LA MUESTRA SE HARÁ EN LA CASA DE HAEDO
La Noche de los Museos Entrerrianos en la ciudad revivirá la herencia afrodescendiente
Por primera vez, los museos locales abrirán sus puertas al público durante la tarde y noche del próximo viernes en el marco de la Noche de los Museos y el Patrimonio Entrerriano. La Casa de Haedo tendrá una propuesta original para conocer y conmemorar la historia olvidada del comercio de esclavos negros y la presencia invisibilizada de sus descendientes en Gualeguaychú.
El próximo viernes 15 de noviembre, Gualeguaychú se sumará por primera vez a la celebración de la Noche de los Museos y el Patrimonio Entrerriano. El evento, que se realiza desde hace varios años en la provincia, invita a instituciones de toda índole vinculadas con la historia y el patrimonio local a que abran sus puertas al público en un horario nocturno. En diálogo con Ahora ElDía, la museóloga Natalia Derudi adelantó que podrán visitarse las tres casas-museo de la ciudad (Azotea de Lapalma, Fray Mocho y Haedo), así como también el Museo del Carnaval, el Museo Ferroviario, el Museo de la Aduana, el Museo Almeida, el Museo de la Cultura Rural (ubicado en La Serena del Gualeyán) y La Delfina, en tanto centro de interpretación del patrimonio natural. “Todos ellos estarán abiertos al público desde las 18 horas hasta la medianoche, con entrada libre y gratuita, ofreciendo la posibilidad de hacer el recorrido para conocerlos de noche”, indicó.
Pero en el marco de esta ocasión también tendrá lugar una interesante iniciativa que excede a la Noche de los Museos como tal y que por motivos de agenda se vio incorporada a la misma. Se trata de una propuesta de conmemoración de la identidad afro en Gualeguaychú; un concepto que remite a la historia olvidada de la ciudad con el comercio de esclavos negros y la presencia invisibilizada de sus descendientes.
El encuentro -que estaba previsto para el viernes 8 de noviembre, a fin de coincidir con el Día Nacional de los Afroargentinos- se transformó en la propuesta que ofrecerá el Museo Casa de Haedo el 15 y contará con dos momentos centrales: por un lado, la presentación por parte de estudiantes de la carrera de Diseño Gráfico y Publicitario del Instituto Superior Juventud Unida de una serie de trabajos vinculados con el pasado esclavista de Gualeguaychú y sus huellas en el registro histórico-documental; y por otro, la interpretación de un repertorio musical afro-argentino por parte del Grupo Astorga Lemes, quienes prepararon para la ocasión una lista de canciones que evocan esta herencia cultural. Además, el evento contará con la visita de integrantes de la Asociación Civil “EntreAfros”, una entidad que nuclea a personas que se reconocen afrodescendientes en la provincia y trabajan en el rescate de su historia.
“Todas estas actividades se van a realizar teniendo el patio como escenario, pero una vez que finalicen los visitantes van a poder recorrer el museo”, comentó Derudi, quien recordó que en 2014 la casa fue declarada Sitio de Memoria Afro dado que allí hubo presencia de esclavos negros. Luego, procedió a contar la importancia de esta iniciativa desarrollada junto a la comunidad educativa a lo largo de este año para hacerla partícipe de un campo de investigación en el que aún queda mucho por indagar.
En primer lugar, la museóloga explicó que la muestra de los estudiantes de Diseño forma parte de una de sus prácticas profesionalizantes: 10 grupos de trabajo, de cautro alumnos cada uno, encararon el desafío de realizar piezas de diseño (infografías, imágenes, audiovisuales, etc.) con el objetivo de intervenir a futuro las salas del museo con la temática del pasado esclavo y las huellas de lo afro en Gualeguaychú. Para esto, usaron como fuente principal material historiográfico recuperado por Derudi y sus colegas. “Por ejemplo, tomamos un documento que es un detalle de mercadería que envía Ventura Haedo a Don José Antonio Haedo, un comerciante instalado aquí en la ciudad. El documento es sumamente atractivo porque habla de que le envía una cantidad de productos entre los que aparecen los esclavos como un objeto más”, comentó la museóloga, quien a la par de los docentes acompañó a los jóvenes estudiantes en este desafío.
