La justicia oficial, la economía oficial
Siempre existe una visión oficial de las cosas. También, siempre existe la mirada de quienes no están en el gobierno. Cr. Luis Alberto Dalcol Ambas perspectivas habitualmente son diferentes, son interesadas. Si el poder permanece, impera la versión oficial, sostenida en la Justicia Federal y en el poder económico, que se alinean e identifican con el relato vigente. LA CORRUPCIONLa palabra más leída y escuchada en los últimos tiempos es el término corrupción. La corrupción a nivel nacional le incumbe a la Justicia Federal, y la justicia le presta distinta atención. Como en una carrera de autos que acelera en las rectas y frena en las curvas, la justicia apura en el sector de oposición y reduce su acción en la sección oficial. La misma causa, con similares pruebas e igual Juez Federal circulan con ritmos dispares, acomodadas al poder político. Si el investigado es cercano al gobierno reinante se contempla y se medita, si pertenece al que opone se ocupa y acelera.La corrupción, que es histórica, ahora se ha expuesto más. No sorprende, sí impacta. Es compleja, porque es cuestión de dinero; y con él se compra casi todo. Algunos creen que - como en el tango - se necesitan dos (el paga y el que cobra). La realidad es de mucho más que dos - toda una red - que incluye contadores, abogados, financistas y otros.La corrupción estuvo, está y estará de manera latente en espera de su oportunidad. En el Estado, es el impuesto más regresivo que golpea a las clases bajas, mayor que la inflación. Se ha dicho incluso que la corrupción mata, al desviar fondos con fines sociales o que debieran financiar obras - mal o no ejecutadas - que provocan muertes. POLITICA, JUSTICIA Y ECONOMÍATodo depende del poder político, por su acción o por su omisión. En épocas pasadas el poder político se ausentó y dejó espacio al poder fáctico. En tiempos cercanos somete al poder judicial y negocia con el poder económico.Los empresarios reconocen y confiesan su presencia. Muchas manifestaciones coinciden en dicho sentido. La más nítida es la de Adrian Werthein, que lidera el Consejo Interamericano de Comercio y Producción, que dijo: "... a veces fuimos permisivos, a veces indolentes, a veces conniventes...". Léase: permitimos, remoloneamos, participamos. EPILOGOEl Estado debe prevenir la corrupción y acosarla porque es un mal que todo lo destruye. Principalmente la confianza y la credibilidad, pilares de la convivencia. La esperanza depende de una Justicia Federal Independiente, no de una Justicia Federal Oficial u Opositora; ese debe ser el reclamo social.La movida actual puede dejar un sistema menos permisivo, más rígido. Si se logra, la sociedad percibirá la mejora. El que más la apreciará será el corrupto pues se dará cuenta que tenía la posibilidad de vivir otra vida mejor, más digna y más plena (a López este atajo le trajo algunos problemas). Si no se logra, es porque se necesita un sacudón mayor.
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