publicación con su creación le preguntó si podía compartirla, a lo cual el deportista accedió sin problemas.
Ahora el capitán de la Roma, Lorenzo Pellegrini y jugador de la Selección italiana le encargó una torta para el cumpleaños de su hijo, y Angeliño, jugador de la Selección española, también.
Durante la noche, Valentina confesó que se mira las manos y piensa “estas manos le cocinan a los campeones del mundo”.
“Nunca me había imaginado esto y me pone muy contenta por el progreso que he tenido, hago lo que amo y me trae muchos recuerdos de mi ciudad y de mi familia ya que siempre cocinamos juntos. Todo llega en algún momento, aunque yo sigo siendo una emprendedora como cualquiera: cocino en mi casa y sigo siendo la misma”, concluyó.