“La creatividad puesta al servicio de esta temática es apasionante porque el documento que se queda en un cajón en un museo pierde valor. Creo que fue una instancia muy enriquecedora para todos, y una de las cosas más valiosas que se dio fue la vinculación personal o emocional que hubo de parte de ellos con todo esto, ya que fue muy sorpresivo para ellos conocer estas historias; que si tuviéramos la posibilidad de contarlas y multiplicarlas por las cientos de visitas que tenemos al año sería sumamente interesante lo que se podría generar en la sociedad. De lo que se trata es de empezar a generar vigencia en la temática porque no es solo una cuestión del pasado”.
La permanente búsqueda para rescatar nuestras raíces afro
Otro de los motivos por los que la práctica de los estudiantes de diseño gráfico resultó más que valiosa para Derudi es porque movilizó al Museo Casa de Haedo a seguir buscando información alusiva a la temática ante la necesidad de recabar imágenes, archivos y datos precisos. “Me llevó a seguir investigando un poco más, y una de las cosas que encontré es el artículo periodístico en el que se indica la muerte de Joaquina”, señaló, haciendo referencia a una publicación del antiguo periódico local “El Censor”, que el 20 de abril de 1880 anunciaba que “una de las dos únicas reinas de naciones africanas que hay en esta ciudad” había fallecido de tisis pulmonar a sus 95 años.
“Eso nos lleva a pensar ‘¿Reina de qué?’ o ‘¿Reina cómo?’, y en ese sentido se abrió una nueva puerta que nos invita a pensar la dinámica social del siglo XIX y cómo se conformaron los barrios de los negros. Así como existe el conocido ‘Barrio del Tambor’ en Paraná, aquí al parecer también hubo barrios específicos de quienes se reconocían afrodescendientes y uno de ellos fue el ‘Barrio del Sartén’, que existía en la Zona Norte de la ciudad, para el lado del Barrio Franco. Otra de las puntas de investigación que surgió fue a partir de descubrir que existían ‘irmandades’, como las llamaban, que eran una suerte de congregaciones. Lo que nos lleva a pensar que quizás Joaquina haya sido reina de una de estas ‘irmandades’”.
La enigmática Virgen que guarda una historia vinculada a la presencia de afros en Gualeguaychú
Protegida tras un fanal de vidrio, en una de las salas del Museo Casa de Haedo se encuentra una estatuilla de la Virgen del Carmen, la cual sería vista simplemente como una antigüedad religiosa de no ser porque es el único objeto conocido vinculado a la presencia de los afro en Gualeguaychú y al rol de marginados que muchos ocupaban en la sociedad hacia el primer cuarto del siglo XIX.
La Virgen se relaciona con la historia del negro Doroteo, un “malviviente” de la época. Según reseña el libro "Historia de San José de Gualeguaychú - Desde sus orígenes hasta 1883", el negro Doroteo y su banda asolaban los pagos de El Sauce “y causaban espanto y angustia en las desoladas regiones e indefensos moradores”. Es en ese contexto que Pilar Borrajo de Doello y Matilde Peñalva de Borrajo, aterrorizadas en la soledad de su estancia ‘El Sauce’, prometieron llevar de a pie hasta el pueblo la imagen de la virgen del Carmen si Jorge, hermano de Matilde, lograba salvarse del negro, a quien muchos buscaban darle caza. Otra versión indica que las mujeres rogaron a la virgen que la llevarían si pasaban la noche a salvo tras enterarse que Doroteo andaba por la zona. De cualquier modo, el desenlace es que la figura del Carmen se encuentra desde 1832 en casa de los Haedo. Por otra parte, esta historia incluye un cruel episodio de injusticia: dos años más tarde, en su afán por atrapar al bandido, las autoridades informaron que habían degollado a otro negro en la presunción de que se trataba de Doroteo.
“Esta historia nos lleva a pensar en la situación de cientos o miles de libertos que quedaban sin ninguna posibilidad. De hecho, hay evidencias y registros de que algunos pedían volver a ser esclavos, volver a los campos, porque era tal el hostigamiento y tan pocas las posibilidades reales de insertarse en la sociedad; en un contexto en el que la opción era, o ir a la guerra integrando los batallones de Pardos y Morenos o volver al trabajo rural, servil, no rentado, por la comida o en condiciones sumamente precarias. Otra de las opciones era ser un negro Doroteo”, concluyó Derudi.